Apreciación es la denominación para señalar aquel acto de estima y reconocimiento hacia algo o alguien. Es un sentimiento positivo, que nos lleva a poder tener consideración con el trabajo de alguien, con su esfuerzo, su empeño o su capacidad para alcanzar un objetivo.

Surge del verbo apreciar, ya que describe esta acción: en latín, el verbo appretiāre se empleaba para indicar valorar o estimar el esfuerzo que algo implica.

Características generales.

Valoración positiva
La apreciación s un valor hacia el esfuerzo y el trabajo de otra persona, y funciona como un reconocimiento positivo.

La apreciación está vinculada con una expresión de admiración o gratitud que tenemos hacia algo, por lo general, hacia una persona. Como acto de valoración, se convierte en un elemento esencial para tener un vínculo saludable con nuestro entorno, o con nosotros mismos, incluso, si tenemos la capacidad de poder reconocernos nuestro esfuerzo y satisfacción con algo que hicimos.

Es una forma de demostrar afecto por quienes nos rodean ya que, sin importar si el gesto es sutil o con una gran celebración, le hacemos saber a la otra persona que nos importa, que tenemos sincero interés en lo que hace y que ponemos atención a su trabajo y su esfuerzo.

Este gesto que podemos ejercer hacia los demás también es positivo cuando nos lo hacen a nosotros. Se convierte en un elemento que impacta directamente sobre nuestro autoestima, ya que nos valida y nos brinda reconocimiento frente a otros, pero también para nuestro yo interior. Puede funcionar también como un incentivo para seguir trabajando y poniendo esfuerzo en lo que hacemos, con entusiasmo y dedicación.

Tipos.

Diplomas
Las muestras de valor y reconocimiento al esfuerzo pueden traducirse en entrega de medallas y diplomas.

En primer lugar, consideremos la apreciación personal o interpersonal. Esta expresa la capacidad de poder comunicarnos con los demás y de manifestar nuestra valoración positiva y reconocimiento público por lo que realizan. Así, establecemos conexiones más amigables con los demás, ya que las palabras de aliento, en estos contextos, son también muestras de cariño y afecto por los demás.

En segundo lugar, encontramos la apreciación profesional. Esta también tiene un poderoso impacto sobre la persona a la que se reconoce, ya que implica una distinción hacia una persona o un grupo de personas por su trabajo. En estos ámbitos, sin embargo, los reconocimientos pueden no ser únicamente de palabra: es común que haya entregas de elementos que simbolizan este prestigio.

Por ejemplo, encontramos los diplomas, en los que se menciona las razones por las que esa persona se gana el respeto del resto de la comunidad académica. También, encontramos actos oficiales, la entrega de un premio o las entregas de medallas: estas son también muestras de aprobación y de elogio.

Por otra parte, encontramos la apreciación espiritual. Esta puede interpretarse como la capacidad de poder valorar y validar la importancia del aspecto religioso, espiritual, en nuestra vida.

Finalmente, entre otras, encontramos la apreciación artística. Esta tiene la particularidad de que se vincula con la experiencia estética en general, y puede estar relacionada con la pintura, la danza, la literatura, la escultura, y muchas otras artes. La valoración de este tipo de obras implica un tipo de sensibilidad particular, que permite que nuestro lado creativo disfrute una pieza de arte con la que conectemos, por ejemplo, a través de emociones que esa obra nos provoca.

Apreciación del arte
La apreciación artística, entre otras, implica una sensibilidad hacia las obras de arte, de diferente tipo, y su comprensión.

Mecanismos psicológicos de este fenómeno.

Veamos a continuación algunos efectos que la apreciación, en general, tiene sobre la psiquis de quien recibe este acto de valoración o elogio:

  • Reconocimiento: es la aprobación o validación que recibimos por parte de terceros. Es esencial para fortalecer nuestra propia autoestima como para poder construir mayor cohesión entre los miembros de esa comunidad. Si el grupo social con el que compartimos algunos rasgos nos aprecia, nos sentimos vistos, notados e integrados en él.
  • Gratitud: nos permite ver cómo los demás nos agradecen por nuestro trabajo, por nuestro esfuerzo o por el aporte que hacemos a un proyecto, por ejemplo. De igual modo, podemos hacer lo mismo con los demás, y en un acto de gratitud recíproca, podemos construir a nuestro alrededor vínculos basados en el agradecimiento, en la valoración y en la celebración de logros, grandes y pequeños.
  • Conexión y empatía con los demás: poder apreciar aquello que los demás hacen, o ser quien recibe un halago o aplauso por algo que hicimos, nos sensibiliza frente al esfuerzo y el mérito por poder alcanzar un objetivo. Esto nos permite valorar mucho más el trabajo ajeno y el propio, y tiene un poderoso efecto sobre nuestra cognición y nuestro entusiasmo para llevar adelante nuevas tareas.

Barreras y desafíos.

Para poder desarrollar la apreciación hacia los demás, es importante contar con una serie de elementos que nos hacen estar en sintonía con esas personas.

En primer lugar, si pertenecemos a comunidades diferentes, o si provenimos de orígenes distintos, culturalmente hablando, encontraremos una de las primeras barreras para la apreciación. Cada comunidad social construye sus costumbres, sus normas y sus tradiciones: el acto de apreciar el trabajo de otros constituye, en este sentido, otro elemento culturalmente definido.

Comunicación y dialogo
La apreciación puede ser un elemento que varía de cultura a cultura: es importante, para evitar choques entre ambas partes, que pueda haber escucha activa.

Algunas comunidades, desde que los niños son muy pequeños, pueden alentarlos en cada pequeño paso para demostrar afecto, acompañamiento y validación. En otras comunidades, puede que la apreciación por algunos objetivos no se haga de forma explícita, para incentivar a ese niño a adquirir independencia desde temprana edad, y para no depender de la validación ajena para hacer su trabajo.

Estas distintas formas de conducirnos en la vida social cotidiana puede llevar a que, si nos encontramos en un contexto donde la apreciación no tiene el mismo valor que para nosotros sí, sintamos que, o bien, no somos apreciados, ya que no es explícito, o que nos sintamos abrumados por el halago y el entusiasmo de los demás.

Por otra parte, y a propósito de la barrera cultural, los prejuicios y estereotipos en torno a la apreciación también pueden influir en el modo en el que se comunica. Así, a grandes rasgos, una cultura individualista valora la autonomía y el esfuerzo como actos que no deben ser aplaudidos o celebrados, ya que son la base de la disciplina, del trabajo duro y de los resultados.

Otras formas de concebir el esfuerzo sí permiten que las personas se detengan con mayor frecuencia en los pequeños pasos que una persona hace hasta lograr un objetivo, para motivarlo y brindarle apoyo e incentivo.

Es importante, en estos casos, que pueda haber un equilibrio y que el halago sea un motivador de la persona, no el objetivo final, y, también, entre poder validar a una persona en su esfuerzo en una medida justa, pero sin evitar reconocer su trabajo.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (31 de octubre de 2023). Definición de apreciación. Rasgos, dimensiones y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/apreciacion/