El pragmatismo es una corriente teórica e idealista de la filosofía, que plantea que el único medio para juzgar la verdad de una doctrina de carácter moral, social, religioso o científico, es la consideración de sus efectos en la práctica.
En este sentido, se desplaza su uso hacia el lenguaje más coloquial y se refiere también a quienes tienden a darle mayor importancia al valor práctico de las cosas, por encima de cualquier otro.
Además, en un ámbito más político, se llama pragmatismo a la posición consistente en relegar el recorte ideológico por consideraciones de carácter práctico, especialmente para prevenir tensiones o quiebres con fuerzas que se oponen entre sí.
La palabra pragmatismo viene etimológicamente del griego, con los componentes prassein (hacer) y el sufijo -ma (que indica resultado). Se le suma además el sufijo -ismo, cuyo significado es el de una actividad, doctrina o sistema. Por esto, podemos decir que el pragmatismo es la doctrina filosófica que se basa en el resultado de hacer, o sea, en la practicidad.
Por otro lado, se atribuye la raíz de la palabra pragmatismo al griego pragma, cuyo significado es hecho u obra.
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¿Qué significa ser pragmático?.
Si se dice de un individuo que es pragmático, lo que se está diciendo es que es una persona que valora la practicidad por sobre cualquier otra cosa, y que se centra en conseguir sus objetivos más que en el modo de abordaje de los mismos, o en los medios para tales fines.
Esto, entre otras cosas, significa que un individuo pragmático prestará especialmente atención a las consecuencias de sus actos, sobre todo en función de si lo conducirán a lograr el objetivo que se impuso.
Aunque esta forma de utilizar la palabra es más coloquial, sí se puede ver que está completamente basada en la filosofía, no alejándose demasiado del uso original de esta palabra en la doctrina.
Filosofía del pragmatismo.
Según la filosofía, el proceso del pragmatismo es uno en el que la teoría es extraída de la práctica, para luego aplicarse a la práctica y conformar algo denominado práctica inteligente.
En este ámbito y según esta escuela, además, hay consenso respecto de que la filosofía debe tener en consideración las metodologías y los conocimientos de las ciencias modernas.
La verdad, que es uno de los conceptos más estudiados por todas las corrientes filosóficas, en el caso de los pragmáticos, es considerada o definida como lo que funciona desde nuestro limitado modo de experimentar la realidad. Como tal, la verdad es subjetiva y, de hecho, para los pragmatistas el conocimiento puramente objetivo se podría considerar algo inconseguible.
Esta filosofía, que plantea que solamente tiene carácter de verdad lo que tiene un valor práctico (o sea, si funciona, es verdadero), surgió en Estados Unidos, y se le atribuye su fundación al filósofo y científico Charles Sanders Peirce (el mismo padre de la semiótica moderna, junto con Saussure), entre otros estudiosos.
Con este modo de pensar la filosofía, se debe comprender que los juicios sobre las cosas siempre serán posteriores, y no previos a las acciones. Por esto, la consideración de que las ideas son provisionales, y se sujetan necesariamente al cambio, pues investigaciones futuras podrían modificarlas o volverlas obsoletas.
Al no aceptar ninguna verdad como absoluta, el pragmatismo filosófico es antifundamentalista, y, por lo tanto, laico (no tiene en cuenta la religión). Además, es falible (según este punto de vista, la filosofía será tentativa y puede fallar o ser corregida).
Pilares del pragmatismo.
La máxima de los filósofos pragmatistas es que las hipótesis tienen que ser trazadas en función de sus consecuencias en el terreno práctico. Esto genera resultados en algunos conceptos e ideas más específicos, entre los que podemos plantear tres pilares:
- La verdad: El pensamiento filosófico deja de buscar el conocimiento de las verdades metafísicas y pasa a perseguir la generación de herramientas que se necesitan para hacer uso de las cosas que nos rodean, y adaptarnos a esto según se precise. O sea que solamente es válido el pensamiento cuando resulta de utilidad para conservar determinados modos de vivir, y es de importancia para garantizar que contaremos con lo que necesitamos para esa adaptación. En este sentido, el propósito de la filosofía y otras ciencias será detectar y resolver necesidades. Así, lo que pensamos se define por cómo es utilizado luego.
- La experiencia: El pragmatismo viene a cuestionar la separación (de parte de los filósofos modernos) de cognición y experiencia. Según esta filosofía, la experiencia es un proceso a partir del que podemos obtener la información que nos servirá para conocer lo que necesitamos. Es la experiencia la que nos brinda los materiales necesarios para la creación de conocimiento, pues para adquirir esa información será necesario contactar con el mundo exterior. Esto pone a quien interpreta como un agente activo, que para interpretar debe recibir estímulos del exterior, a partir de la experiencia. Una de las mayores críticas al pragmatismo nace de estos conceptos, y señala que para algunos pragmatistas esto deviene en sostener una postura de escepticismo ante los eventos del mundo.
- La investigación: Esto está alineado con los dos conceptos previamente mencionados. Según el pragmatismo, el punto central de las inquietudes de la epistemología no tiene que ser la demostración de cómo se adquiere un conocimiento o verdad absoluta sobre algo. En cambio, deberían orientarse a la comprensión de cómo se pueden crear metodologías de investigación que ayuden a hacer posible una idea de progreso. Así, la investigación es basada en métodos científicos que tienen la opción de autocorregirse, verificarse y ponderarse. En estos casos, la investigación cumple con el rol de reemplazar dudas por creencias que están establecidas y que se pueden fundamentar correctamente.
Pragmatismo en la política.
En el ámbito político, el pragmatismo es un modo de comprender la política, como algo que no debe ser inherente a ideologías vacías, que potencialmente entorpecerán la acción política.
En el terreno aplicado, esto resulta en gobernantes, partidos y dirigentes que, aunque defiendan determinados valores, pondrán por encima la puesta en marcha de políticas concretas, más en función de ser útiles que puras ideológicamente.
Generalmente, esta forma de hacer política es más visible en partidos ligados al centro del espectro político, pues la misma esencia del centro hace que puedan ejecutar políticas muy diversas, más allá de su tinte ideológico.
En casos en los que hay una polarización muy marcada en la población, este tipo de manejos pueden ser contraproducentes, pues el electorado probablemente busque una posición más marcada (y, por lo tanto, más extrema).
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Krause, G. (1 de junio de 2022). Definición de pragmatismo. Política, filosofía, pilares. Definicion.com. https://definicion.com/pragmatismo/