La etimología de la palabra perseverancia la encontramos en el latín perseveranctia, cuyo significado es firmeza, tesón o constancia. Puede aludir a lo continuo de una cosa (o circunstancia) o a la duración de algo, pero además a una acción que se repite en forma constante. El motivo de esta insistencia es simple: lograr un objetivo marcado previamente.

Entonces, cuando hablamos de perseverancia hacemos referencia a toda aquella situación en la que, para alcanzar una meta o propósito, se debe seguir adelante pese a los obstáculos o dificultades. Esto aplica a acciones de la vida cotidiana, creación de ideas, ejecución de propuestas o a la resolución de conflictos.

Generalmente, la perseverancia es un valor o cualidad individual, pues es la persona la que desarrolla (o no) la capacidad de continuar insistiendo en aquello que se ha propuesto. Sin embargo, también puede describirse como perseverante a una empresa u organización que, en un periodo de tiempo determinado, se ha planteado alcanzar ciertos logros. Y, para hacerlo, trabaja tenazmente no solo para conseguirlo, sino para obtener resultados satisfactorios.

Entonces, podemos afirmar que la perseverancia ocurre en cualquier situación de la vida y que, sobre todo, es una actitud individual o de un colectivo que tiene bien marcado el cumplimiento de unos objetivos.

perseverancia
La perseverancia implica superar obstáculos y aprender a salir adelante.

La perseverancia como valor.

La perseverancia es un valor humano, como bien aclaramos anteriormente. Y es gracias a este valor que el sujeto, en su individualidad, puede escalar en su vida personal, social o profesional.

Esto ocurre, simplemente, porque no evalúa en ningún momento la posibilidad de rendirse; sino todo lo contrario. Puede que se presenten trabas o pruebas difíciles que lo separan de aquello que se ha propuesto y, sin embargo, sigue adelante y fiel a su fin último.

Los obstáculos que alguien puede encontrar en el camino son de los más obvios a los más complejos como, por ejemplo:

  • Frustración
  • Desánimo
  • Aburrimiento
  • Pereza
  • Abandono
  • Desidia

Pese a ello, el individuo toma coraje y sale adelante, pues su deseo es mucho más fuerte y representa el combustible que le permite continuar avanzando.

Es importante mencionar que, en el camino de la vida, pueden aparecer obstáculos de índole internos o externos capaces de provocar una interrupción parcial o total de lo planificado o todo lo contrario, ser motivos aún más fuertes para que la persona continúe firme para alcanzar su meta.

Un ser perseverante obviamente está entrenado a nivel emocional, ya que muchas veces es el punto que provoca desidia o energía, según cómo se den los hechos. Es decir, entrenado en sentido figurado. No existe un adiestramiento en perseverancia, pues es un valor humano, una cualidad personal; pero sí existen herramientas que colaboran en desarrollar esta capacidad.

perseverancia voluntad
Muchas personas logran concretar un objetivo fuera de tiempo, y eso lo consiguen gracias a ser perseverantes.

Tipos de perseverancia.

Con tipos de perseverancia nos referimos al fin último de la acción persistente del individuo. Perseguir firmemente un propósito puede significar algo bueno para un hombre o una mujer, pero también puede ocurrir que no lo sea.

Las clases de perseverancia también hacen foco en el grado de utilidad de aquello que se persigue y para lo cual el sujeto invierte energía mental y física, tiempo y, sobre todo, su emoción.

Perseverancia positiva.

Hablamos de perseverancia positiva cuando este valor tiene como fin ayudar o aumentar la autoestima del sujeto. Es decir que, luego de haber depositado esfuerzo y dedicación, el individuo se siente complacido por alcanzar no solo el objetivo propuesto, sino por arribar a un estado de bienaventuranza y satisfacción personal.

Esto se debe a que, básicamente, supo (y pudo) sortear las dificultades que aparecieron en el camino. No se resistió a ellas ni cayó arrodillado a sus pies, sino todo lo contrario. Comprendió cómo afrontar las dificultades, aprender de ellas y tomar provecho de cada situación para continuar con firmeza en el logro de su objetivo principal.

Es por ello que se dice que la perseverancia positiva aumenta o potencia la autoestima y el orgullo individual. Colabora, asimismo, en potenciar las habilidades y capacidades de cada uno. Además, genera una «caja de herramientas» donde se encuentran las técnicas o reglas para superar cualquier obstáculo ya conocido.

Perseverancia negativa.

La perseverancia también puede ser negativa. Esto ocurre cuando un sujeto dedica mucho esfuerzo y tiempo en un objetivo cuyo sustento es insignificante. Es decir, deposita su energía en algo que no va a producir nada satisfactorio ni para sí, ni para los demás.

Esto sucede cuando se persiguen objetivos inviables o que, de ocurrir, no representaría algo positivo ni valioso. Ocurre, de igual modo, cuando, a pesar de las dificultades u obstáculos, la persona continúa su lucha sabiendo que este sendero no tendrá buenos resultados.

Aquí, muchas veces, entra en juego lo que en psicoanálisis (Freud) se denomina «ego». Es decir, esa voz interior que dice que es importante alcanzar algo de manera ciega, sin ponderar riesgos, posibilidades de logro ni, mucho menos, resultados a largo plazo.

En este contexto, el sujeto se encuentra preso de su voz interior. La misma que no le permite evaluar la viabilidad de sus propios objetivos. Situación que también puede ocurrir en el ámbito colectivo. Es por ello que, tanto en la individualidad como en lo grupal, es importante saber poner límites a los objetivos establecidos y conocer cuál es el punto de inflexión. Establecer, en este marco, el punto a partir del cual el logro del propósito no provocará una sensación de satisfacción, sino más bien de dolor.

Aquí, lo fundamental es entender cuándo abandonar un proyecto o un desafío si el perseguirlo desencadena insatisfacción o molestia de algún tipo. En estos casos el mayor aprendizaje está en observar los errores cometidos, mirarse internamente y reformular los objetivos. Solo así se podrá intentar de nuevo, pero esta vez con pasos más firmes.

perseverancia valor
La perseverancia es un valor humano que permite a una persona lograr todo aquello que se propone.

Estados mentales de la perseverancia.

Los estados mentales de la perseverancia son el motor a partir de los cuales toda persona obtiene la energía necesaria para lograr sus objetivos. Nombraremos a los principales.

  • Confianza
  • Concentración
  • Constancia
  • Optimismo
  • Autocontrol
  • Autodisciplina
  • Esfuerzo
  • Seguridad
  • Paciencia
  • Convicción

Recordemos que la perseverancia tiene que ver con seguir adelante más allá de los obstáculos. Por ello, quien se considere así, deberá ejercitar estos estados mentales que mencionamos.

La perseverancia implica, asimismo, una voluntad y una capacidad para continuar con los esfuerzos, por lo que la ilusión y el deseo deberán estar siempre presentes, cual faro que guía a un barco en el mar.

Las personas perseverantes son aquellas que concluyen todo lo que se proponen a pesar de las barreras que se les presenten. Son dedicadas y tienen un gran sentido de la voluntad. Persiguen un propósito y trabajan para lograrlo de manera exitosa. Es por ello que no existen límites que las dominen, sino más bien un gran cúmulo de fortalezas y una profunda confianza en sí mismas que les permite avanzar con convicción.

Es gracias a este valor que muchos sujetos crecen y se superan día a día. Ser perseverante supone una capacidad extra para detectar cuando sí dedicar energía física y mental a un propósito y aceptar cuando lo mejor es suspender el camino y tomar otro.

Esta cualidad no se enseña literalmente, sino que se adquiere gracias al ejemplo, la socialización y, especialmente, a un trabajo de desarrollo personal profundo.

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Navicelli, V. (9 de marzo de 2022). Definición de perseverancia. Tipos de perseverancia y estados mentales. Definicion.com. https://definicion.com/perseverancia/