Desarrollo personal es el nombre del proceso gracias al que un sujeto adquiere mayor autoconocimiento de sí, de modo tal que puede potenciar diferentes aspectos de su vida personal, espiritual, laboral y, fundamentalmente, encontrar bienestar emocional.

El término proviene de la unión entre desarrollo, del latín disvolupare, es decir, desplegar: en esta perspectiva, se emplea para señalar este proceso de crecimiento y expansión de las capacidades. A su vez, personal proviene del latín personalis, que significa aquello relativo a un individuo.

Elementos básicos.

Podemos considerar tres grandes ejes al momento de describir cómo tiene lugar el desarrollo personal:

  • Autoconocimiento
  • Crecimiento
  • Balance
Autoconocimiento
En el desarrollo personal, el autoconcimiento consiste en una parte esencia que nos ayuda a saber más de nosotros y a usarlo a nuestro favor.

El autoconocimiento, en primer lugar, nos habla de la fortaleza y flexibilidad mental que debemos tener al momento de adentrarnos en nuestra propia espiritualidad, nuestro sistema de creencias y nuestras emociones. Conocernos a nosotros mismos es esencial para poder tomar esos elementos a nuestro favor, y para desarrollar habilidades de gestión de cada uno de ellos en diferentes escenarios de nuestra vida.

Por otra parte, el crecimiento personal que deviene de este desarrollo se vincula con cómo, al desarrollar nuestra comprensión emocional sobre nosotros mismos y eventualmente de las personas de nuestro entorno, estamos en constante cambio y revisión de aquello que nos sucede.

Aprendemos sobre adaptabilidad a diferentes situaciones, a incorporar nuevas habilidades a nuestra vida diaria o a construir nuestra creatividad. Esto nos permite contar con una mejor perspectiva a la hora de efectuar una gestión de conflictos, por ejemplo, o para tener la fortaleza mental suficiente para posicionarnos frente a un desafío.

Finalmente, en tercer lugar, el balance que acompaña al desarrollo personal supone poder encontrar un equilibrio entre nuestro espacio laboral, nuestros vínculos afectivos, el autocuidado y nuestro desarrollo espiritual, incluso. El balance vida-trabajo puede suponer un gran desafío de la vida adulta, pero la planificación personal para darnos tiempo y poder trabajar en nuestra salud integral general es esencial para poder tener un buen manejo del estrés y potenciar nuestro crecimiento personal.

Crecimiento personal
Nuestro crecimiento personal va acompañado de un fuerte proceso de equilibrio y búsqueda del balance, para poder afrontar nuestro día a día.

Aspectos clave del desarrollo personal.

Exploraremos, a continuación, algunas áreas del desarrollo personal más comunes:

  • Desarrollo emocional e inteligencia emocional: esto nos permite entender nuestras propias emociones y las ajenas, lo que ayuda a construir nuestra empatía, a potenciar nuestras habilidades interpersonales e incluso a adquirir un mayor control emocional en entornos adversos.
  • Desarrollo cognitivo y mental: esto supone tener la autodisciplina de poder construir conocimiento y adquirirlo desde fuentes externas para siempre poder potenciar el pensamiento crítico, adquirir habilidades de debate, habilidades de lectura crítica y mayor apertura mental hacia aquello desconocido y novedoso.
  • Desarrollo social y habilidades interpersonales: la construcción de vínculos fuertes y duraderos con otras personas impacta positivamente sobre nuestra autoestima, nuestra autoaceptación y sobre nuestras habilidades de escucha y comunicación efectiva.

También, encontramos el desarrollo espiritual y de los valores personales: la búsqueda de una motivación o un propósito superior en la vida es, también, una alternativa para muchas personas.

Así, puede consolidarse el deseo de trabajar en nuestra inteligencia espiritual, en aprender sobre pensamiento positivo o simplemente de buscar nuevas opciones para el crecimiento personal desde la búsqueda de lo religioso o lo místico.

Finalmente, el desarrollo físico es también un aspecto valioso para trabajar en nuestro desarrollo personal. El cuidado del cuerpo puede ser un espacio para la mejora de nuestra salud y para adquirir nuevas herramientas de fortaleza mental, perseverancia y disciplina. Es, como las anteriores, una forma de autocuidado, que nos insta a buscar un espacio de relajación y de conciencia corporal y de desafío, incluso, de nuestras propias limitaciones.

Cuidado corporal
El trabajo y cuidado de nuestro cuerpo también constituyen una parte importante de nuestro desarrollo personal integral.

Estrategias.

Algunos lineamientos para trabajar nuestro desarrollo personal incluyen, en primera instancia, la identificación de metas personales y la planificación de cómo llevarlas a cabo.

Aquí es importante conocer cuáles son nuestros objetivos, pero, fundamentalmente, contar con habilidades de planificación, es decir, de asignar a cada tarea que nos lleva a nuestro objetivo un espacio realista y que pueda cumplirse en nuestra agenda diaria. De este modo, evitamos sobrecargarnos en períodos cortos de tiempo o, por el contrario, no trabajar lo suficiente en una meta.

Por otra parte, para poder llevar a cabo metas y trabajar en estos objetivos es esencial conocer sobre gestión del tiempo. Podemos servirnos de un calendario diario, semanal o mensual en el cual asignar pequeñas tareas, lo que nos ayuda a tener una perspectiva realista del tipo de trabajo que llevaremos a cabo en el transcurso de las siguientes semanas.

También, aquí es importante contar con habilidades de gestión del cambio, es decir, con la gestión adecuada de nuestra tolerancia a la frustración frente a imprevistos que alteren nuestro calendario y planificación. Esto nos ayuda a poder tener un mejor manejo de la ansiedad que puede provocar la alteración repentina de un plan, y a poder reorganizar nuestras tareas y prioridades sin perder de vista nuestros objetivos.

Planificación de tiempo
Podemos construir nuestro esquema de hábitos gracias a una agenda que nos permita llevar una planificación cuidadosa y metódica.

Herramientas.

Existen algunas herramientas útiles para trabajar el desarrollo personal. Por una parte, técnicas como la meditación o el mindfulness contribuyen con mejorar nuestra autoconciencia, con poder enfocarnos únicamente en aquello que nos ocurre a nivel físico y mental aquí y ahora, sin más distracciones, y a desarrollar habilidades como la gratitud y la valoración.

También, encontramos que hay técnicas de automotivación o de autoayuda que pueden ayudarnos a reforzar ciertas ideas en nuestra mente. Algunos ejemplos son afirmaciones positivas con las que resaltemos valores que vemos en nosotros mismos (como ser capaces, valiosos, responsables o disciplinados), y que nos ayuden a enfocarnos, al oírnos, en la construcción de una mentalidad positiva.

Otras herramientas similares son la práctica de la gratitud (como detallar a diario algo que nos haga sentirnos agradecidos en ese día), la visualización continua de un objetivo cumplido o el establecimiento de pequeñas metas diarias que nos hagan sentir bien con nosotros mismos.

La superación de nuestros propios obstáculos internos, que entorpecen el camino de la superación personal, es también otra herramienta clave para alcanzar el desarrollo personal. Trabajar en mantener nuestra motivación y compromiso en nuestras metas, a sabiendas de la satisfacción personal que cumplir un objetivo nos trae, es una tarea diaria, con sus altibajos, pero que ayuda al desarrollo interno de cada sujeto, al fortalecimiento de la disciplina personal y a la construcción de confianza en sí mismo.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (19 de diciembre de 2023). Definición de desarrollo personal. Rasgos, obstáculos y estrategias. Definicion.com. https://definicion.com/desarrollo-personal/