La humildad es una cualidad muy valorada del ser humano. Las personas que son portadoras de esta virtud se caracterizan por conocer sus limitaciones y aceptar su imperfección, adoptando una actitud y un accionar acorde a dicha concepción de sí mismas.
El concepto de humildad procede del latín humilĭtas, que a su vez deriva del vocablo humus, cuyo significado es “tierra”; por su parte, el sufijo itas indica “cualidad de ser”. Justamente, la humildad es una cualidad humana vinculada al contacto con la tierra, a diferencia de los dioses a quienes se asocia con el cielo. Por eso se dice que quien posee“los pies en la tierra” acepta su realidad y no se cree mejor que los demás.
La humildad, entonces, se asocia con asumir las propias debilidades y condicionamientos. Eso en el sentido de virtud, pero el concepto de humildad suele utilizarse, además, para caracterizar la pobreza o el nivel socioeconómico bajo. Así sucede cuando se indica que alguien proviene de una familia “de origen humilde”.
En el ámbito religioso, la humildad es considerada un valor fundamental que tiene que ver con la rendición o sumisión ante la divinidad y ante el prójimo. En el caso del cristianismo, la figura de Jesús es venerada como modelo de humildad. Según el Evangelio, en la denominada “Última cena” Jesús les lava los pies a los doce apóstoles como símbolo de humildad y ejemplo a seguir. El mesías indica a sus seguidores que si él, que es el maestro, les ha lavado los pies a sus discípulos, ellos deben hacerse lo mismo unos a otros. Queda establecido que su deber es servir a los demás con humildad, es decir, sin creerse superiores y sin esperar que otros les sirvan a ellos.
La modestia podría ser un sinónimo de humildad, una persona modesta actúa con humildad y no se siente más importante que el resto. Por otro lado, la soberbia puede considerarse como antónimo de este concepto.
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Características de la humildad.
En primer lugar, es importante aclarar que la humildad de ninguna manera tiene que ver con la baja autoestima o con sentirse menos que los demás. Es, sobre todo, una virtud positiva y de una gran fortaleza. Una persona es considerada verdaderamente humilde si es capaz de conocer su propio valor y sentir una seguridad interna. Al no tener la necesidad de buscar la aprobación externa ni querer demostrar su valía ante los demás, el sujeto en cuestión puede adoptar una actitud sinceramente modesta aunque se trate de una celebridad o personalidad destacada socialmente.
Por ejemplo, se habla de la humildad deportiva para referirse a atletas que conocen sus logros y habilidades en el deporte que practican pero que también son conscientes de que ello no los hace más importantes que el común de las personas, aunque se trate de un talento híper valorado por la sociedad.
En reiteradas ocasiones se ha exaltado la actitud humilde de Lionel Messi, considerado el mejor jugador de fútbol del mundo, ganador de siete Balones de Oro. Hasta el líder religioso Papa Francisco ha destacado la humildad y sencillez de Messi a pesar del éxito deportivo.
Siguiendo la línea del fútbol, es lógico y esperable que en un partido se celebre un gol con el propio equipo o hinchas del mismo. Pero refregárselo en la cara a un contrincante de modo agresivo está lejos de ser una actitud humilde.
Otro ejemplo del mundo del deporte es el del piloto británico de Fórmula 1 Lewis Hamilton. Más allá de su éxito deportivo y de ser nombrado caballero honorífico por la corona británica, ante esta mención Hamilton ha destacado el valor de héroes anónimos y olvidados, personas como su abuelo que sirvió en la guerra o los médicos en tiempos de pandemia, y, con humildad, ha dicho que no se considera a sí mismo un héroe olvidado pues no ha salvado a nadie.
Actitudes que hacen a la humildad.
- Aceptar que todas las personas somos iguales y que contamos con los mismos derechos humanos, los cuales deben ser respetados sin distinción.
- Comprender que el origen socioeconómico no habla de la calidad ni del valor de la gente.
- Reconocer el trabajo y el esfuerzo propio y de los demás. Compartir el crédito cuando se trabaja en equipo. Agradecer.
- Basar la seguridad y autoestima en nuestra estructura interna, evitar la búsqueda de aprobación externa.
- Escuchar pero no sobreestimar las opiniones del resto sobre nuestra persona.
- Mantener los pies en la tierra a pesar del éxito, los logros y halagos.
- Conectar con el valor propio, las virtudes y también reconocer las limitaciones y debilidades.
- Cultivar la sencillez, la modestia y la amabilidad.
- Relacionarse con los demás de modo horizontal y equitativo.
- Tomar conciencia de que no somos todopoderosos, a veces necesitamos pedir ayuda y otras veces debemos admitir la derrota.
- Humildad tiene que ver también con aceptar nuestros errores y saber pedir perdón.
Enseñar a ser humildes.
La humildad es una virtud fundamental para la vida en comunidad, por eso se busca transmitir esta enseñanza desde la infancia. Con ese objetivo, numerosas fábulas y cuentos hablan de la humildad.
Por ejemplo, la fábula de la liebre y la tortuga. Cuenta que una liebre vanidosa se jactaba de ser la más veloz del bosque y solía burlarse de la tranquila y lenta tortuga. Un día, harta de burlas, la tortuga desafió a la liebre a correr una carrera. Entre risas, la liebre aceptó y, muy confiada y orgullosa, dejó salir a la tortuga con ventaja. Fiel a su estilo, la tortuga encaró la carrera de modo lento y seguro. Más tarde, la liebre comenzó la carrera y, muy confiada, se paró a descansar un rato, quedándose dormida. Cuando la tortuga estaba a punto de llegar a la meta, la liebre se despertó y corrió a gran velocidad pero no logró alcanzar a la tortuga, quien ganó la carrera. La moraleja de la historia es que no hay que creerse mejores que los demás y mucho menos burlarse de ellos. Por otro lado, la paciencia, el esfuerzo y la seguridad interna ayudan a lograr nuestros objetivos.
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Lehrer, L. (22 de diciembre de 2021). Definición de humildad. Sus características y actitudes que contribuyen a ella. Definicion.com. https://definicion.com/humildad/