Definición de párrafo

Párrafo es una palabra cuya raíz la encontramos tanto en griego como en latín. Veamos cada uno de sus sentidos etimológicos.

• Griego: παράγραφος o paragraphos.
• Latín: paragraphus.

En ambos casos, el término refiere a nociones entendidas como “semejantes” y también a “escritura”. Por lo cual, párrafo alude a una escritura semejante (o de lo semejante). Es decir, se trata de un fragmento textual formado por una serie de oraciones relacionadas de modo coherente entre sí. Las mismas, ordenadas de manera lógica, permiten desarrollar una idea o un tema.

Podemos decir entonces que el párrafo es una unidad mínima que aparece en un texto, compuesto por un conjunto de oraciones. Para que esta unidad tenga sentido, las partes que lo conforman deben estar conectadas y guardar una relación afín.

Asimismo, se entiende por párrafo a la expresión mínima de la redacción que desarrolla una temática o una idea concreta. Para que un párrafo esté bien estructurado, debe seguir ciertas reglas como, por ejemplo, cantidad de oraciones, estructura general, expresión de una idea clara, etc.

Características de un párrafo.

Para comprender mejor de qué se trata un párrafo, es imprescindible conocer algunas de sus características principales. Como unidad mínima de redacción, un párrafo debe tener la capacidad de explicar y desarrollar un tema o una idea de manera coherente. Para ello, las oraciones que lo componen deben seguir un orden lógico. Veamos con más detalle las peculiaridades internas de este vocablo.

Oraciones.

Las oraciones representan la unidad más pequeña en la estructura de un texto. En ellas se expresa una idea o tema a través del empleo de una misma palabra clave o premisa inicial. Esta no es más que el pilar sobre el cual se sostiene toda la estructura del párrafo y, por tanto, el texto en general.

Existen diferentes tipos de oraciones:

• Oración inicial: plantea la idea de la cual se va a referir el párrafo en general.
• Oración de desarrollo: amplía la idea principal.
• Oración de cierre: reúne la información o los datos principales del tema o idea tratado y da paso al desarrollo de una nueva idea.

Es importante destacar que, como una unidad pequeña de un texto, el párrafo sigue un hilo conductor. El mismo está formado por la totalidad de párrafos que componen el texto en general. Es decir, cada párrafo desarrolla una idea de la estructura mayor. Podría decirse que es el micro de algo más macro.

Ideas.

Los párrafos desarrollan un aspecto del tema o idea general. Lo hace a través de oraciones coherentes entre sí que, a su vez, guardan una estrecha relación de cohesión con los demás párrafos.

En este sentido, podemos afirmar que un párrafo expresa un contenido a partir del desarrollo de un conjunto de ideas consideradas como secundarias (también llamadas argumentativas).

Es decir, la idea principal del texto se desglosa en pequeñas unidades. Estas unidades serán, desde luego, los párrafos que contendrá el escrito final. Cabe destacar que dicha idea mayor se desarma en ideas secundarias. Estas se repiten a lo largo del cuerpo textual pero también se pueden ejemplificar, justificar o contrastar.

Tamaño.

El tamaño de un párrafo puede ser corto o largo. Eso dependerá del contenido que lo componga, del sentido del escrito y, sobre todo, del futuro lector. Sin embargo, por regla general, todo párrafo debe estar compuesto por tres oraciones, como mínimo. Estas oraciones son las que nombramos anteriormente: inicial, desarrollo y cierre. Asimismo, debe estar formado, como máximo, por seis u ocho oraciones. Caso contrario, es fundamental revisar su estructura y reformularlo.

La cantidad de palabras que integran una oración también responde a una regla general. En este sentido, cada oración debe contar con veinte términos. En caso de necesitar desarrollar la idea en más vocablos, se podrá extender a veinticinco o treinta; pero no más de eso. Si las oraciones tienen más de esta cantidad, se deberá corregir su estructura y dividirla en oraciones cortas.

Escritura.

Todo párrafo se inicia con letra mayúscula y finaliza con un punto y aparte. Esto no solo le brinda estructura y orden, sino que, visualmente, permite identificar los párrafos dentro de un texto. Los mismos no pueden superar los cinco por carilla, es decir, por hoja.

En tanto que escritura, la sangría es un elemento visual que permite reconocer con rapidez los párrafos de una obra. Otros elementos que colaboran en la escritura de un párrafo son los destacados como, por ejemplo, empleo de negrita, subrayado, cursiva, etc. Esto colabora tanto en la redacción de un texto como en su correcta comprensión.

Orden.

Escribir un texto supone ordenar las ideas que se detallarán en el mismo y exponerlas según su grado de importancia. Esto quiere decir: de lo principal a lo complementario. De este modo, se plantea lo general y, a medida que avanzan los párrafos, se explica, apoya o refuerza con ideas secundarias.

Como parte del orden, también está su lectura. Sencillamente, porque mientras más ordenado esté el párrafo, mejor será su comprensión. Entonces conviene identificar las ideas y relacionarlas entre sí. Asimismo, todo párrafo (como todo texto) se lee de izquierda a derecha y de modo horizontal. Esto garantiza una estructura correcta y, sobre todo, coherente.

Clasificación de párrafo.

Si bien existen diferentes tipos de párrafos, estos se pueden organizar de acuerdo a dos aspectos principales:

• La posición dentro del texto
• El contenido que desarrollan

De acuerdo a la posición que ocupan.

Un párrafo ocupa un lugar dentro del texto. Este orden, a su vez, le otorga valor e importancia.

• Párrafo de introducción: es el párrafo que inicia el texto o, mejor dicho, le da entrada. Ubica al lector en la temática a tratar al brindarle datos generales de lo que encontrará a medida que avance. Según el tipo de texto que se trate, puede ser un resumen del argumento principal del escrito mayor.
• Párrafo de desarrollo: este puede ser uno o más de uno. Obviamente, dependerá de la temática y del grado de complejidad del texto en sí. Sin embargo, en este tipo de párrafo, la idea principal es desarrollada en pequeñas píldoras. El párrafo de desarrollo tendrá la responsabilidad de expandir y detallar cada una de esas píldoras o ideas más específicas.

En cuanto a esta clase de párrafo, es indispensable mencionar que puede ser de diferente tipo:

• De citas
• Descriptivo
• Conceptual
• Argumentativo
• Contra argumentativo
• Comparativo

• Párrafo de conclusión: de igual modo que el anterior, puede ser uno o varios. En este estilo de párrafo se hace una síntesis de lo desarrollado a lo largo del texto. En él se puede hacer una reflexión o un análisis que permita cerrar y concluir la idea principal del texto. Es decir, cierra la idea, aporta información mínima y finaliza el discurso general.

De acuerdo a su contenido.

El contenido que desarrolla un párrafo también es un elemento fundamental de análisis. Aquí nos encontramos con los siguientes modos de plasmar las ideas.

• Narrativo: relata un hecho de modo cronológico, siguiendo una estructura lógica y, sobre todo, progresiva.
• Explicativo: permite entender con más facilidad un tema o idea general, puesto que lo expone y lo detalla para su mejor comprensión.
• Argumentativo: párrafos expositivos en los que se habla de un tema a partir de fundamentos sólidos.
• Dialogado: es el párrafo oral que presenta un diálogo entre dos o más personas.
• Descriptivo: sirve para detallar las bondades de un objeto, de un sujeto o de una situación en particular.
• Conceptual: brinda una definición concreta de un término que resulta indispensable para continuar con el desarrollo de un contenido o documento.
• Enumerativo: presenta elementos en forma enumerada y, por tanto, en orden y bajo una estructura.

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Navicelli, V. (14 de julio de 2022). Definición de párrafo. Características y clasificación. Definicion.com. https://definicion.com/parrafo/