Podemos referirnos a la prosa como el modo natural o espontáneo mediante el cual se organiza el lenguaje a la hora de comunicar una idea o un concepto. Aplica tanto a la expresión oral como escrita. Si una persona le comenta a otra una idea u opinión de cualquier índole, por lo general, lo hará agrupando las palabras en prosa. Si alguien escribe una carta o un correo electrónico (o incluso un mensaje en las redes sociales), lo hará en prosa.

Es usual que se defina a la prosa por su negativa. En lugar de afirmar lo que es, suele decirse lo que no es. No es verso. Y dado que el verso ha sido, históricamente, el vehículo de la poesía, por contraste se ha llegado a la conclusión que la prosa es el modo en el que se expresa todo lo no-poético.

De allí que algunas veces se cargue a esta palabra con un sentido de algo aburrido, o carente de ritmo o de magia. Algo prosaico, puede ser entendido como tedioso. Pero lo cierto es que no hay jerarquías entre la prosa y el verso. Ambos son modos de expresión válida, y un escritor o un orador podrá brillar o aburrir tanto en uno como en otro.

Suele ser suficiente con abrir un libro para darnos cuenta si está escrito en prosa o en verso. En el caso de la prosa, la composición tipográfica se presenta de un modo lineal, desde un margen hasta el otro, todo a lo largo de la página (con excepción de los párrafos aparte y de los diálogos). El verso, por lo contrario, presenta un quiebre más arbitrario, y suele verse como una torre vertical que obedece al mandato del ritmo percibido por su autor.

Si nos remontamos al origen etimológico de la palabra prosa, encontraremos algunas de estas pautas ya cifradas en su esencia. Se dice que el término surge a partir de la expresión prosa oratio, que se empleaba en latín para hacer referencia a un discurso que se extendía en línea recta. A su vez, se remonta al adverbio prorsus, que significa “dirigido hacia adelante”. Se conforma por la raíz pro, y de vorsus (vors, vers: “movimiento”, “direccionalidad”).

Composición tipográfica lineal de la prosa.
Los textos en prosa se presentan de un modo lineal, desde un margen hasta el otro.

Características de la prosa.

Se ha planteado el contrapunto en relación con el verso, y, si bien es cierto que resulta sencillo distinguir a simple vista cuándo el lenguaje ha adoptado un modo de expresión u otro, hay algunas características que se pueden tener presentes a la hora de realizar una evaluación más certera:

  • La prosa se caracteriza por la expresión continua de una idea.
  • No responde a pautas previamente establecidas en lo que se refiere a métrica alguna.
  • No necesariamente ha de responder a un ritmo o una musicalidad (aunque pueda hacerlo, como en el caso de la prosa poética).
  • Cuenta con una absoluta libertad formal.
  • Se organiza en párrafos y en oraciones.
  • Las oraciones, a su vez, han de respetar una organización sintáctica correcta.
  • Tiene absoluta libertad, también, en cuanto al contenido del mensaje que podría comunicar.
La novela es un tipo de prosa literaria.
La prosa literaria incluye diversos géneros, como el cuento, la novela, el relato y el microrrelato.

La prosa literaria.

Si bien existe esta libertad absoluta en cuando el mensaje a comunicar, puede establecerse una clasificación entre la prosa que se emplea con fines literarios y la que no. La intención literaria es lo que marca la pauta de la diferenciación. Como en todo arte, la clave reside allí. Porque muchas veces un autor podrá organizar una obra en un formato que parezca no ser literario, justamente, para lograr la chispa del arte. Por ejemplo, en las Instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight, Alejandro Dolina da forma a un texto literario muy ingenioso, mediante la escritura de Manuel Mandeben las instrucciones de un jabón en polvo.

En el terreno más convencional, la clasificación de la prosa literaria suele establecerse en los siguientes géneros: novela, relato, cuento y microrrelato.

  • Novela: Se trata de una narración de cierta extensión, en la que se relatan hechos total o parcialmente ficticios, y cuyo fin reside en la comunicación de un mensaje cifrado o en la generación de un placer de índole estético en el lector. Suele presentar una estructura abierta, prestándose a modos creativos e innovadores de lograrse tales efectos. Por lo general, suelen desfilar a través de sus páginas una gran cantidad de personajes y acontecimientos, lugares, e incluso diversos tiempos.
  • Relato: El relato suele posicionarse como un género híbrido, algo a mitad camino entre la novela y el cuento. Esto es así porque ambos extremos mencionados tienen características bastante precisas, mientras que el relato oscila entre ellas, tomando elementos de una u otra según cada caso. Esto es aplicable tanto a la extensión, como a la cantidad de personajes o al nivel de complejidad de la trama.
  • Cuento: Se trata de una narración literaria de extensión breve, en la que la trama está tensada como una flecha hacia su blanco. Suele presentar una galería de personajes acotada, y rige en este género el principio de economía verbal: todo lo que pueda ser dicho de un modo más acotado, sin perder contenido, ha de ser dicho más brevemente. Julio Cortázar marcó un contraste entre el cuento y la novela al afirmar, en su famosa metáfora boxística, que en el cuento el autor debe ganar por knock out, mientras que en la novela suele ganarse por puntos.
  • Microrrelato: También conocido bajo el nombre de microcuento, se trata de un género que ha cobrado una relevancia muy grande en los últimos tiempos, llegando a posicionarse como uno de los más promocionados mediante concursos literarios. Presenta, todavía, una cierta hibridez en cuanto a las características que lo definen, siendo la más común de ellas una limitación de su extensión, que puede oscilar entre las cien y las doscientas palabras como máximo permitido. Otro rasgo que lo caracteriza, por supuesto, es que ha de estar escrito en prosa: un poema, si bien podría cumplir con la limitación de palabras, no por ello sería un microrrelato. Y también suele darse un juego con la elipsis: el mecanismo del género a veces pasa por contar una historia sorprendente e impactante con una cantidad limitada de recursos, apoyándose, para ello, en el poder de lo que no se ha dicho.
Redacción de ideas en prosa.
La prosa se da en todos los casos en los que se busque una simple transmisión funcional de un mensaje, como en una carta de amor o en un ensayo.

Otros tipos de prosa.

Por contraste con la línea marcada en el apartado anterior, sería cualquier escrito o comunicado en el que no se halle presente una intención literaria. Esto va a presentar, desde ya, algunas complejidades.

En el caso de los ensayos, existen algunos que han sido redactados de un modo bellísimo, que podría considerarse más preciso que el estilo de muchas obras literarias. Por ejemplo, en El alma de Hegel y las vacas de Wisconsin, el escritor italiano Alessandro Baricco despliega una obra exquisita para acercarse a características muy peculiares de lo que es la música. Pero siempre van a presentarse estos espacios intermedios cuando objetos o fenómenos son categorizados.

Lo cierto es que la prosa es un modo lingüístico de comunicar algo. Y que en todos los casos en los que se busque una simple transmisión funcional de un mensaje, ya sea oral u escrito, estaremos posicionándonos en esta categoría. La prosa no literaria reúne bajo sus filas textos de índole absolutamente diversa, variados, desde una carta de amor, a un texto científico, a un contrato de compraventa o al Preámbulo de la Constitución Nacional.

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Lehrer, L. (28 de febrero de 2022). Definición de prosa. Su origen, características, clasificación de la prosa literaria y otros tipos. Definicion.com. https://definicion.com/prosa/