La palabra enunciado, en el ámbito de la gramática y lo referente a la lengua, es una secuencia de palabras que tienen sentido como unidad comunicativa. Además, no necesariamente está delimitada por un punto seguido: esto significa que puede estar constituida por una, dos o más oraciones.

El concepto de enunciado ha ocupado gran parte de la literatura dedicada a los estudios sobre los componentes de la gramática, los constituyentes de un acto comunicativo y otras áreas similares, ya que en él confluyen diferentes elementos que pueden considerarse desde múltiples perspectivas.

El término proviene del latín tardío enuntiātus y de enuntiare, vocablos que hacen alusión a exponer una idea o presentarla.

Frase
Los enunciados parecen frases más o menos breves que caracterizan al acto comunicativo.

Características generales.

Para poder especificar las características de un enunciado hay que comprender los distintos niveles desde donde podemos observar una lengua, en este caso, el español.

A continuación veremos algunos de estos niveles de análisis:

  • Fónico: esta perspectiva analiza los sonidos que podemos encontrar en una lengua. Su finalidad es estudiar cómo se caracterizan y cómo se comportan estos sonidos al momento de ser organizados en palabras y, eventualmente, constituir oraciones o enunciados. Este nivel posee dos grandes perspectivas de estudio, la fonética y la fonología. En ellas es posible analizar la producción física (articulatoria) de los sonidos, denominados fonemas, en tanto en cuanto pertenecen al sistema de una lengua.
  • Morfológico: este nivel estudia los modos en que las palabras se forman a partir de las unidades con significado más pequeñas. Su objeto de estudio es el morfema y sus diferentes manifestaciones (raíz, prefijo y sufijo, entre otras), los valores que tienen en una palabra y las posibilidades que ofrece la lengua para crear nuevos términos. Así, si la unidad más pequeña de análisis es el morfema, la palabra es la más grande.
  • Sintáctico: este nivel encuentra como elemento de trabajo a la palabra y las maneras en que esta puede combinarse con otras para la construcción de oraciones (y párrafos, textos, unidades mayores). Estas relaciones entre palabras, por lo general, están sujetas a leyes que en cada lengua deben respetarse para construir oraciones comprensibles y correctas desde una perspectiva gramatical. Por ejemplo, la expresión «Perros los están ladrando» es incorrecta porque el español antepone el artículo (los) al sustantivo con el que concuerda (perros). 
  • Léxico-semántico: este nivel contempla, por una parte, el origen y formación de palabras en una lengua (lo léxico) y, también, los modos en que la combinación entre términos puede dar lugar a la construcción de sentidos, es decir, que sea coherente, comprensible.

En estos niveles, la unidad más grande de construcción es el texto, que se conforma a partir de un conjunto de oraciones ordenadas de modo coherente, cohesivo y adecuado. Sin embargo, no son las únicas formas en que la lengua puede observarse, ya que hay otro nivel más que contempla la lengua: el pragmático. 

Niveles de la lengua
Los enunciados pueden comprenderse como parte de los niveles en los que la lengua se divide.

El enunciado y la pragmática.

El término pragmática surge del griego πραγματικός (pragmatikós), utilizado para hablar de un hecho o un acto. Actualmente se emplea para señalar a una rama de la lingüística, la pragmática, en la que se analiza el lenguaje (más bien, el uso de la lengua) en su vínculo con aspectos contextuales inherentes al proceso comunicativo. 

Esta distinción es relevante para comprender la diferencia entre los conceptos de oración y enunciado. Estas palabras suelen ser utilizadas como sinónimos, pero esto es incorrecto.

La oración trabaja en los niveles fonético-fonológico, morfosintáctico y léxico, es decir, niveles internos a las reglas de la lengua. Por el contrario, el enunciado, además de contemplar todos esos niveles, trabaja a nivel extralingüístico, de cierto modo, pues en su análisis interviene el contexto:

  • El contexto de habla
  • La persona que habla
  • La función comunicativa

Para poder comprender mejor la diferencia, veamos la siguiente secuencia:

  • Ejemplo A: Cerrá la puerta.
  • Ejemplo B: Por favor, cerrá la puerta.
  • Ejemplo C: Me gustaría que cierres la puerta.
  • Ejemplo D: ¿Podrías, por favor, cerrar la puerta?

Los cuatro ejemplos constituyen oraciones diferentes: están conformadas por distintos elementos una respecto de otra (y una, incluso, es una oración interrogativa) y, a nivel sintáctico, se analizan de diversas maneras cada una. Sin embargo, las cuatro oraciones constituyen un único enunciado.

Esto se debe a que la interpretación pragmática de lo que cada una de ellas quiere expresar es la misma: en todas se le pide a alguien (con mayor o menor cordialidad, que es lo que las hace únicas) que cierre la puerta. Una de estas oraciones es muy transparente y directa en el pedido (ejemplo A), la segunda añade un elemento de cortesía (por favor) y las dos últimas son estilos mucho más corteses de transmitir el mensaje.

Plano pragmático
Los enunciados tienen que ver con la pragmática, es decir, con los hablantes y el contexto en el que esas palabras son emitidas.

De este modo, una definición adecuada de qué es un enunciado desde esta perspectiva es que son unidades de sentido que, en un intercambio comunicativo, determinan su duración por el cambio de roles entre quienes hablan. De ahí que puede haber un enunciado que tenga una única palabra:

  • ¡Basta!

Incluso, puede ser una manifestación no oracional, es decir, no hay formas verbales, como la segunda línea del siguiente ejemplo:

Acá no estuvo lloviendo en estos días, ¿qué tal por allá?

Tampoco.

La comprensión de los distintos enunciados depende, fundamentalmente, del contexto en el que pueden decirse. 

Tipos.

Las formas de clasificar a los enunciados puede considerarse a partir de un factor: la presencia o no de una forma verbal. De este modo, por una parte, encontramos los enunciados oracionales que se constituyen, sintácticamente, como una oración (en tanto en cuanto está conformada por un sujeto y un verbo). Los enunciados no oracionales no contienen la forma verbal.

A partir de esta gran distinción encontramos que, en uno u otro grupo, los enunciados pueden manifestarse de la siguiente manera:

  • Afirmativos o negativos
  • Dubitativos
  • Interrogativos o exclamativos
  • Imperativos
  • Desiderativo (expresión de deseo)

Autores que han abordado el concepto.

Hay dos autores cuyo trabajo en el siglo XX ha marcado el rumbo de los estudios sobre los enunciados: ellos son J.L. Austin y Émile Benveniste.

J.L. Austin.

John Langshaw Austin (1911-1960, Reino Unido) es quien formuló la Teoría de los actos de habla y, más específicamente, el concepto de acto de habla. Su libro, publicado tras su fallecimiento, «Cómo hacer cosas con palabras» (1962), inicia como una crítica a quienes consideraron que los enunciados describen estado de cosas del mundo (por ejemplo, «La Tierra es un planeta«) y se caracterizan por ser verdaderos o falsos. Austin logra poner en evidencia que no todos los enunciados son verdaderos o falsos, pues existen algunos que no pueden incluirse en una u otra categoría.

Verdad o mentira
El autor J.L. Austin señaló que los enunciados no tienen relación con la idea de verdad o falsedad.

Algunos ejemplos son los siguientes:

  • «Yo los declaro marido y mujer» es la expresión de un cura tras casar a dos personas
  • «Usted es condenado a cadena perpetua» es lo que un juez diría a quien ha sido encontrado culpable de un crimen

En ambas situaciones, esos enunciados no describen sino que hacen algo en el mundo, en el estado actual de cosas: dos sujetos pasan a estar unidos, por la institución religiosa, en santo matrimonio hasta sus fallecimientos; en el otro caso, alguien debe pasar el resto de su vida recluido.

Denominó enunciados performativos a estas manifestaciones, para distinguirlos de los que sí describen cosas del mundo.

Su teoría contempla los speech acts, los actos de habla, que se manifiestan, en simultáneo, en tres partes:

  • Locutivos: aquello que se expresa.
  • Ilocutivos: la intención de la persona al expresar un enunciado.
  • Perlocutivos: la consecuencia o el efecto que produce en su receptor.

Émile Benveniste.

El teórico y lingüista francés nacido en Siria, Émile Benveniste (1902-1976), alude a la enunciación como el acto en el que una persona se apropia de la lengua. De este modo, y en su teoría de la enunciación, pone en evidencia la indivisible unidad que conforman tanto el sistema de la lengua, con sus reglas, y la comunicación, que se manifiestan como unidad desde que la voz que enuncia profiere su discurso.

Esta manifestación ocurre cuando un sujeto se dirige hacia otro sujeto en un momento y en un tiempo determinados: gracias a esta manifestación lingüística, el sujeto que enuncia plasma su subjetividad, acto en el que deja ver su yo interno. 

Citar este artículo

Fernández, A. M. (30 de diciembre de 2022). Definición de enunciado. Rasgos, ejemplos y autores. Definicion.com. https://definicion.com/enunciado/