Paratexto es una palabra que, etimológicamente, refiere a “todo lo que rodea o acompaña a un texto”. En tanto que “para” posee origen griego y se interpreta como “junto” o “al lado de”. En este sentido, nos referimos a la información y a los datos destacados considerados de valor, que constituyen un todo y que, además, colaboran para lograr una mejor interpretación de aquello que el escrito desarrolla.
Se dice que es uno de los elementos fundamentales en el ejercicio de producción y comprensión de textos, puesto que está formado por un conjunto de unidades que entran en contacto directo con el lector, ya sea que se trate de un texto escrito impreso o uno digital.
Asimismo, un paratexto es considerado como un instructivo de gran importancia para el lector. Sencillamente, porque es una guía que anticipa de qué tratará el texto, sus características, propósitos y detalles menores. Además, está relacionado con toda la organización del texto y permite destacar los temas que poseen mayor o menor importancia en el desarrollo del escrito.
No hay que perder de vista que todo texto tiene un paratexto que lo identifica. Con esto nos referimos a una serie de elementos o partes que anticipan información al lector como, por ejemplo:
- El tema
- El autor
- Imágenes
- Gráficos
- Ilustraciones
- La vigencia de la información
- Propósito de publicación
Estos son solo unos de los datos que todo paratexto contiene, puesto que los mismos pueden ser mucho más de acuerdo a que se trate de un texto impreso o digital, un paratexto verbal o un paratexto icónico.
Volviendo, entonces, a la etimología de la palabra que aquí estamos estudiando: el paratexto está formado por una serie de elementos que rodean al texto y, por ello, lo potencian. Esto permite que, tanto lo escrito como lo icónico, se complementen para que el texto transmita el mensaje para el cual fue creado.
En síntesis, el paratexto, es la suma de partes que componen un escrito que permiten responder a las siguientes preguntas:
- ¿De qué se trata este texto?
- ¿Qué tipo de texto es?
- ¿La información es fácil de comprender?
- ¿Con qué se relaciona?
- ¿Tiene conceptos complejos?
- ¿Requiere síntesis?
Índice de temas
Tipos de paratextos .
Los tipos de paratextos son, básicamente, dos: por un lado, el paratexto verbal y, por otro lado, el paratexto icónico. Sea uno u otro el caso, es fundamental destacar que el paratexto brinda al escrito un aspecto físico y una apariencia peculiar, puesto que le dan un orden y, sobre todo, una mejor interpretación.
Paratexto verbal.
El paratexto verbal está compuesto por elementos concretos, existentes en casi todos los textos desarrollados correctamente. Nos referimos a:
- Título
- Subtítulo
- Índice
- Prólogo
- Referencia bibliográfica
- Notas a pie de página
- Mención del autor
- Fecha de publicación
Paratexto icónico.
El paratexto icónico refiere a las imágenes, fotos e ilustraciones que acompañan a todo texto. Sirve para atraer la atención del lector, pero también complementan y amplían la información cuando esta es muy compleja u abstracta. Todo aquello que se puede ver, explica mejor aquello que se lee y, por tanto, asegura una mejor comprensión lectora.
Elementos que forman parte del paratexto icónico
- Dibujos
- Fotografías
- Mapas
- Esquemas
- Tablas
- Mapas conceptuales
- Cuadros comparativos
- Ilustraciones
- Variaciones tipográficas
Existen otros tipos de paratextos igualmente válidos, los detallaremos a continuación.
- Paratexto a cargo del autor: se refiere a un tipo de paratexto en el cual es el mismo autor el que lo desarrolla y explica. Es decir, es él mismo quien escribe el prólogo, las notas aclaratorias, la dedicatoria, la biografía, los glosarios, etc.
- Paratexto a cargo del editor: elementos ubicados en espacios estratégicos de una publicación con el propósito de generar un impacto en el público, y así influenciarlo. Ejemplo de ello son las solapas, la tapa y contratapa, las ilustraciones, etc.
- Paratexto a cargo de un tercero: se logra cuando una persona ajena al escrito es invitada a escribir un prólogo, ya sea por su relevancia o por su relación directa con el autor y la temática a tratar. Asimismo, suelen aparecer como notas al pie de página, con la intención de explicar o aclarar ciertos detalles del texto. En todos los casos, siempre se persigue el mismo sentido: lograr que el escrito sea más claro y fácil de comprender.
División interna y externa.
El paratexto, a su vez, también puede ser analizado desde dos enfoques opuestos. Por un lado, desde una mirada interna y, por otro lado, desde una mirada externa. Vamos a conocer cada uno con más profundidad.
Paratextos internos.
Los paratextos internos son aquellos elementos que aportan datos a la historia que el escrito sostiene, sin formar parte de ella y añaden información sobre el autor.
Entre ellos podemos destacar:
- Portada: elemento clave para atraer la atención del lector, ya que su diseño y estética puede asombrar a quien lo vea y provocar la necesidad de continuar leyendo.
- Título: es la marca fundamental de toda obra. No solo habla de lo que trata el texto, sino que le aporta personalidad y estilo. Suele colocarse al finalizar todo el escrito y, además, puede responder a ciertas fórmulas creadas para la elaboración de títulos creativos y llamativos.
- Nombre o seudónimo: en muchos casos, el autor de una obra utiliza un seudónimo para firmar el texto, otras veces, coloca su nombre real. Esto es a elección del mismo.
- Datos importantes: suelen estar desarrollados en las páginas iniciales del libro, entre los datos más importantes encontramos el registro del libro o ISBN, los derechos de la obra, el nombre de la editorial, la fecha de edición, etc.
- Biografía: aquí se detalla la vida del autor, puede ir tanto en una solapa delantera como en la parte posterior del libro. Este tipo de dato sirve para brindar al lector una referencia sobre quien firma el material. Es, sin dudas, el primer encuentro entre el lector y el autor de la obra.
- Reseña: es el paratexto con el cual suele iniciar todo libro, es por ello que se lo describe como “la puerta de entrada”.
- Prólogo: suele estar al principio de la obra y es un paratexto opcional.
- Epílogo: es un apartado que permite explicar o aclarar ciertas dudas.
- Agradecimientos: un espacio donde el autor agradece a los involucrados en la obra.
- Dedicatoria: espacio para destacar a las personas o a las cosas que sirvieron de fuente de inspiración para crear el material.
Paratextos externos.
Los paratextos externos son los de carácter netamente físicos, es decir, son los elementos que forman un libro o una obra.
En este sentido nos referimos a la tapa, la solapa, la delantera, el lomo, la contratapa y la solapa posterior.
Si bien no todas las publicaciones contienen la misma cantidad de elementos paratextuales externos, no cabe duda de que la existencia de alguno de ellos aseguran una mejor estructuración del contenido.
Para qué sirve un paratexto.
Un paratexto no solo sirve para anticipar lo que el lector encontrará en un escrito determinado sino que, además, se transforma en un elemento fundamental para evitar desperdiciar el tiempo en una lectura inútil o alejada de sus intereses particulares.
Esto se debe a que, básicamente, un correcto uso de los elementos paratextuales y una buena interpretación de los mismos, permitirán ahorrar tiempo. Puesto que la información obtenida será la indicada, ya sea que estemos realizando una investigación o, sencillamente, esté en la intención del lector ampliar su conocimiento sobre algún tema en particular.
Citar este artículo
Navicelli, V. (7 de noviembre de 2022). Definición de paratexto. Tipos, división interna y externa, para qué sirve un paratexto. Definicion.com. https://definicion.com/paratexto/
