La palabra lectura encuentra su origen en el latín lectūra, vocablo que posee su raíz en legĕre, que alude a leer. Esta noción, por lo tanto, refiere al acto de leer una obra o un texto determinado. Asimismo, esta acción implica una interpretación. O sea, el ejercicio de leer conlleva una interiorización, un análisis y una comprensión. Solo así podemos decir que se hizo una lectura comprensiva y correcta.

Entonces, la lectura, como tal, es un proceso intelectual en el que intervienen ciertos procesos cerebrales, sensoriales y hasta psíquicos. Todos estos permiten que la mente realice de manera exitosa una decodificación de los datos o estímulos recibidos. Esto mismo se traduce en la comprensión e interpretaciones que anteriormente mencionamos.

Básicamente, esta acción de carácter intelectual supone poner en juego una capacidad mental y cognitiva que permite al sujeto que lee, entender y grabar el conjunto de lenguajes que tiene a su alcance. Es importante destacar que la lectura puede darse en múltiples formatos como por ejemplo:

  • Visual
  • Gráfico
  • Táctil
  • Sonoro

El ser capaz de contar con las competencias adecuadas para poner en práctica el ejercicio de la lectura podrá no solo pronunciar las palabras escritas en cualquier tipo de soporte, sino que, además, podrá diferenciarlas con claridad, comprender su significado y alcanzar una visión global y clara de la totalidad del texto.

Es decir, será capaz de entender, interpretar y comprender. Esto, sin dudas, le permitirá ampliar su vocabulario, saberes y conocimientos, habilidades cognitivas y, sobre todo, aprenderá a relacionarse mejor en el contexto en el cual se encuentre.

Lectura beneficios
Uno de los beneficios de la lectura es que permite desarrollar ideas y contar historias.

La lectura como proceso.

La lectura, como todo proceso intelectual, requiere de un periodo de entrenamiento. Si bien este acto de leer es una actividad humana por excelencia, no cabe duda de que debe ser aprendida y practicada para lograr velocidad, fluidez y, especialmente, sentido y comprensión.

La lectura está vinculada de manera muy estrecha con el procedimiento de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla en la escuela. Durante todo el periodo de escolarización, el estudiante no solo aprende a leer, sino que también adquiere herramientas que le permiten comprender, entender e interpretar correctamente aquello que está leyendo. Además, el propósito del ejercicio de la lectura es ganar velocidad y, con ella, conocimiento.

Una persona que practica la lectura y la domina con seguridad, puede leer hasta 250 palabras de corrido en un minuto. Esto se logra destinando cierta cantidad de tiempo a la lectura de cualquier clase de obra o texto. Considerando que, asimismo, se pueden leer el movimiento del cuerpo, los gestos, etc.

La lectura como práctica es tan valiosa que los académicos han desarrollado técnicas de estudio para que la gente sean capaz de potenciar esta habilidad, lograr una velocidad de lectura clara y fluida y desarrollar mayores (y mejores) procesos intelectuales.

Características del proceso.

  • Comienza a edad temprana (5 o 6 años de edad).
  • Fortalece el movimiento ocular.
  • Favorece la fijación de la vista.
  • Permite identificar símbolos y signos.
  • Desarrolla la fonación (lectura que pasa al habla).
  • Potencia la comprensión y la atención.
  • Intensifica el trabajo intelectual del cerebro.

Lectura mecánica.

Se trata del primer tipo de lectura que aprende un niño o una niña a temprana edad y, generalmente, en la etapa escolar. Puede que aprenda antes, pero esto dependerá del compromiso familiar.

Para desarrollar la lectura mecánica, en primera instancia, no se requiera la comprensión del texto. Más bien, se desglosan las ideas y las letras son transformadas en fonemas. Es decir, se aprende la unión de las palabras (vocales y consonantes) mucho más que el sentido de lo que se lee.

En este tipo de lectura hay que considerar tres aspectos:

  1. El ritmo
  2. La fluidez
  3. La entonación

En los tres casos es fundamental trabajar en lograr una velocidad normal y el respeto por los signos de puntuación.

Lectura comprensiva.

En la lectura comprensiva ya se produce una interpretación de lo que se lee. Luego de la instancia de reconocimiento de las palabras y del respeto de los signos, el trabajo está puesto en la interpretación del texto.

En esta etapa, el lector ocupa un rol activo en todo el proceso intelectual, ya que es su cerebro el que decodifica el mensaje y lo analiza para interpretarlo más tarde correctamente.

Asimismo, la lectura comprensiva permite potenciar el fenómeno cognitivo de todo ser humano. Gracias al ejercicio de la lectura, cada persona puede añadir nueva (y mejor) información a su enciclopedia mental. El lector entiende lo que lee, lo procesa, lo almacena en su mente y, de este modo, refuerza su desarrollo intelectual.

Lectura crítica.

En el caso de la lectura crítica, el sujeto se vuelve un ser mucho más activo, ya que lo que ocurre es que analiza aún más lo que lee. Es decir, no basta con comprender el texto, sino ir más allá y evaluar la estructura y las técnicas empleadas para la elaboración de dicho material.

Esta mirada crítica es la que luego permite aplicar ciertas técnicas de estudio y sintetizar los textos académicos, por ejemplo.

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La lectura recreativa es aquella cuyo único propósito es distraer al lector.

Clasificación de la lectura.

A partir de lo expresado anteriormente, podemos pensar que existe una clasificación de lecturas o diferentes modos de leer un texto. Aquí vamos a enumerar las más conocidas.

Lectura recreativa.

La lectura recreativa es aquella práctica cuyo propósito es entretener al lector. En este marco, la lectura se torna un método para dispersar la mente, a la vez que se practica la velocidad y la comprensión lectora.

Lectura reflexiva.

La lectura reflexiva consiste en leer el texto (sea este uno académico o un simple mensaje informal) y reflexionar sobre su sentido. Este ejercicio colabora en desglosar ideas y en profundizar las técnicas de escritura.

Lectura superficial.

La lectura superficial es aquella en la que se lee un texto de manera rápida, tomando en cuenta lo estructural y su contenido general. Esto permite, de antemano, saber si el texto en cuestión será de interés.

Otros tipos de lectura son el sistema braille, la musical, la informativa, la dramatizada y la adivinatoria.

lectura clasificación
Leer implica adquirir nuevos conocimientos y ampliar el vocabulario.

Técnicas de lectura.

Leer también implica tener una técnica para lograr comprender mejor el contenido de un texto. Entre las técnicas de lectura más conocidas encontramos las siguientes:

  • Lectura secuencial: se trata de una técnica que permite leer el texto de manera completa, es decir, desde su inicio y hasta su fin sin realizar ningún tipo de interrupción. En este caso, se omite todo tipo de ruido o elemento que interfiera en la lectura propiamente dicha.
  • Lectura puntual: aquí solo se presta atención a aquello que genera interés al lector. Es decir, solo se leen partes concretas de un texto general.  
  • Lectura intensiva: se produce una lectura lenta pero con detalle. Se trata de prestar mayor atención a elementos o fragmentos del texto como lo son las palabras y detalles infográficos.
  • Lectura silenciosa: es un tipo de lectura inicial en el que se lee con atención un texto sin hacer uso de la voz. En ella solo se aplica el movimiento ocular y se pronuncian las palabras de manera mental. Este ejercicio colabora en la fijación y la atención. El proceso es individual.
  • Lectura oral: técnica en la cual sí se utiliza la voz, es decir, el texto se transforma en algo audible. Aquí la lectura puede ser un hecho colectivo, pues se comparte con otros. Aunque también puede ser un ejercicio individual para mejorar la velocidad y la escucha activa.

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Navicelli, V. (6 de julio de 2022). Definición de lectura. Como proceso, clasificación, técnicas de lectura. Definicion.com. https://definicion.com/lectura/