Con el término disciplina se alude al seguimiento que las personas tienen respecto de reglas, métodos o disposiciones de otra persona o de una doctrina.

Se lo vincula con instrucciones, con la normativa y con la imposición, incluso. Además, tiene una connotación tanto negativa como positiva: esto depende del contexto. Otros términos que se le asocian son obediencia, sumisión, orden y educación.

La palabra proviene del latín disciplīna, que a su vez deriva de discipulus, es decir, la persona que aprende (o, incluso, que se deja enseñar). Estos dos términos tienen que ver, a su vez, con el verbo latino discere, relacionado con el aprendizaje y la enseñanza.

Tiene,además otros usos: disciplina es el nombre de un látigo, realizado con varas de cáñamo, que se utilizaba para el denominado ritual de la mortificación (usualmente, es parte de prácticas vinculadas con lo religioso). Se usaba tal látigo para autoinfligirse heridas en el cuerpo.

Autoridad
La disciplina, usualmente, supone una figura de autoridad.

Disciplina en instituciones.

Cuando la disciplina se vincula con la organización y la autoridad, es posible pensarla como un elemento más de ciertas instituciones sociales. En algunos espacios, el seguimiento de reglas o de un código es un elemento fundamental para poder habitarlo y para poder permanecer en él.

Es importante tener en cuenta que en estos espacios rige otro elemento que es inherente a la disciplina: la jerarquía. ¿Qué significa esto? La jerarquía implica una estructura que, en estos casos, va en orden descendente: arriba la autoridad, y en los escalones inferiores se van ubicando, de acuerdo con sus rangos, las demás personas.

Para sostener tal jerarquía, la disciplina es crucial: quien está en un escalón inferior no puede contradecir o faltar el respeto a quien esté ubicado en un rango superior. Este tipo de comportamientos es una de las marcas más significativas en instituciones claramente atravesadas por la disciplina, como el ejército, ejemplo arquetípico de ello.

La subordinación a la autoridad es, en esta institución, una muestra de respeto hacia los superiores. Esto no solo es así en consonancia con el planteo que los reglamentos y códigos de comportamiento señalan, sino que es un valor en sí. Además, la disciplina militar contribuye con la creación de hábitos, comportamientos y costumbres que unifican el comportamiento del cuerpo en general (es decir, de todos sus miembros).

Atenerse a las reglas permite también que, en situaciones críticas, en misiones, o en circunstancias donde sus vidas pueden ponerse en juego, el comportamiento organizado del grupo ayude a salir de tales situaciones con éxito.

Ejército
El ámbito militar es el arquetipo de lo que se considera una institución disciplinar.

Otra institución en la que la disciplina es aplicada para la convivencia cotidiana es en las escuelas. Esto se aplica tanto en los niveles donde se trabaja con infancias (jardín, nivel primario y secundario) como en donde se trabaja con adolescentes y adultos (secundarios, terciarios, instituciones universitarias). El respeto por la autoridad, encarnada en los docentes y maestros, es una metodología que contribuye con fomentar el respeto hacia los mayores y hacia la autoridad.

Disciplina en el ámbito familiar.

Además de lo que se aprende en estas instituciones, se nos enseña, desde pequeños y desde el ámbito familiar, a no desobedecer a quienes son mayores (padres, abuelos, e incluso otros adultos en general). Este tipo de enseñanzas tiene como finalidad contribuir con el respeto que los menores aprenden hacia sus mayores en particular, y hacia otros en general.

En la actualidad, a la luz de nuevos debates, la problemática de cómo se ha ejercido históricamente y en generaciones anteriores la disciplina sobre los más pequeños se ha puesto sobre la mesa y ha sido debatido en diferentes ámbitos. Los límites son, desde la infancia, una forma sana y clara de enseñar responsabilidades. La disciplina puede ser útil para aprender, por ejemplo, tareas dentro del hogar:

  • Despertarse y hacer la cama
  • Acomodar la ropa
  • Acomodar juguetes
  • Completar tareas de la escuela para salir a jugar
  • Respetar horarios de televisión, videojuegos u otros métodos de entretenimiento

Sin embargo, es común oír que la disciplina se haya ejercido de forma quizás muy rigurosa sobre los más pequeños, e incluso de maneras que, a largo plazo, haya podido afectarles. Diferentes organizaciones alrededor del mundo, como UNICEF, han recopilado información sobre cómo se educa en los entornos intrafamiliares.

Estos estudios demuestran que muchos niños, desde pequeños, son disciplinados no solo con el ejercicio de la autoridad, sino mediante castigos que pueden incluir el maltrato verbal e, incluso, el físico.

Hoy por hoy, se trata de fomentar desde diferentes espacios (como en las escuelas, y en interrelación con los hogares) alternativas que eviten que se recurra a castigos que puedan herir emocional, física o psicológicamente a los menores.

Muchas veces, detrás de estos castigos muchas veces se busca enseñar y educar al menor. Sin embargo, si ese niño o niña es castigado con frecuencia puede desarrollar inseguridades a futuro (no importa lo que haga: de todos modos será castigado). También, puede aprender a reprimir sus emociones, principalmente las negativas, para evitar un reproche de parte de quienes lo disciplinan.

Disciplina en niños
Desde pequeños se nos enseña a respetar la autoridad y a incorporar hábitos de disciplina.

Nuevas alternativas a aquellas prácticas pueden requerir la compañía de profesionales que asistan a los padres, y acompañen en el camino de una crianza más afectuosa, donde los padres puedan comunicar sus frustraciones y donde puedan transmitir, asertivamente, sus emociones a sus hijos. De este modo, algunas formas de ejercer disciplina de forma positiva pueden ser las siguientes:

  • Tratar de tener en mente siempre qué acciones realiza el niño en función de la etapa de su vida en la que se encuentra (y qué se le puede demandar o exigir): no es lo mismo intentar explicar límites u órdenes a un niño pequeño que a un niño que está en sus primeros años escolares, por ejemplo.
  • Tratar de cuidar las palabras que se usan con ellos y, fundamentalmente, hacia ellos: escucharlos, prestarles atención y ponerles límites sin recurrir a expresiones que puedan herirlo son una posibilidad.
  • Tratar de mantener la firmeza, sin apelar a la agresividad.
  • Tratar de reconocer si existen situaciones que puedan provocar la molestia en el niño, y tratar de anticiparse a ello: incorporar elementos lúdicos, de juego, también puede contribuir.
  • Asignarle algunas responsabilidades que le ayude a aprender a cumplir tareas pequeñas, como acomodar juguetes o alimentar a sus mascotas. Esto lo incentiva a tomar decisiones en determinados contextos, y a aprender a adquirir seguridad en sí mismo.

Disciplinas y deportes.

La disciplina en el deporte es un elemento crucial, sino imprescindible, para poder desarrollarse en él. La creación de hábitos saludables, de esquemas de entrenamiento e incluso un plan organizado de alimentación son, usualmente, los pilares de estas actividades.

La disciplina en este caso consiste en poder planificar avances en el ejercicio de uno u otro deporte, en ponerse metas a corto y largo plazo y en intentar trabajar para alcanzar esos objetivos.

Disciplina en el deporte
La rutina, el hábito y la disciplina son constantes en el mundo del deporte.

Una persona que realiza actividad física por salud o por placer, sin entrenar como un atleta, tiende a desarrollar una disciplina. Esto le permite realizar sus actividades de forma regular, varias veces a la semana. Diferente es el caso de un atleta de alto rendimiento, cuyas actividades giran en torno a mantenerse en forma, sin perder sus habilidades, para posibles competencias o torneos.

La disciplina, aquí, será mucho más intensa. Esto abarca desde la rutina de actividades físicas hasta controles y chequeos médicos que lo autoricen a continuar con determinados ejercicios para cuidar su cuerpo y su salud. Se controla incluso la alimentación, que seguirá un plan mucho más riguroso al que deben ajustarse casi obligatoriamente.

En las artes o la ciencia.

La palabra disciplina, además, tiene otros usos relacionados con los diferentes campos de estudio. En este sentido, es un sinónimo de campo de conocimiento. Las disciplinas usualmente configuran un conjunto de enseñanzas relacionadas entre sí, que constituyen una forma específica de saber. En este sentido, suelen enseñarse en los grados académicos más avanzados, como por ejemplo en la universidad.

Si pensamos en, por ejemplo, las humanidades (es decir, lo vinculado con el hombre, la sociedad, la cultura), podemos pensar en numerosas disciplinas en su interior:

  • Filología,
  • Literatura,
  • Historia,
  • Sociología,
  • Derecho,
  • Antropología, entre otras.

Cada una de estas áreas tiene una forma específica de abordar su objeto de estudio, sus métodos, sus autores y sus objetivos de análisis. Es posible que puedan originarse cruces interdisciplinarios entre ellas, lo que potencia el punto de vista de cada una, ya que se complementan dos maneras diferentes de observar la realidad.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (12 de agosto de 2022). Definición de disciplina. Acepciones, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/disciplina/