Autodeterminación es la denominación que recibe la capacidad o habilidad que tiene una persona, una comunidad o un país, incluso, de desarrollar su libertad de elección e independencia en la toma de decisiones.

Es, entonces, una forma de libertad individual, sin que esté regido por disposiciones de terceros, y que permite a quien la ejerce tenga autosuficiencia.

La palabra surge de la unión entre dos términos: auto-, es decir propio, y el término de origen latino determinatio, es decir, decidir algo, establecer algo o poder indicar algo con precisión.

Independencia
La autodeterminación nos permite tomar decisiones por nosotros mismos, lo que nos brinda sensación de independencia.

Modelos teóricos.

Una reconocida propuesta teórica respecto de la autodeterminación es la construida por los investigadores y teóricos Richard M. Ryan y Edward L. Deci, quienes hacia la década del 70, en Estados Unidos, iniciaron las investigaciones sobre el tema y que culminó en un libro publicado 15 años después.

A diferencia de propuestas teóricas que sostenían que las motivaciones de las personas tenían que ver con aspiraciones personales como aquello que brinda placer y/o satisfacción, Ryan y Deci proponen tres motivaciones. Cada una de las tres propuestas se conocen como una motivación intrínseca:

  • Autonomía: este móvil implica el deseo de sentir que tenemos soberanía personal, es decir, autocontrol y autorregulación, que nadie más nos indica qué o cómo hacer. Se supone, entonces, que hay una fuerte autonomía en la toma de decisiones.
  • Competencia: esto supone el desarrollo de habilidades, el trabajo en el autoconocimiento y la posibilidad de explorar actividades que nos interesen y de llevar adelante nuestras pasiones. Esto se interpreta como la posibilidad de tener libertad de acción en nuestra vida cotidiana y laboral, incluso.
  • Relación: este punto, también entendido como una motivación de conexión, nos habla de la necesidad de poder construir vínculos con otros. Esto aumenta nuestra autoestima, ya que desarrollamos el sentido de la pertenencia a un grupo o una comunidad, le da forma a nuestra identidad personal y contribuye con mejorar nuestra capacidad de adaptación.
Vínculos humanos
Podemos construir metas y objetivos cuyas motivaciones sean adquirir independencia, más conocimiento o vínculos humanos más cercanos con otros.

Cuando estas motivaciones logran ser cumplidas o al menos nuestra orientación de metas apunta directamente hacia ellas, nos sentimos con el ánimo suficiente para poder estar motivados en otros aspectos de nuestra vida. Esto contribuye con nuestro bienestar general, nos brinda una sensación de empoderamiento y la confianza en uno mismo aumenta.

Principios y formas de desarrollarla.

Encontramos que hay algunos principios esenciales para poder desarrollar y trabajar en nuestra autodeterminación. En primer lugar, podemos trabajar en la habilidad de tomar decisiones: esto nos permite tener la determinación de sopesar opciones y de tomar una decisión con claridad y autorreflexión.

Esta capacidad de elección nos permite también construir un pensamiento independiente de factores externos, donde la última decisión la tengamos nosotros, como resultado de una fuerte inteligencia emocional.

Además, podemos aprender de la resolución de problemas: esto, de forma complementaria a la toma de decisiones, nos entrena en el autocontrol emocional, fundamentalmente en situaciones de estrés y de presión. El autocontrol emocional es una gran competencia personal para poder desarrollar nuestro control interno y para poder aprender a focalizarnos en lo importante.

Finalmente, podemos enfocarnos en la autogestión, la autorregulación y la autoconciencia. Estos tres elementos suponen un profundo trabajo de conocimiento de nosotros mismos, que se desarrollan con práctica, con errores y aciertos, y que son esenciales para nuestro crecimiento personal.

Nos ayudan a conocer nuestros límites, nuestros puntos fuertes, qué tareas podemos realizar de forma óptima y en cuáles necesitamos un soporte.

Elecciones de vida
La autodeterminación y la indpenendencia que adquirimos nos ayuda a tomar mejores decisiones cuando nos encontramos frente a una encrucijada.

Su valor en diferentes contextos.

Podemos considerar la puesta en práctica de la autodeterminación desde tres perspectivas.

En primer lugar, desde la salud. Cuando consideramos el cuidado de la salud y del cuerpo, muchas veces, esta es vista como una tarea que nos quita tiempo. Sin embargo, un enfoque más consciente sobre el valor del autocuidado nos puede ayudar a pensar el cuidado de la salud desde una muestra de atención hacia nuestro cuerpo y hacia nosotros mismos.

Esto nos permite poder tomar decisiones sobre nuestra salud de manera informada, interviniendo en aquello que nos proponen los profesionales y con la motivación de que los cambios que podamos realizar en nuestra vida serán positivos. Además, al ocuparnos de nuestra salud, podemos dar paso a un estilo de vida más saludable, que no solo se manifiesta en lo físico, sino también en nuestro ánimo, nuestros hábitos de descanso, de trabajo y en nuestro bienestar integral.

Por otra parte, encontramos el desarrollo de la autodeterminación en educación. Aquí, la autodisciplina y la construcción de conocimientos de forma autónoma puede ayudarnos a fortalecer nuestra libertad de pensamiento y nuestra libertad de expresión, nos ayuda a aumentar nuestra conciencia social, y nuestra forma de percibir el mundo que nos rodea.

Salud física
El cuidado de nuestro cuerpo es también una parte esencial de la autodeterminación, y nos ayuda a construir hábitos saludables y de disciplina.

También, cuando trabajamos en la iniciativa autónoma de construir conocimiento, nos volvemos más independientes, con un sentido elevado de la responsabilidad y del compromiso con nuestro desarrollo académico. Esto nos permite no ser meros estudiantes que reciben información de quienes enseñan, sino que también tomamos parte activa de nuestra propia construcción de saberes y, por ende, de posibilidades a futuro.

Finalmente, la autodeterminación en el trabajo es una herramienta que nos puede permitir experimentar la autonomía necesaria para poder desarrollarnos en nuestra área de trabajo, y para alcanzar nuestros objetivos.

Como herramienta de motivación, nos permite impulsarnos un paso más adelante de nuestras posibilidades, para intentar trabajar de forma organizada, con objetivos a corto, mediano y largo plazo, y en relación con proyectos y metas que deseemos cumplir. Es importante, sin embargo, poder hacer un balance vida-trabajo, que nos permita equilibrar nuestros tiempos de ocio y descanso con el tiempo productivo.

Además, la motivación en nuestro trabajo nos ayuda a buscar herramientas que nos permita progresar laboralmente, adquirir nuevas herramientas y más conocimientos que nos permita optimizar nuestras tareas. De este modo, adquirimos más saber sobre nuestro campo, y se abre una posibilidad de explorar nuevas alternativas.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (18 de diciembre de 2023). Definición de autodeterminación. Modelos, rasgos y usos. Definicion.com. https://definicion.com/autodeterminacion/