La palabra semblanza, en español, se utiliza para señalar la descripción efectuada sobre una persona. Por lo general, se hace respecto de aspectos físicos y psicológicos. Esto suele acompañar la descripción biográfica de alguien.

El término proviene del verbo semblar que, a su vez, deriva del latín similare, es decir, ser semejante a otro elemento o sujeto, o imitar.

Características.

La semblanza, como texto, tiene como característica principal la descripción. Mediante ella se construye un escrito organizado, por lo general de manera cronológica o con otro orden específico, sobre algún aspecto particular que se desee exteriorizar en relación a un ser humano.

texto descriptivo
La semblanza se caracteriza por tener un amplio uso de la descripción sobre una persona.

La idea de un aspecto por detallar permite considerar que existen distintos tipos de semblanzas sobre alguien. Algunas pueden ser sobre los hechos cronológicos de su vida; otras, sobre descripciones en torno a su aspecto físico; algunas, incluso, pueden recopilar la información específica sobre su trabajo o su obra en un determinado campo.

Otra particularidad de las semblanzas es que no son obras de gran extensión, y suelen acompañar otros textos que sí son más amplios y largos. También pueden ser resúmenes introductorios a un material de mayor magnitud, ya que permiten tener un panorama más preciso sobre lo que esa persona realizó.

Cuando un libro se publica, su extensión puede variar entre 100, 200 o 500 páginas. La semblanza, sin embargo, no tendrá más que unas pocas páginas. Por lo general, no necesita tener más de dos o tres, donde se sinteticen los hechos y aspectos más importantes.

Además, si bien suele estar escrita por alguien diferente del autor, el mismo protagonista de la semblanza puede redactarla y tratar de destacar los hechos que para el público puedan ser relevantes.

Tipos.

Los múltiples tipos de semblanzas pueden describirse en función de aquello que se desea destacar en esa creación. Veamos a continuación algunas variedades.

Semblanzas biográficas y diferencia con la biografía.

Un primer ejemplo es la semblanza biográfica. Cabe destacar que este tipo de textos suele ser confundido con la biografía, que constituye no solo una clase de escrito diferente sino que, además, conforma un género de larga data.

Biografías
Las semblanzas biográficas describen datos cronológicos sobre alguien sin alcanzar la extensión de una biografía propiamente dicha.

No puede ser denominada una biografía en sí ya que la biografía corresponde a otra categoría:

  • Tiene una mayor extensión.
  • Constituye una obra en sí misma.
  • El contenido resulta de una profunda investigación y análisis de los hechos que acontecieron en la vida de una persona o institución.
  • No es un texto que se narra con absoluta objetividad ya que, muchas veces, el autor de la biografía se permite reflexionar o comentar su propia perspectiva sobre aquello que está relatando.

Las biografías pueden ser de dos tipos: autorizadas y no autorizadas. Las primeras son aquellas cuya publicación ha sido aprobada con anterioridad por el protagonista de la obra (si continúa vivo) o por su familia y/o gente cercana a su vida y obra.

En este caso, quien redacta la biografía suele contactarse con parientes, amigos y allegados, pues en varias ocasiones la biografía aborda temáticas que pueden ser dolorosas, incómodas o molestas y, sin aprobación familiar, el autor puede tener problemas legales. Las biografías no autorizadas, por otra parte, son aquellas que no cuentan con el aval del protagonista o sus allegados.

La semblanza biográfica, por otra parte, tiene más bien vínculos con dos figuras retóricas muy empleadas en la literatura: la prosopopeya y la etopeya. La primera se utiliza para una descripción física. Aquí pueden intervenir las valoraciones personales del autor de esa breve narración por lo que, si no se realiza de forma cuidadosa, dicho trabajo puede resultar ofensivo para el protagonista.

La etopeya, por otra parte, constituye una figura retórica que narra los aspectos psicológicos y morales de aquel a quien se describe, su carácter. Aquí pueden narrarse tanto las costumbres cotidianas como las acciones más destacadas de su existencia.

Extensión textual
Las semblanzas biográficas no tienen una extensión muy amplia.

Semblanza política.

La semblanza política es una construcción textual orientada a iluminar los aspectos más relevantes de la vida política de alguien. Este tipo de textos puede combinarse con aquellos de tinte más bien biográfico y permiten dar cuenta del perfil de un gobernante de forma integral y completa.

Además, contribuye con la dilucidación de hechos o eventos específicos que, con otra mirada, pueden presentarse ante el público.

Semblanza curricular.

Un último estilo de semblanza es el curricular, donde se organizan de manera ordenada los datos relativos a una trayectoria profesional.

Suelen ser escritos por quien protagoniza esa construcción, ya que estas semblanzas pueden constituir un requisito necesario para presentar, por ejemplo, en un nuevo trabajo. Gracias a la semblanza curricular puede darse cuenta de la formación y el nivel de estudios, la trayectoria, las actividades complementarias y otros datos de interés.

Si se presentan para un puesto de empleo suelen ir acompañadas de otros documentos importantes, como un curriculum vitae y diplomas o certificados con los que se ratifique que se ha completado algún curso.

Puede incorporar, además, información que la misma persona considere valiosa para ese puesto en particular. Por ejemplo, es posible listar las habilidades específicas, como la capacidad de trabajar en equipo o bajo presión; habilidades de liderazgo o en otra área, y otras aptitudes.

Semblanza curricular
Los datos de un curriculum vitae pueden ser útiles para ampliar la semblanza curricular.

Cómo se construyen.

Más allá del tipo particular de semblanza que se esté por redactar, es importante tener en cuenta lo siguiente:

  • Realizar una investigación exhaustiva sobre la persona sobre quien se va a escribir: esto permite tener en cuenta los datos más relevantes e ineludibles en la semblanza. De igual modo, permite hacer foco en los hechos que mayor interés o admiración puedan generar en quienes lean el texto.
  • Organizar toda la información que se desee buscar por grupos o tipos (información biográfica, o datos sobre el universo profesional, o el estilo de referencias que van a brindarse)
  • Contactar, siempre que sea posible, al sujeto sobre quien se va a escribir la semblanza. De este modo se logra obtener más información, dilucidar algún punto en particular o conocer si hay, o no, acuerdo con el contenido.
  • Examinar si hay semblanzas previas o algún otro material donde se hable del mismo ser, en general, y sobre el tópico que se va a abordar en específico. Así, se evitan las reiteraciones y se reduce la chance de equivocarse en algún dato (como el nombre de una obra, una presentación o una fecha).

La semblanza, finalmente, debe potenciar la información. Es esencial tratar de acotar los datos y respaldarlos con fuentes fidedignas. Esto ayuda a que quien escriba no cometa errores, no difunda cuestiones falsas y que, en última instancia, su reputación pueda verse afectada por brindar contenido que no es adecuado.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (12 de enero de 2023). Definición de semblanza. Rasgos, construcción y tipos. Definicion.com. https://definicion.com/semblanza/