Etimológicamente, el término lengua procede del latín, del vocablo lingua, el cual designa al órgano de tipo muscular ubicado al interior de la boca del ser humano y de los animales vertebrados.
Este pequeño pero fuerte miembro tiene múltiples funciones vinculadas a la deglución y masticación de los alimentos, al sentido del gusto y del habla. Con respecto a esto último, cabe aclarar que la lengua es una estructura movible fundamental para la modulación de los sonidos.
Por esta razón, el concepto luego se trasladó al ámbito de la comunicación y comenzó a emplearse como sinónimo de idioma. A partir de allí surgieron vocablos derivados como lenguaje o lingüística. A modo de referencia, podemos decir que si deseamos conocer el significado de una palabra o su uso correcto en nuestro idioma, podemos recurrir al Diccionario de la lengua española.
Volviendo al sentido anatómico del término, es preciso indicar que todos los mamíferos, las aves, los reptiles y la gran mayoría de los anfibios poseen lengua, aunque su función puede variar de una especie a otra. Por ejemplo, en el caso de los anfibios como los sapos y las ranas, o de pequeños reptiles como las lagartijas, la lengua es de gran utilidad para atrapar los insectos de los que se alimentan. El caso de las serpientes es particular ya que cuentan con lengua bífida, es decir, bifurcada, la cual emplean para captar la temperatura del ambiente y los olores.
Del mismo modo, constituye un órgano esencial para los animales rumiantes, tales como las vacas, los toros o las ovejas, los cuales se valen de la lengua para enrollar y luego arrancar el pasto del suelo. Muchos animales la utilizan para beber. Si nos detenemos a observar este procedimiento en un perro o un gato, veremos cómo curvan y atraen velozmente la lengua hacia la boca, cargada de agua. Los seres humanos también la empleamos para mover el alimento en la boca, ayudando en la masticación, y para conducirlo hacia la garganta (deglución).
Es interesante destacar que, a su vez, la lengua contiene órganos sensoriales denominados papilas gustativas, esenciales para la percepción de los distintos sabores. Se habla de cinco sabores básicos: el dulce, el salado, el ácido, el amargo y el umami (del japonés, “sabroso”, “delicioso”). Tradicionalmente, se creía que cada sabor correspondía a un sector específico de la lengua pero, al parecer, se comprobó que los receptores del gusto están distribuidos de un modo bastante uniforme y no solamente en la lengua, sino también en el paladar y en otras partes cercanas.
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Lengua y lenguaje .
Como dijimos, en otro contexto, la palabra lengua es empleada en referencia al idioma, es decir, al sistema de signos al que las personas recurrimos para comunicarnos. Justamente, como el proceso comunicativo puede darse de manera oral o escrita, este sistema incluye signos lingüísticos (letras o caracteres) que pueden ser expresados de forma gráfica o sonora.
Por eso, decimos que la lengua (o idioma) representa un código lingüístico. El mismo presenta convenciones y reglas que deben conocerse y cumplirse para que el acto comunicativo resulte efectivo. En el caso de la lengua de señas, nos referimos a un tipo de comunicación gestual que, aunque no sea verbal, también se vale del código lingüístico.
Existen múltiples lenguas alrededor del mundo, distribuidas en múltiples países y regiones. Además, una misma nación puede presentar, en distintas áreas geográficas, una variedad de lenguas o dialectos (variantes de la lengua).
Por otro lado, el concepto de lenguaje designa la capacidad que tenemos los humanos de ejecutar la lengua para expresarnos, es decir, de ejercer un proceso comunicativo basado en un sistema de signos. La lingüística, por su parte, es una ciencia dedicada al estudio de la lengua.
Existen distintas formas de clasificar a las lenguas. Por ejemplo, si tenemos en cuenta su origen histórico, podríamos decir que las lenguas romances o latinas (español, portugués, francés, italiano, rumano y catalán, entre otras) evolucionaron del latín, considerándose, entonces, a esta última como lengua madre de aquellas.
Además, una persona que abrió sus ojos al mundo en Argentina podría decir que su lengua materna es el español, puesto que ha nacido en un país o en una familia de habla hispana y ese fue el primer idioma que aprendió y el que le resulta más natural para expresarse. Claro que también podría tener una segunda lengua, como el inglés, aprendida en la escuela, por ejemplo.
Por otro lado, se habla de lengua viva cuando efectivamente es empleada por una comunidad para comunicarse, es decir, su uso es frecuente y actual. Contrariamente, una lengua muerta es aquella que ha quedado en desuso.
Está claro que la lengua es muy importante en lo que se refiere a la identidad nacional o en la expresión de la propia identidad. Por ejemplo, el hecho de hablar catalán o vasco en España trae aparejado un profundo bagaje simbólico.
Finalmente, algunas religiones introdujeron el concepto de lengua santa para designar a aquella que ha sido empleada para la revelación divina. Tal es el caso del hebreo dentro de la religión judía. Esa es la lengua que, según el Antiguo Testamento, hablaba toda la humanidad antes de que Dios dispersara los distintos lenguajes por el planeta, causando la confusión de las lenguas tras la construcción de la torre de Babel.
Expresiones comunes.
Habiendo comprendido el significado del término, estamos en condiciones de mencionar algunas expresiones comunes que incluyen el concepto de lengua. A saber:
- “Dicen las malas lenguas”: Expresión utilizada coloquialmente para referirse de modo general a quienes murmuran despectivamente o dicen calumnias sobre alguien.
- “Lo tengo en la punta de la lengua”: Recurrimos a esta frase cuando sentimos que estamos a punto de expresar algo pero no recordamos o no encontramos la palabra adecuada.
- “Le robaron la lengua los ratones”: Dícese de una persona que se encuentra muy callada o que no desea responder a una pregunta y, por lo tanto, se mantiene en silencio.
- “Lengua larga”: Se dice de alguien que suele hablar más de lo conveniente, lo cual resulta desafortunado.
- “Morderse la lengua”: De modo figurativo, se emplea esta expresión para, a diferencia del caso anterior, esforzarse por no decir algo, por callar, aunque el primer impulso sea hablar.
- “Tirar de la lengua”: Sonsacar información, incitar a alguien a que cuente algo que está intentando callar u ocultar.
- “Con la lengua afuera”: Se dice de alguien que realizó una acción o llegó a un sitio luego de un gran esfuerzo y con cansancio extremo.
- Sacar la lengua: Esta no es una expresión verbal, sino gestual, que indica burla o rebeldía. Aunque, actualmente, también es un gesto utilizado para posar en fotografías publicadas en redes sociales, para seducir o coquetear. Sin embargo, en otras culturas, como la tibetana, es simplemente un saludo.
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Lehrer, L. (6 de septiembre de 2022). Definición de lengua. La distinción del lenguaje y algunas expresiones comunes. Definicion.com. https://definicion.com/lengua/