Santidad es una palabra que deriva del latín sanctitas cuyo significado literal es “cualidad de santo”. Es decir, refiere a todo aquello que puede ser considerado como santo. Posee dos componentes léxicos, los cuales son:

  • El vocablo sanctus, que da idea de santo.
  • El sufijo -dad que hace alusión a cualidad.

Asimismo, santidad viene del verbo sancire, que se vincula con los actos de sancionar o consagrar. En este sentido no indica sanción como cualidad de malo, tampoco de bueno. Simplemente, responde a ciertas reglas o normas.

Por ello, la santidad es una cualidad de lo que respeta y, de alguna u otra forma, satisface las reglas de una institución. Esto, a su vez, abre paso para que aquello consagrado con esta virtud sea venerado o pueda interceder entre el hombre y sus dioses.

En hebreo, la noción de santidad deriva de la raíz qadash y, en griego, de la raíz hag-.  En ambos casos, refiere a separar o apartar y hace alusión a una cualidad que caracteriza las acciones de Dios o de los dioses.

Si bien la cuestión de la santidad está muy ligada con las iglesias también refleja la cualidad de aquel individuo que es bondadoso por naturaleza. Asimismo, habla de alguien que no carga con culpas de ninguna índole sino todo lo contrario, contando con una conexión divina.

Santidad también es destacarse por ser una persona ética y por desarrollar su vida a partir de ciertos valores morales.

santidad religión
La santidad es una palabra estrechamente relacionada con la religión católica.

Características de la santidad.

Las características de la santidad son muchas. Sin embargo, vamos a destacar aquí aquellas que colaboran en comprender mejor su significado.

Tradición religiosa.

El vocablo santidad está muy relacionado con la religión, sobre todo con la tradición católica.

Es este culto el que menciona en reiteradas oportunidades la condición de santo que tienen algunos personajes bíblicos. Esto lo alcanzan, obviamente, solo después de vaciar sus espíritus de ciertos apegos o acciones.

Pureza.

La santidad es considerada con una cualidad de lo puro y de lo limpio. Es decir, de todo aquello que está liberado del pecado o de cualquier agente contaminante que podría oscurecer el estado espiritual de un sujeto.

En este sentido, refiere además a la ausencia de maldad, puesto que todo pensamiento y acción que realice aquella persona venerada por su santidad tendrá como destino hacer el bien.

Ético.

Lo ético de la santidad alude a hacer el bien sin analizar o interpretar a quién se dirige ese acto de fe. Simplemente es una acción que nace desde lo más profundo del ser y está estrechamente vinculada con una manifestación humana de solidaridad.

Si bien ser amable y gentil puede ser propio de cualquier persona, quien logra la santidad lo es mucho más ya que, además, es reflejo de clemencia y misericordia. En otras palabras, nos referimos a sujetos con cualidades éticas que dedican su vida al prójimo de modo abnegado.

Espiritual.

La santidad supone una relación especial con lo espiritual. Significa una conexión con la divinidad desde lo más profundo.

Esto se logra luego de tomar conciencia sobre qué es la divinidad y dónde encontrarla, tema que ha generado una larga discusión entre los credos del mundo porque lo divino es una manifestación del ser y no algo que se encuentra en lo externo.

Asimismo, la santidad constituye una acción solamente hacia todo aquello considerado como naturaleza divina.

Santidad Buda
Meditar es una técnica válida para conectar con el Ser Supremo.

Santidad en la Biblia.

En la Biblia, la santidad es una cualidad otorgada a Dios, puesto que es considerado como el único que es santo. Es decir, reúne todas las cualidades que hacen a algo o a alguien, santo. Nos referimos a:

  • Puro
  • Perfecto
  • Verdadero
  • Limpio
  • Sin culpa
  • Pulcro
  • Apartado del mal
  • Consagrado a Dios

Sin embargo, como bien lo manifiestan ciertos versículos del texto sagrado de la religión católica, el mismo Dios llama a sus hijos e hijas a ser santos.

Sed santos, porque yo soy santo”, Pedro 1:14-16.

Con esta expresión, el Ser divino invita a las personas a actuar con bondad, tener buen testimonio y ser gente de bien. Pero, sobre todo, insinúa que la condición divina es posible para todos los seres sintientes, y no una categoría de alguien que nació “divino”.

Es decir, todos aquellos que deseen purificar su espíritu pueden transformarse en santos.

Santidad de Dios.

La santidad de Dios tiene que ver con la relación que hombres y mujeres tienen con el Ser Supremo. En este sentido, mientras más conectadas estén las personas con esa energía universal, más liberados sentirán sus espíritus.

Los hijos y las hijas de Dios son santos y santas desde el momento mismo que se sienten poseedores de esta energía divina que los consagra a partir de sus actos de bondad y misericordia.

Sin embargo, no hay que confundir este llamado a Dios con temas religiosos porque la divinidad puede tener muchas manifestaciones, según el sistema de creencia de cada uno.

Lo valioso, aquí, es valorar la vida que se lleva y modificar ciertos patrones que podrían estar encaminando al sujeto a un plano de oscuridad, rencor, odio y engaño.

santidad orar
Orar es un modo de conectar con la divinidad.

Alcanzar la santidad.

Alcanzar la santidad puede suponer diferentes caminos. Vamos a ver algunos de los más representativos.

Religión.

Desde un punto de vista religioso, podemos decir que la santidad se alcanza tras encontrar el camino del Espíritu Santo. En este sentido, esta energía limpia y purifica las almas de cualquier tipo de oscuridad.

Esto se hace a través de los sacramentos y con una práctica ascética constante.

Presencia.

Para otras prácticas espirituales, la santidad se alcanza con presencia. Es decir, logrando un estado de conexión con el cuerpo físico, el único que habita el presente.

Esto se consigue a partir de rutinas meditativas, estados de conciencia tranquilos y un manejo correcto de la respiración.

Pausas.

Las pausas apuntan a momentos diarios de silencio para valorar el estado de la mente, la sensación corporal y la relación con el afuera, con la vida cotidiana.

Esto se alcanza con disciplina y conciencia de que no todos los días tenemos la misma energía y que, para potenciarla, es fundamental validar las emociones actuales. Solo así se reconoce lo que se siente para luego modificarlo en caso de que sea necesario.

Asimismo, las pausas colaboran en hacer un autoexamen de conciencia y de los estados emocionales que invaden la mente.

Recitar.

Recitar mantras, hacer afirmaciones u orar, de acuerdo al sistema de creencias de cada persona, permite balancear el estado mental y alcanzar un estado de relajación y presencia genuinos.

De este modo, la repetición de palabras que resuenen tanto en la mente como en el corazón hará que el individuo sienta una paz interior cada vez más profunda. Con el tiempo, dicha sensación se extenderá tanto a su cuerpo físico como a su realidad cotidiana.

Lectura.

La lectura es otro camino para alcanzar la santidad. Pero no cualquier lectura, sino aquella relacionada con los textos sagrados, independientemente del tipo de credo.

Puesto que la santidad refiere a aquello consagrado puede tomarse el texto de un credo y leerse de modo pausado. Es decir, leerlo en pequeñas partes o porciones, para luego interiorizarlo a través de un trabajo de interpretación y, en la medida que sea posible, de puesta en marcha en el día a día.

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Navicelli, V. (7 de septiembre de 2022). Definición de santidad. Características, en la Biblia, de Dios y cómo alcanzarla. Definicion.com. https://definicion.com/santidad/