La austeridad, definida como la moderación o sencillez con la que las personas pueden conducirse, es una cualidad de aquello que es sobrio, sin excesos.
Por lo general, se alude a la austeridad como una cualidad valorada como positiva ya que, muchas veces, supone despojarse de una vida de lujos y excesos, y enfocarse en otras cosas consideradas importantes.
El término proviene del latín austērus y este, a su vez, del griego αὐστηρός (austerós), y se empleaba con el mismo sentido que en la actualidad.
Índice de temas
Como valor.
Si se considera la austeridad como un valor, hay que tener en cuenta que alude a dos grandes aspectos:
- lo sencillo y simple
- lo moderado
Esto puede extenderse a diferentes situaciones, eventos y acciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, alguien puede vivir con austeridad en tanto en cuanto rechaza todos los lujos, los excesos, lo desmedido. Esto implica no utilizar elementos innecesarios de primera marca y llevar un estilo donde lo justo y lo imprescindible es el hábito (y donde no se consume aquello que no es necesario). En este sentido, la austeridad se vincula con la moderación desde lo económico.
Otra forma de concebir la austeridad es, además de lo económico, en un sentido más bien espiritual. La persona que se maneja de forma austera deja de depender de todo aquello que no satisface sus necesidades básicas. Sus posesiones y bienes materiales se limitan a lo esencial, no se acumulan riquezas ni bienes excesivos. Se evita, de este modo, realizar gastos de más, superfluos, que lleven al derroche.
La austeridad y lo moral.
Otro ámbito donde la austeridad como valor se puede manifestar en un sujeto es desde su perspectiva moral. Así, el individuo evidencia respeto hacia las normas y los códigos de convivencia considerados adecuados y correctos, ya que hay un vínculo entre la austeridad y valores como la rectitud, la disciplina y la honradez.
Desde esta forma de concebir el mundo, la importancia de la austeridad radica en poder poner valor en aquello que sí es positivo y dejar de lado todo lo negativo. Además, esta valoración implica cuidar aquello que hacemos y decimos se considera que tiene impacto en un doble sentido:
- La persona elige conducirse con equidad y moralidad por la vida, prescindiendo de deseos, excesos y todo aquello que produzca satisfacción inmediata.
- Con estas buenas acciones, además, la gente austera apunta a convertirse en un ejemplo para su entorno: otros querrán imitar sus buenas acciones.
Cabe destacar, en este punto, que el vínculo entre moralidad y buenas acciones no es uno reciente. Sin embargo, durante mucho tiempo se ha condenado el estilo de vida de quienes no podían catalogarse como personas que tuvieran una existencia honrada, ya que se afirmaba que contradecían las reglas morales y lo bien visto.
Su vínculo con la religión.
La nobleza, la bondad y la virtud son rasgos atribuidos a los grandes personajes de la historia. Son típicos de los grandes líderes, de personajes históricos que han pasado a la inmortalidad por sus actos y se contraponen, en muchos casos, a quienes no actúan de ese modo.
En este sentido, y desde una perspectiva vinculada también con lo religioso, estos valores son formas de actuar bien vistas desde tradiciones como el cristianismo y el catolicismo.
Por esta dedicación a la austeridad y la vida simple, las personas se despegan de aquello material, no ostentan ningún tipo de lujo frente a terceros y dedican sus vidas a asistir a otros.
Algunos personajes de la Biblia son considerados emblemas de la austeridad y la sencillez. Uno de ellos es Juan el Bautista, conocido por ser el primo de Jesús.
San Juan Bautista, como también se lo conoce, tuvo como misión preparar el camino para la llegada del Mesías. Por lo tanto, era su deber informar a otros y hacerles saber la pronta llegada de Cristo.
Su vida, desde la concepción, fue en circunstancias llamativas. Su madre, Isabel, y su padre, Zacarías (sacerdote), eran ambos muy ancianos. El ángel Gabriel se apareció ante ellos para anunciarles la pronta llegada de un hijo (aún a pesar de que Zacarías era estéril). Por dudar de Dios y su poder frente al ángel, Zacarías perdió el habla hasta que su hijo nació.
Gracias a su labor como profeta, logró que quienes no creían en el Hijo de Dios pudiesen hacerlo; además, bautizó a mucha gente, tras que se arrepintieron de sus pecados. Juan es el encargado de bautizar, además, a Jesús. De acuerdo con las escrituras, su realidad estuvo marcada por la austeridad, la oración y la entrega absoluta a la penitencia.
Era un hombre encomendado al sacrificio y al servicio de los demás, y vestía ropas muy simples. Juan el Bautista recorría el desierto predicando la Palabra y denunciando aquello que no consideraba justo. Esto fue lo que le costó la vida pues denunció el matrimonio de Herodes con su cuñada y, poco después, fue asesinado por sus soldados.
Otro personaje conocido por su vida frugal y dedicada a otros es Giovanni de Pietro Bernardone, más conocido como San Francisco de Asís (quien nació hacia 1181 d. C. y falleció 45 años más tarde).
Proveniente de una familia de comerciantes adinerados (emparentados, además, con la nobleza de Asís), mientras permanecía como prisionero de guerra y muy enfermo, oyó una voz. Esa voz le indicaba que sirviera al amo, no a un siervo y, eventualmente, abandonó no solo su puesto como soldado, sino que vendió muchas de las posesiones de su padre, quien lo encarceló en el hogar familiar.
Convivió con leprosos, ayudó a restaurar y construir muchas iglesias y fue maltratado por la sociedad, pues renunció a sus riquezas. Tras un breve juicio, declaró a Dios como su único padre, renunció a su herencia e inició su largo camino de milagros y ayuda a quienes menos tenían y más lo necesitaban.
El servicio y la pobreza fueron el eje de su vida posterior; el llamado pobre entre los pobres vivía una existencia de mucha austeridad y penitencia mientras predicaba el mensaje de Dios. Dos años después de su fallecimiento, en 1226, fue declarado santo y al día de hoy continúa siendo un ejemplo de simplicidad y entrega.
En economía.
En una disciplina como la economía, el concepto de austeridad alude a políticas económicas que se orientan a reducir los montos destinados al gasto público y a aumentar la presión fiscal sobre la sociedad (es decir, aumento de impuestos).
La finalidad de este tipo de modelos económicos, aunque sean solo temporales, pretende disminuir el déficit público. ¿Qué es el déficit público? Es el fenómeno que se produce cuando en el Estado los gastos son mayores a los ingresos públicos.
Si bien estas planificaciones públicas apuntan a recaudar mayor cantidad de dinero para el Estado, no suele ser recibido positivamente. Que ocurran recortes desde el Gobierno tiene como resultado el impacto sobre la infraestructura social, pues afecta a la calidad de la educación, del estado de los edificios y calles, del nivel del transporte público y del servicio de salud estatal.
Otro factor que hace que suela ser considerado un plan negativo es que impacta directamente sobre el bolsillo de quienes trabajan. El valor de los impuestos aumenta, pero los salarios no se ajustan a esa realidad ni se elevan para mantener el nivel de vida.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (22 de diciembre de 2022). Definición de austeridad. Perspectivas, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/austeridad/