El origen de la palabra «problema» está en el griego πρόβλημα y en español significa una cuestión o situación dificultosa, cuya solución es compleja (no necesariamente imposible) de resolver.
Este concepto tiene una amplísima aplicación en diferentes disciplinas: matemáticas, economía, sociedad, o religión. Aquí te contaremos sobre su origen, cómo se lo ha trabajado a lo largo de la historia y algunos ejemplos. ¡Empecemos!
Índice de temas
Características de un problema.
Más allá del ámbito específico donde se emplea este vocablo, hay algunos rasgos en común que podemos considerar:
- Es una situación o hecho que es necesario modificar, cambiar o transformar, por la razón que sea.
- Debe plantearse claramente cuál es el meollo de la cuestión, y considerar si hay más de una posibilidad de resolverlo.
- Hay que contemplar la posibilidad de que puede no resolverse.
De estos aspectos generales, podremos considerar que un problema es, básicamente, un conflicto que se debe o se desea resolver. Como hemos mencionado, el concepto es aplicado a múltiples ámbitos, áreas y niveles.
Consideraremos que hay dos tipos amplios de problemas, que te describiremos en la siguiente sección.
Tipos de problemas.
Hay múltiples clasificaciones para los problemas, dada la naturaleza amplia y diversa en su uso. A continuación, te vamos a contar y a describir algunas formas de clasificarlo:
- Problemas divergentes: No tienen una solución unívoca, es decir, no hay una sola respuesta a un problema. Esto implica que, siempre y cuando pueda mantenerse una línea clara y coherente en la lógica de los argumentos empleados, una resolución a un problema puede ser tan válida como otra que pueda ser contradictoria, o incluso opuesta. Si fuese necesario, en alguna instancia, dar un cierre a este problema, la única forma de hacerlo es poner en tensión estas respuestas, y consensuar algún tipo de “nueva” resolución a este problema que permita abarcar tanto un punto de vista o razonamiento como el otro.
- Problemas convergentes: “Converger” significa que dos cosas (dos líneas, generalmente) se unen en un mismo punto. Así, si extrapolamos este significado a la idea de problema que aquí trabajamos, podemos entender este concepto como que hay una única solución a un problema. Este tipo de problemas se caracteriza porque su resolución no se modificará con, por ejemplo, el paso del tiempo. Este tipo de problemas ocurre, con frecuencia, en ciencias como las matemáticas, o la astronomía. Que se obtenga una solución a un problema no significa que el proceso para tal resultado sea siempre el mismo: puede ocurrir que se proceda, en su resolución, de diferentes formas, pero se llegará a la misma solución siempre.
Hay, también, algunas otras clasificaciones como los problemas de razonamiento: aquí podemos considerar que hay dos tipos:
- Deductivos: Su resolución seguirá, generalmente, una línea lógica, es de resolución casi “evidente” (no por ello sencillo) si se tienen en cuenta las premisas o puntos desde los cuales parte tal problema.
- Inductivos: A la inversa, el problema no parte de premisas relacionadas lógicamente, sino que hay probabilidades, estrategias y, por ende, está más orientado a lo incierto. Su origen es poco claro, y, por ende, no es simple de deducir cómo resolverlo (aunque no imposible).
Problemas sociales.
Este concepto está relacionado con conflictos, situaciones por resolver, o dificultades, que aquejan a algunos sectores de la población o la comunidad. La idea de “social” (en tanto en cuanto es lo colectivo o grupal) no implica que necesariamente sea un problema que afecte a una amplia parte de la población. A su vez, hay problemas sociales que aquejan a sectores de la sociedad desde casi toda nuestra historia como sociedad, como la pobreza, la desocupación o el racismo, por ejemplo, y otras que son más “actuales”, como por ejemplo la contaminación en ciudades.
Mencionábamos recientemente que la desocupación es un problema social: lo es, pero, en tanto en cuanto es un problema que se inscribe en el ámbito de lo social, lo colectivo, nacional e histórico, no es un conflicto que podamos contemplar desde una única perspectiva. ¿Qué significa? Que muchas problemáticas relativas a lo social pueden (y deben) considerarse desde los múltiples factores que la comprenden: lo social, lo económico, lo político, el género, y demás elementos que puedan a contribuir a comprender mejor el fenómeno, a buscar soluciones y a que en alguna medida puedan atenuarse sus consecuencias.
Problema en matemáticas.
En esta disciplina, un problema surgirá a partir del planteo de una pregunta, un conflicto, y para su resolución deberán cumplirse determinadas circunstancias: esto implica hallar un número (o varios) mediante el cual se pueda solucionar el problema.
Hay, como bien podrá suponerse, problemas de diferente magnitud, dificultad y complejidad: algunos tienen una simple solución, como un problema al que se le pueda aplicar la regla de tres simple (cuánto es el porcentaje de un número, por ejemplo, cuánto es el 20 % de 90. Hasta aquí tenemos tres valores: 90, que representa el 100 %, y 20 %, cuyo valor numérico es el que deberemos descubrir, y que es el cuarto valor). Otros problemas tienen una historia de larga data e, incluso, su resolución es un factor tan celebrado y valorado en la comunidad científica que hay un pequeño grupo de problemas (los denominados «Problemas del milenio») cuya solución es premiada, por el Clay Mathemathics Institute (Massachusetts), con un millón de dólares.
De los siete problemas que componen este grupo (que van desde el álgebra, hasta aquellos relacionados con la teoría cuántica de campos, o el planteo de un tipo de ecuaciones), solo uno ha sido resuelto, la llamada conjetura o hipótesis de Poincaré. Este problema, relacionado con la topología geométrica (es decir, el área que estudia las propiedades inalterables de los cuerpos geométricos, aún cuando sufran modificaciones), es considerado uno de los más complejos y difíciles de solucionar.
Había sido planteado hacia 1900 por Henri Poincaré, matemático francés cuya fama en la época se produce gracias a, curiosamente, cometer un error en la resolución de un problema en honor al rey. Su error tiene lugar mientras trataba de determinar si las órbitas de tres planetas (o un conjunto de planetas) son estables por siempre o si en algún momento podría desequilibrarse (y, así, desaparecería la Tierra del sistema solar).
La magnitud de la pregunta lo llevó a, tiempo después, considerar que es imposible considerar tantas variables, procedimientos y cálculos para dar una solución. Propuso que superaba lo que la mente humana podía considerar, pero consideró que un pequeño acontecimiento en el proceso daría lugar a un pequeño impacto en el resultado: allí estaba su error.
Lo notó tiempo después, y con ello pudo concluir que hay problemas que esta disciplina, considerada como perfecta, exacta y precisa hasta ese momento, no podía solucionar: un pequeño cambio acarreará, a futuro, consecuencias y/o resultados que no podrían predecirse ni siquiera considerando todas las variables (esta es, también, el origen de la teoría del caos, o del concepto del “efecto mariposa”). El problema sobre topología algebraica que él plantea fue resuelto en 2006 por un matemático ruso, Grigori Perelman; sin embargo, este rechazó tanto el premio como las condecoraciones, ya que adujo que no deseaba ser conocido por el mundo, ni se consideraba ningún tipo de héroe o experto.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (11 de enero de 2022). Definición de problema. Características, ejemplos y curiosidades del concepto. Definicion.com. https://definicion.com/problema/