Definición de postulado

Se emplea la palabra postulado para hacer referencia a una proposición que, si bien no fue probada ni resulta evidente por sí misma, recibe aceptación por no existir otro principio al que se pueda referir. Esta es la acepción principal y de uso corriente en el ámbito de la filosofía, las matemáticas, la física o incluso en biología. La otra definición que propone el Diccionario de la Real Academia Española pasa por denominar postulados a los principios que sostiene un individuo o más.

Si nos acercamos a este término a partir del estudio de su origen etimológico, descubriremos que el mismo se encuentra en el latín postulātum. El significado que suele asignarse a postulare es el de una demanda, orden o petición, y a ello se agrega el sufijo –ado para denotar aquello que ha recibido una acción determinada. De allí que reciba este componente de premisa, principio o razonamiento.

Puede citarse el ejemplo de la psicología, en el que los diferentes modelos o enfoques parten de concepciones acerca de los seres humanos, la psiquis y la conducta que no son demostradas, sino que simplemente se establecen como verdaderas, y luego sobre ellas se va construyendo el edificio de ideas y comprobaciones entretejidas.

Así, el psicoanálisis, desde la primera y segunda tópicas freudianas toma como válida una estructuración de los contenidos de la conciencia en Consciente, Preconsciente e Inconsciente, primero, y luego en Ello, Yo y Superyó. Desde esos postulados los terapeutas analizan la vida emocional de los pacientes que acuden a consulta.

Por otra parte, el modelo conductista niega que haya un valor en los contenidos de la mente. Sostiene que ha de experimentarse de modo exclusivo con diferentes estímulos y las respuestas conductuales, calibrando las mismas hacia los objetivos que se desean alcanzar.

La psicología cognitiva, en tanto, postulará que mediante el análisis que el profesional realiza en base a los pensamientos automáticos de su paciente dentro y fuera de la sesión se puede acceder a las creencias intermedias, conformadas por reglas, actitudes y presunciones que la persona ha aprendido adaptativamente. Después surgen las creencias nucleares, o centrales, que moldean desde lo invisible todo el comportamiento.

Así, vemos que los diferentes postulados, aún en una misma rama del conocimiento, sientan bases que llevan a que todo el análisis posterior se desarrolle de modos diametralmente distintos.

Postulados en filosofía.

El concepto de los postulados es de aplicación constante en el ámbito filosófico, ya que es uno de los elementos que suelen formar parte de los juicios lógicos. Siendo la filosofía la disciplina que se cuestiona el origen y la verdad de las cosas, naturalmente se inclina al abordaje de este tipo de afirmaciones a fin de cotejar su validez a la hora de sostener sobre sí las premisas subsiguientes.

Desde los albores del pensamiento filosófico se trabaja en torno a los postulados, su función y su validez. De hecho, Aristóteles abordó la temática al establecer las diferencias que existen entre los postulados y los axiomas. Según el filósofo griego, los axiomas, si bien coinciden con los postulados en el hecho de ser proposiciones que se asumen dentro de un campo teórico y sostienen otros razonamientos, se distinguen de aquellos por el hecho de ser evidentes por sí mismos.

El axioma es considerado una proposición evidente, y ello implica que se aceptan sin necesitar una demostración. Y de esa distinción surge una segunda, que hace a la universalidad de su aplicación. Por ejemplo, la afirmación, en el marco de las matemáticas, de que la suma de los ángulos de un triángulo es igual a 180 grados no se considera un postulado sino un axioma. Y de allí es que su veracidad posee un carácter universal.

En cambio, el postulado de la teoría psicoanalítica de la división de la conciencia según la primera o segunda tópica no cuenta con la fuerza de la evidencia por sí misma, y por ello se limita a su propio ámbito.

Además de esta distinción entre postulado y axioma, también es procedente marcar una separación con el concepto de la tautología. En el marco de la lógica proposicional, la tautología es entendida como una fórmula que se concibe como verdadera más allá de los valores que compongan sus fórmulas atómicas. O sea, es verdadera dentro de cualquier interpretación. Así, resulta evidente la diferencia de este concepto con el de los postulados, cuya veracidad se desconoce, y no es un requisito necesario a la hora de oficiar como punto de partida de conocimiento que sobre cuya base se acumula.

Postulados en las matemáticas.

Las teorías en matemática moderna, así como en otras ramas del conocimiento, se asientan sobre una serie de postulados. Entre los más renombrados se encuentran los de Euclides, que fueron desarrollados en «Los Elementos», el libro de cabecera para todo el edificio de la geometría clásica. Esta obra se escribió en torno al año 300 a. C., y en ella se exponen la mayor parte de los saberes en geometría de los griegos, que se resumen en cinco postulados, por ser estos los más claros y evidentes.

Es interesante destacar que muchos siglos más tarde, a comienzos del siglo XIX, Carl Gauss, Lobachevsky y János Bolyai realizaron un cuestionamiento del quinto postulado de Euclides, dando origen a la corriente de la Geometría no euclidiana. La consideración de una geometría que no se basara en el quinto postulado dio lugar a las teorías de la Geometría hiperbólica.

Otros postulados matemáticos que merecen mención son el de Bertrand, que se refiere a los números primos, y también los de Cauchy, que hacen foco en los vectores.

Los postulados de la física cuántica.

En el área de la física se presenta un fenómeno bastante particular a la hora de abordar los postulados como temática. A diferencia de lo que sucede en otras áreas, que crecen y se desarrollan de una manera más bien lineal, aquí se presentó, en cierto punto y a partir de los descubrimientos de personas como Albert Einstein, Niels Bohr y Werner Heisemberg, un cambio radical de postulados. O, si se prefiere, el surgimiento de postulados completamente nuevos y revolucionarios que llevarían a descartar los anteriores o bien a la tarea de hacerlos conjugar.

Desde principios del siglo XX hay un debate constante entre los principios sostenidos por la física clásica, por un lado, y los postulados de la física cuántica, por el otro. Y también vale destacar que el surgimiento de estos postulados condujo a cambios profundos en la manera en que los seres humanos concebimos la vida y el mundo, a la vez que abrió las puertas a descubrimientos científicos y tecnologías que revolucionarían las interacciones entre la gente.

Los cambios a partir de la mecánica cuántica han sentado las bases que permiten comprender que muchas de las verdades de la física clásica que parecían axiomáticas, incontrastables, eran, simplemente, postulados. Los descubrimientos de Isaac Newton solían considerarse tan verdaderos como la suma de los ángulos de un triángulo pero, a partir de la experimentación, se llegó a la conclusión de que muchas de sus premisas operaban sobre bases equivocadas o insuficientes.

Experimentos como el de la “doble ranura”, o aquel que demuestra que los objetos cambian sus colores al ser sometidos a distintas temperaturas, han abierto la puerta a preguntas. Y esos interrogantes condujeron a más preguntas. Y es así que en la física cuántica cobró relevancia la figura del observador en tanto sujeto que afecta aquello que observa, de modo similar a los planteos de Malinowski que revolucionaron la antropología.

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Lehrer, L. (20 de diciembre de 2022). Definición de postulado. Su origen, acepciones, y aplicaciones en filosofía, matemática y física cuántica. Definicion.com. https://definicion.com/postulado/