Definición de liquidación

La palabra liquidación, en español, presenta diferentes acepciones y, por ende, cuenta con múltiples usos. 

Uno de los usos más extendidos se vincula al mundo económico. Una liquidación puede ser tanto el pago completo de una deuda como un reajuste en ella. De igual modo, es utilizado también para aludir a una venta de productos a menor precio. 

Se habla de liquidación, asimismo, cuando un objeto sólido o gaseoso pasa a estado líquido.

En tercer lugar, y en un sentido más bien coloquial, se habla de liquidar algo (o a alguien, incluso) en alusión a terminar con una cuestión, hacer que desaparezca o que concluya fugazmente y hasta alude a quitarle la vida a un tercero.

La palabra (es un sustantivo) está vinculada con el verbo liquidar y, por lo tanto, con el adjetivo líquido: este proviene de liquĭdus, que significa lo mismo que en español y también algo que fluye. 

En términos empresariales.

La liquidación en las empresas es un fenómeno que implica buscar la máxima cantidad de dinero físico (en papel o en cuentas bancarias) para poder hacer frente a una determinada situación. Tal escenario es, de forma frecuente, el pago de deudas a acreedores, bancos, prestamistas y otros agentes. 

A la liquidación de una compañía suele sucederle el cierre de ese negocio. Esto se debe a que, tras los pasos por seguir que deben llevarse a cabo en estas circunstancias, el poco capital que resta se divide entre quienes constituyen la empresa y en los sueldos de los trabajadores, en el mejor de los casos.

Este punto se alcanza, en general, por diferentes sucesos:

• No se han obtenido los beneficios económicos esperados para poder continuar sosteniendo el negocio. Esto puede ser como resultado de la ausencia de clientes o la poca venta de los bienes. Incluso, si hay aumentos en los recursos para sostener la compañía (como, por ejemplo, subas en alquileres del local, aumento del precio de manufactura y demás elementos que se consiguen a través de proveedores), a largo plazo puede analizarse un cierre.
• Si son distintos miembros los que toman las decisiones (es decir, los socios) y no logran llegar a un punto en común sobre cómo proseguir respecto del emprendimiento, el futuro cierre del negocio es una posibilidad más que probable.
• Ya no se desea continuar con la apuesta empresarial: esto puede ocurrir por múltiples razones. Un ejemplo es que la persona haya conseguido un trabajo más rentable, o con el que se sienta más cómodo y desea cerrar su negocio. Otra razón puede ser que elige irse de esa área geográfica y ve dificultades en sostener su compromiso a la distancia.

Al momento de tomar la decisión de liquidar la empresa, su dueño debe, si los posee, cobrar los créditos que tenga con otras personas y que sean para su favor. A su vez, al recibir un flujo de dinero considerable, deberá también pagar toda deuda que haya contraído con otra gente.

Posteriormente, y para tratar de continuar recibiendo la mayor cantidad de plata posible que le permita abonar salarios, entre otras cosas, debe vender todas sus pertenencias. Esto implica que, si se poseía un inmueble donde el negocio funcionaba, este debe ser vendido lo más pronto posible. Si hay productos, insumos y demás recursos que puedan dar un rédito económico, también deberán venderse.

Finalmente, tras analizar los balances de la liquidación, el nombre de la empresa debe ser registrado, frente a los organismos pertinente, para dejar constancia de dos aspectos centrales:

• La empresa ha pagado toda deuda contraída.
• La empresa ha cobrado toda deuda contraída.
• La empresa debe dejar de figurar en organismos que recaudan impuestos, puesto que ya no va a existir.

En el mundo comercial.

Cuando se habla de una liquidación en términos de lo comercial, se alude a una estrategia específica que los vendedores dueños de tiendas emplean.

Esta técnica o estrategia permite que, en un plazo de tiempo considerablemente corto, todos los bienes, productos y servicios que se ofrecen al público puedan ser comprados a un menor precio.

Esto sirve en diferentes circunstancias:

• si se venden productos
• si se venden servicios
• si se posee una tienda física (un local donde ir y comprar las cosas por uno mismo)
• si se posee una tienda virtual (donde los productos son enviados al domicilio del comprador)

Consideremos un clásico rubro donde las liquidaciones ocurren: las tiendas de ropa, con local físico o no. Cuando se pasa de una estación a otra (otoño e invierno, primavera y verano), es común que, del inventario de productos que se adquirió probablemente en la temporada anterior, aún reste mercadería.

Para la temporada de invierno, por ejemplo, las tiendas suelen solicitar los siguientes elementos:

• camperas abrigadas
• botas
• medias con protección o de telas más gruesas
• buzos y suéteres
• sacos o chaquetas
• guantes, gorros, mantas y otros accesorios

Si quien vende observa que al finalizar el frío aún resta un número considerable de insumos, sabe que será difícil venderlos en primavera. En esa época, la gente comienza a utilizar ropas distintas: telas más livianas, frescas y cómodas; menos abrigo y camperas; y cambian los calzados por otros.

Para no perder la inversión inicial (realizada, probablemente, en algún momento entre el fin del verano y el principio del otoño), su alternativa más rápida es liquidar los productos invernales, de cara a la época primaveral. Esto le permite lo siguiente:

• Se asegura de que esas prendas sean compradas y no se rompan o dañen por permanecer almacenadas en un depósito hasta el próximo invierno.
• Se asegura de no perder la inversión inicial: si adquirió productos de invierno a precios mayoristas entre verano y otoño, al comercializarlos en invierno les añade un porcentaje (que será su ganancia). Con la liquidación, y si bien reduce la ganancia, no pierde plata.
• Se garantiza poder contar con nuevos clientes que se acerquen a la tienda: las liquidaciones son atractivas ya que, en muchas ocasiones, hay sujetos que adquieren productos fuera de temporada para ahorrar dinero el año siguiente. Esto significa que es común comprar fuera de estación: de este modo se aprovecha la liquidación, se ven nuevas prendas y al invierno siguiente ya se cuenta con un guardarropas.

Además, se puede hacer aún más atractiva la oferta y proponer diversos descuentos. Hay quienes ofrecen descuentos si se paga en efectivo, hay quienes habilitan más cuotas con tarjetas de crédito y hasta se habilitan rebajas de hasta un 50 % en ciertos productos. 

Esta variedad de ofertas siempre resulta positiva, tanto para antiguos clientes como para los nuevos.

Liquidación laboral.

El concepto de liquidación laboral se emplea cuando un empleador debe pagar un monto de dinero determinado a un trabajador como resultado de haber dado por finalizada la relación laboral entre ambas partes.

Cada país cuenta con una legislación al respecto de este tema, ya que depende de las leyes locales y del tipo de trabajo, entre otros factores. Se habla de liquidación en tanto en cuanto se saldan todos los conceptos (es decir, el dinero) que la compañía tiene con sus empleados.

Este concepto suele confundirse con indemnización, que alude a un pago al trabajador a raíz de, por ejemplo, un despido (mayormente sin causa, como ocurre cuando hay antigüedad). También suele indemnizarse tras un accidente que dificulte la continuidad de alguien y que impacte directamente sobre sus posibilidades futuras de trabajo.

La liquidación, en comparación con la indemnización, es el acto último del empleador para con un integrante de la compañía. En esa liquidación, por lo general constituida por un mes de pago por año trabajado, puede ir incluida una indemnización.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (14 de diciembre de 2022). Definición de liquidación. Usos, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/liquidacion/