Se utiliza el término información para hacer referencia al sistema organizado de datos que conforman un mensaje. La información tiene la particularidad de modificar, necesariamente, al sujeto que la recibe.
Es una realidad multifacética y, en consecuencia, se la ha abordado desde diferentes áreas del conocimiento, incluyendo las matemáticas, la filosofía, la informática, el periodismo, la literatura, la biología y la psicología.
Si buscamos la raíz común de todas las diferentes acepciones, un buen lugar para hacerlo es la etimología. Y el estudio del vocablo nos revela que su origen se halla en el sustantivo latino informatio, el cual deriva del verbo informare y se emplea en el sentido de “instruir, enseñar, ayudar a moldear la mente”. También hay fuentes que indican que informationis se usaba para hacer alusión a la idea de concepto. A su vez, otra línea de exploración en este ámbito conduce a la noción griega morfè, de la que proviene la palabra forma, y al término éidos, origen de idea, y utilizada, a su vez, para hablar de un pensamiento o concepto.
Características a evaluar en la información.
El mensaje, en tanto acto comunicacional, nunca es objetivo, ya que se completa en la recepción de un sujeto concreto. He aquí una serie de características que hacen a la evaluación correcta de una información determinada que llega al espacio de conciencia de un receptor:
- Validación: Se refiere a la confianza o fiabilidad que puede atribuirse al emisor de una determinada información. Está en la responsabilidad de cada receptor el evaluar, o no, los indicios que le permitan desentrañar si un mensaje que recibe es verdadero o falso.
- Sentido: El sentido se conforma no solamente por el contenido de la información, sino a partir de la evaluación y valoración que el receptor haga del mensaje, y que lo posicionará de un modo específico. De ahí que se hable del efecto transformador que la información necesariamente trae aparejada.
- Importancia: Es un valor relativo que hace al receptor y su determinación de cuán directamente incide sobre su vida el contenido del mensaje que decodifica. El flujo de información que afluye a cada persona es inmenso, desde las conversaciones que se sostienen, los gestos, los recuerdos; pero incluso desde las publicidades, los medios de comunicación; los mensajes implícitos. Y cada sujeto, de acuerdo a su interés particular, asignará mayor o menor atención a ciertos mensajes.
- Vigencia: Es una característica que se relaciona con la anterior, ya que según una evaluación espacio-temporal, el sujeto receptor asignará, luego, una mayor o menor importancia. Por ejemplo, si alguien escucha que van a hacer seis grados de temperatura y se está preparando para salir de su casa, este mensaje puede ser considerado relevante, puesto que le permitirá colocarse un abrigo o una bufanda. Ahora bien, si la información surge de una reproducción antigua, y resulta que se está en pleno verano, la información no va a haber cambiado en cuanto al contenido del mensaje, pero sí en cuanto a su vigencia, y por ende, a su valor: la persona no saldrá abrigada.
Información colectiva.
En el mundo de hoy en día, la información ha cobrado una importancia casi absoluta. Desde que el ser humano ha comprendido el valor que este fenómeno posee y su capacidad para moldear el destino de los individuos, mucha gente se ha interesado en él, para bien y para mal. Y con el desarrollo exacerbado de la tecnología desde la segunda mitad del siglo XX, y en especial en el ámbito de la informática en el siglo XXI, el juego ha cambiado en su esencia.
En realidad, en todas las sociedades humanas ha tenido la información un rol fundamental a la hora de guiar las relaciones humanas. Porque hace a la interpretación de lo que es la vida y, luego, a la base desde la cual se eligen las acciones a realizar.
El asunto es que, como opinan diversos teóricos de la sociología, en la actualidad la información se ha convertido en un sistema de control, porque marca la pauta de las consignas que supuestamente deberíamos creer. Al fin y al cabo, la información es simplemente un conjunto de datos organizados que permite modificar el estado de conocimiento. Si decimos una mentira, que otro ha dicho algo malo acerca de alguien o que ha hecho tal cosa, en la medida en que quien escucha tenga confianza en nosotros y valide nuestro mensaje, cambiará su vínculo con la difamada. Sucede en un segundo, o menos, y su realidad cambió.
Des-información.
De hecho, se habla de “desinformación encubierta” para hacer referencia a los mensajes orales o escritos en los que se presenta información falsa de un modo deliberado para engañar a, al menos, un individuo. La desinformación incluye la transmisión de un contenido totalmente falso, pero también la entrega de información parcial que lleva a distorsionar el mensaje. Una técnica que se ha vuelto muy popular consiste en entrecruzar elementos verdaderos con ligerísimas distorsiones, para conducir al engaño más potente de todos.
Este tema se encuentra muy relacionado con la propaganda política, pero a veces trasciende ese plano. Lo que se busca con la desinformación es lograr que la víctima crea en un mensaje y luego actúe en consecuencia según los intereses del agente que lo originó. En realidad, esto opera desde que la humanidad existe, solo que antes lo hacía mediante rumores o pequeñas falsedades pero ahora, con el poder que han adquirido los medios de comunicación y las redes sociales, el aleteo de una mariposa produce un tsunami cinco segundos después.
A pesar de que suceda desde siempre, lo cierto es que en el mundo moderno se profesionalizó. Por ejemplo, en el año 1923, en el territorio de lo que era la Unión Soviética, surgió un ente llamado “oficina especial de desinformación”. Es simplemente uno de muchos ejemplos en cuanto al empleo de la desinformación como arma, pero uno muy claro.
Esta oficina fue fundada por Józef Unszlicht, quien oficiaba como vicepresidente del GPU, organismo que antecedió a la KGB. Se especializó en el uso de la desinformación en tanto movimiento de inteligencia. Su tarea consistía en introducir en la población datos falsos y que la gente se viera inclinada a creer. Según estudiosos de las tácticas políticas, la palabra desinformación fue acuñada por Stalin en el marco de la Segunda Guerra Mundial, cobrando especial interés en la Guerra Fría. Paulatinamente, esta táctica pasó a engrosar las filas de otras agencias de inteligencia, como la CIA y el MI6.
Citar este artículo
Lehrer, L. (24 de mayo de 2022). Definición de información. Su origen, características, la información colectiva y la desinformación. Definicion.com. https://definicion.com/informacion/