El vocablo flora hace alusión a la totalidad de las especies vegetales que, en un determinado momento, habitan una región geográfica específica. Del mismo modo, puede hacer referencia a la vegetación característica de un período geológico particular (era paleozoica, mesozoica o cenozoica) o de un nicho ecológico en concreto.
Se trata de uno de los componentes bióticos de un ecosistema y, para su subsistencia, se vale de factores abióticos como el agua, los nutrientes del suelo y la luz solar. Otros elementos bióticos son la fauna (animales) y la funga (hongos). Lo interesante es que estos factores bióticos o formas de vida se adaptan al ambiente físico que los rodea, interactúan entre sí y con su entorno, propiciando flujos de materia y energía, y dando origen un ecosistema determinado.
En este sentido, la ecología -dedicada al estudio de los ecosistemas- es una de las ramas de la biología que se enfoca en la flora, así como la botánica y, más específicamente, la geobotánica, que, como su nombre lo indica, se ocupa de analizar la distribución geográfica de las especies vegetales.
La flora es esencial para la vida en nuestro planeta. Las especies vegetales son las principales productoras de oxígeno y reguladoras del dióxido de carbono en la Tierra y, además, constituyen alimentos altamente nutritivos para los seres humanos y numerosas familias de animales.
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Origen del término.
Flora es el nombre de la diosa romana de las flores y los jardines, y una de las divinidades asociadas a la fertilidad. Las fiestas que se celebraban en su honor tenían lugar, justamente, en la primavera, puesto que Flora representaba el florecimiento y el nuevo inicio del ciclo de la vida que se da en dicha estación. Según dicen, el mismo Carlos Linneo, naturalista, botánico y zoólogo sueco, fue quien tomó el término de este contexto y lo aplicó en el ámbito de la biología para denominar al reino vegetal.
La flora en las eras geológicas.
El concepto de eras geológicas alude a unidades de tiempo en que se organizan los períodos geológicos que ha atravesado nuestro planeta a medida que fue formándose. El inicio y el fin de cada etapa ha sido designado de acuerdo a la constitución de las rocas que se hallan en las distintas capas del suelo. Existen diez eras geológicas, pero recién en las últimas hay presencia de formas de vida superior. De acuerdo al período geológico, la flora puede clasificarse en:
- Flora en la era paleozoica: A este período, cuyo origen data de alrededor de 540 millones de años, también se lo conocía como Era primaria. Aquí surgen las primeras formas de vida superior. Su culminación, luego de casi 300 millones de años, coincide con la formación del supercontinente Pangea, habitado por las especies más primitivas de reptiles y plantas con semillas, como las coníferas.
- Flora en la era mesozoica: Esta etapa, antes llamada Era secundaria, albergó a los enormes dinosaurios y vio nacer a tipos de vida que resultaron precursores de las especies modernas. La Pangea comienza a fragmentarse gradualmente, dando lugar a los distintos continentes, casi como se configuran hoy. En cuanto a la flora, en esta era se expanden las plantas florales y las plantas productoras de semillas.
- Flora en la era cenozoica: Finalmente, la Era terciaria o era de los mamíferos, comenzó hace 66 millones de años y dura hasta hoy. Uno de los acontecimientos geológicos que suceden en este período es la formación de grandes cordilleras como los Pirineos, los Alpes y el Himalaya. Con respecto a la flora, proliferan las plantas herbáceas, evolucionan diversos tipos de plantas con flor y surgen plantas modernas.
Tipos de flora.
Además de la era geológica a la que pertenecen, existen múltiples maneras de estudiar y clasificar a la flora, ya sea por su modo de supervivencia, o según las regiones, climas y ecosistemas que habita, teniendo en cuenta los vínculos con la fauna y el medio ambiente. También se puede poner el foco en los usos que se hacen de la flora ya que, por ejemplo, es posible aprovechar a múltiples especies con fines ornamentales o medicinales.
La flora nativa representa a la vegetación autóctona de una zona geográfica. Se refiere al conjunto de árboles, plantas, arbustos, hierbas y flores que naturalmente nacen en una determinada región. Algunas son exclusivas de dicho sitio, y por eso reciben el nombre de endémicas. Estas últimas nacen, se desarrollan y mueren en un territorio particular y no en otro. Se dice que un país presenta una flora nativa rica cuando el grado de diversidad de las especies vegetales es alto. Lamentablemente, la extinción de especies a nivel mundial, a causa de la degradación del medioambiente, resulta en un fuerte empobrecimiento de la biodiversidad.
Por su parte, la flora agrícola comprende las especies vegetales que son cultivadas por el ser humano, ya sea como producto de la agricultura o del paisajismo y los jardines.
A su vez, en los campos agrícolas encontramos la flora arvense, popularmente conocida como malas hierbas o malezas. Se trata de especies silvestres que son consideradas invasoras, puesto que, según dicen, atentan contra los cultivos y reducen las cosechas. Si bien todavía hay quienes intentan erradicarlas a toda costa, también existe otra visión que considera a las malezas necesarias para el equilibrio de los ecosistemas. Además, muchos de los yuyos que son considerados malas hierbas, resulta que poseen importantes propiedades medicinales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que dentro de la flora arvense hallamos numerosos tipos de plantas que pueden causar efectos diferentes en el ambiente. Por un lado, están las especies autóctonas naturales y aquellas que son nativas pero reintroducidas artificialmente. Por otro lado, puede haber especies invasoras, es decir, aquellas que provienen de otra zona, pero que el ser humano ha trasladado y sembrado en un área distinta a la de origen. Cuando estas plantas prosperan no pasan inadvertidas en el nuevo ecosistema, ya que afectan a las especies nativas y endémicas, y pueden causar su reducción, su desplazamiento y hasta la extinción de las mismas.
Entre las clasificaciones de flora según el hábitat del que forman parte podemos mencionar a la flora montañosa (por ejemplo, las especies coníferas como los pinos y los alerces) y la flora tropical (por ejemplo, las plantas acostumbradas a la luz indirecta que se cuela en la frondosa selva, como los helechos, las palmeras bajas y el musgo).
Flora, fauna y funga.
Como dijimos, la flora, la fauna y la funga representan diversas clases de vida presentes en un área geográfica particular. Tradicionalmente, se ha hablado de flora y fauna, y el reino de los hongos estaba englobado dentro en ellas. Sin embargo, en los últimos años, referentes de la biología han insistido en que se le otorgue a la funga un lugar propio, independiente de los otros dos, y que se considere a la micología por fuera de la botánica y la zoología.
El conocimiento sobre las interacciones entre estas tres formas de vida es esencial para comprender cómo funciona la existencia en un territorio concreto y para su conservación. La flora ocupa la posición de los productores o autótrofos en la cadena trófica o alimentaria; la fauna representa a los consumidores o heterótrofos, y la funga, a los descomponedores o saprófagos.
Flora intestinal.
El concepto de flora intestinal hace alusión a las bacterias que habitan el intestino del ser humano y que contribuyen a fermentar los nutrientes que, sin la ayuda de estos microorganismos, no podrían ser digeridos. De esta manera, se establece una relación simbiótica, de mutuo beneficio y convivencia, entre las personas y su microbiota intestinal: esta última colabora en el proceso de digestión, al tiempo que el ser humano le provee un medio adecuado para que pueda vivir y desarrollarse.
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Lehrer, L. (6 de junio de 2022). Definición de flora. Origen, clasificación y la flora intestinal. Definicion.com. https://definicion.com/flora/