Definición de estudiante

El término estudiante, en español, se utiliza para calificar a la persona que tiene, como ocupación, la actividad de estudiar, de incorporar y aprehender conocimiento.

Es un término de larga data en nuestro idioma, y proviene del vocablo estudiar, que a su vez deriva del latín studium, empleado con el fin de indicar educación.

Historia.

Para comprender cómo surge el concepto de estudiante es importante retrotraernos a cómo la educación ha ido impactando en la sociedad a lo largo de la historia.

Si observamos cómo los estudios eran impartidos en sociedades antiguas (como en la India o en China), se aprecian algunos rasgos en común:

• Los varones eran quienes eran instruidos en distintos tipos de saber, mientras la mujeres permanecían, muchas veces, relegadas a labores domésticas, de crianza y de cuidado del hogar
• Los varones que podían educarse y estudiar eran, por lo general, aquellos que contaban con un pasar económico favorable.

Veamos algunos ejemplos de cómo los estudiantes llevaban a cabo sus labores. En la antigua India, el aprendizaje de saberes tenía un estrecho vínculo con el aspecto religioso, y una de las modalidades a través de las cuales los estudiantes aprendían era mediante el denominado gurukula o gurukulam. El término se compone de dos partes:

• Guru: destinado a referir a maestro
• Kula: hogar o familia

Los estudiantes se aproximaban al maestro para solicitarle que les impartiera clases y, así, poder aprender. La idea de familia está presente porque así es como se consideraba a los estudiantes: todos eran una familia para el educador.

En la antigua China, por otra parte, hay una cuestión que destaca en el sistema educativo: que era muy estricto. Si bien los alumnos comenzaban su recorrido académico desde aproximadamente los seis años, la escuela no era considerada una actividad fundamental y/o relevante.

Esto se debía a que, como ocurre en muchas sociedades, las labores de supervivencia de las familias varias veces estaban atravesadas por el trabajo en el campo, cosechando alimentos o cultivándolos.

Por esta razón, la escuela podía ser vista como un espacio donde se perdía tiempo y se prefería que los pequeños, desde temprana edad, ayudaran trabajando; esto no era excepción en la antigua China.

Finalmente, en la antigüedad grecorromana, una forma común en que se dividían las materias que los estudiantes tomaban era el trivium (es decir, tres vías) y el quadrivium (cuatro vías):

• El primero estaba constituido por áreas como la gramática, la retórica y la filosofía, es decir, las áreas vinculadas con el universo del lenguaje.
• El segundo grupo se componía por la aritmética, la geometría, la astronomía y la música, es decir, las disciplinas relacionadas con lo espacial y los números.

Estas disciplinas constituyen las denominadas Siete Artes Liberales.

El acceso de cada vez más estudiantes al sistema educativo es algo que ocurrió con mayor frecuencia desde los últimos siglos hasta la actualidad (siglos XIX y XX).

Poco a poco, la importancia de una sociedad instruida que pudiese tener otras oportunidades en su vida además del trabajo de campo o artesanal (como era frecuente en aquel entonces), comenzó a ser una prioridad.

En la actualidad, los alumnos en gran cantidad de países deben acceder al sistema educativo, de forma obligatoria, a partir de los 6 años. La educación constituye, incluso, un derecho humano universal: esto ha hecho que en algunas naciones como en Argentina, el sistema educativo no sea solamente privado. Esto significa que existe la educación pública que garantiza un mayor acceso a la educación.

Características.

Algunos rasgos generales para definir qué es un estudiante son los siguientes:

• Es quien, de manera frecuente y regular, se dedica al estudio y a la incorporación de conocimiento.
• Puede adquirir conocimiento sobre diferentes áreas y disciplinas, como ocurre con quienes están en los primeros años de su escolarización.
• Es capaz de sumar conocimiento más bien especializado, como quienes toman un curso sobre un tema en particular.
• No hay una edad específica para ser estudiante: se puede ser muy joven o estar ya en la adultez explorando diversas áreas.
• Puede estudiar en una institución privada, donde debe abonar una matrícula mensual y/o anual (en algunas, incluso, debe pagarse por cada instancia evaluativa que se rinda), o puede estudiar en un establecimiento público, de gestión estatal y sin costo adicional.

Existen otras características, además, para quienes aspiran a tener un buen (o excelente) desempeño como estudiantes. Estas pueden considerarse, más bien, habilidades específicas de este tipo de tareas:

• Aprender a gestionar el tiempo: muchas veces, las labores de estudio se combinan con otras tareas diarias. Pueden ser actividades extracurriculares, el cuidado de niños y/o familiares a cargo o el trabajo, entre otras. Aprender a dedicar el tiempo suficiente y necesario a cada labor ayuda a optimizar el rendimiento a corto y largo plazo.
• Reconocer objetivos: aprender a trazar un plan de objetivos y metas también ayuda. Esto puede ser delimitado por pequeñas metas como, por ejemplo, indagar sobre un tema durante cierto período temporal, leer una determinada cantidad de hojas al día o finalizar un semestre con un curso completado.
• Descubrir qué tipo de técnica de estudio se adapta mejor a uno: hay estudiantes que se sienten más cómodos con el material exclusivamente teórico; otros necesitan alternarlo con práctica; algunos se sienten más cómodos con cuadros y gráficos visuales y a otros les basta con algunas leídas atentas.

La era digital.

Históricamente, los estudiantes eran aquellos que asistían a la escuela, que estaban rodeados de compañeros de su edad, con uno o varios docentes dedicados a transmitir el conocimiento y con quienes, además, había una relación de verticalidad. Esto significa que la información era transmitida de forma unilateral: el docente enseña, el alumno aprende.

En la actualidad, y como resultado de la globalización y el avance de la tecnología en todos los ámbitos de nuestra vida, la educación no ha sido ajena a estos cambios. Por este motivo fue necesario que se adaptara al nuevo mundo.

Desde hace algunos años es cada vez más común observar que los docentes deben incorporar herramientas tecnológicas para poder enseñar. Esto resulta de dos hechos:

• Los libros, actualmente, no constituyen la única fuente de saber: internet, el uso de programas (software) y el aprendizaje de conocimiento específico sobre computación son herramientas cada vez más útiles para el futuro profesional de la gente.
• Desde edades cada vez más tempranas, niños y jóvenes adquieren una destreza única con la tecnología (hoy en día, aún quienes son niños preescolares ya conocen cómo utilizar un teléfono en sus funciones básicas). Esta habilidad no debe ser desestimada por el plantel docente.

De este modo, el proceso de tecnologización de la educación avanza sin detenerse. Desde hace algunas temporadas, muchas universidades imparten cursos de manera online para que quienes deseen hacerlos puedan ir, incluso, a su propio ritmo. Esto ocurre tanto al momento de escuchar las clases como al rendir los exámenes correspondientes.

Además, este proceso se vio repentinamente acelerado por la pandemia por COVID-19. Al no poder asistir presencialmente a establecimientos, colegios, universidades y otras instituciones debieron migrar la enseñanza a plataformas digitales.

En la actualidad, si bien los colegios y demás entidades académicas ya han vuelto a abrir sus puertas en todo el mundo, existen numerosos estudiantes de diferentes áreas que continúan aprendiendo a través de medios digitales.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (31 de enero de 2023). Definición de estudiante. Historia, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/estudiante/