El vocablo dualidad se emplea, en diferentes contextos de la vida diaria y en distintas disciplinas, para aludir a la relación de oposición o contraste entre dos elementos. Es, también, empleado para señalar un par de elementos, estados u rasgos que coexisten en un mismo ente (ya sea una persona o una cosa).
El concepto es utilizado de modo diverso en cada disciplina, tanto en matemática como en filosofía, en literatura o incluso en la física. Proviene del latín dualitas que, a su vez, se compone de las siguientes partes:
- dual o duālis: que posee dos componentes o características
- dad: que se emplea para señalar relativo a
Así, puede interpretarse el término como lo relativo a aquello que tiene dos características.
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En economía.
Cuando se consideran las maneras en que una entidad (una empresa, un negocio, una institución) lleva registro de su estado financiero, surge la idea de NIF.
Estas son las siglas de Normas de Información Financiera, un conjunto de normativas generales y de conceptos que funcionan de modo estandarizado a nivel internacional. Es decir, son una serie de reglas básicas de cierto modo, sobre cómo llevar registros de contabilidad o qué es importante tener en cuenta durante su control.
Una de estas reglas propuestas por la NIF comprende el concepto de dualidad económica. Esta noción cuenta con dos elementos fundamentales:
- Los recursos que tiene esa entidad para lograr sus objetivos
- El origen de esos recursos, es decir, cómo hizo esa entidad para conseguirlos
Dicho de otra forma, el principio de dualidad económica establece que es necesario reconocer estos dos elementos, los activos (los recursos) y los pasivos (la fuente de origen de los recursos).
Es posible identificar este concepto de manera práctica a través de la siguiente ecuación:
Activo = Pasivo + Capital
Esta conocida fórmula de contabilidad deja en evidencia que el valor del activo (de los recursos de los que se dispone) debe ser igual a la suma entre el capital que se posee más lo que se debe.
¿Qué significa esto? Que todo lo que la entidad tiene es, desde una perspectiva contable, suyo. Sin embargo, desde una visión jurídica, todo lo que tiene se lo debe a terceros:
- a sus acreedores
- a sus inversores o accionistas
Por ese motivo, es importante que, al momento de realizar cálculos financieros, lo que se tiene (el debe, en contabilidad) se mantenga igual a lo que se debe (el haber).
Son opuestos, de ahí la idea de dualidad: cuando uno disminuye, el otro aumenta y viceversa, por lo que una finanza organizada trata de mantenerlos en equilibrio siempre que sea posible.
En filosofía.
En filosofía se emplea el concepto de dualismo para hacer referencia a una doctrina que propone la existencia de dos principios, ideas, conceptos o entes que coexisten aunque son antagónicos entre sí.
Es posible encontrar textos al respecto ya desde la antigüedad griega, pero también ha tenido desarrollo en otras cosmovisiones ajenas a la occidental.
El par antagónico más antiguo y recurrente (no solo en filosofía sino en otras disciplinas como la literatura) es el del bien y el mal. Cada campo de saber lo manifiesta en sus propios términos, pero en todos ellos el vínculo entre estos dos elementos es conflictivo y son parte del origen del mundo y el universo.
Si para Aristóteles lo bueno (por ejemplo, una acción buena de alguien hacia otra persona) es lo que le hace bien al hombre, para Platón añade que hacer el bien es no seguir las pasiones o emociones sino su racionalidad. Además, propone la existencia de dos mundos: el de la materia y el de las ideas.
Más adelante en el tiempo, otro autor, Thomas Hobbes, señala que el hombre es por naturaleza egoísta y busca su beneficio, y que la búsqueda de un bien para terceros muchas veces está guiada por el deseo de conseguir algo para sí también.
En filosofías como la budista, sin embargo, la idea de dualismo viene acompañada de una propuesta alternativa a esa forma de concebir el mundo. Esto supone que en este sistema de pensamiento lo dual no es visto como aquello que mueve al universo; por el contrario, se afirma que no hay una real distinción entre uno y otro elemento del par antagónico.
Este par puede ser el universo de las ideas y el de la materia, o bien el mundo del espíritu y del cuerpo. Esta filosofía también puede ser denominada adualista (el prefijo a- señala sin, es decir, ausencia de dualismo).
La concepción no dualista del mundo observa los elementos de este en tanto en cuanto conforman una unidad. Estos no pierden su singularidad o sus rasgos específicos, pero tampoco se consideran tan diferentes como para que se los perciba como dos elementos opuestos, antagónicos entre sí.
En física.
En la mecánica, una rama de la física, se estudia y observa el comportamiento de cuerpos, sus movimientos y qué fuerzas los mueven. Para ello, el concepto de energía es esencial, ya que es lo que genera que un cuerpo u otro atraviese cambios (que se mueva, por ejemplo). Ahora bien, ¿cómo se puede medir esa energía?
Esta pregunta es uno de los interrogantes básicos de la mecánica cuántica (que observa los comportamientos a escalas subatómicas). A principios del siglo XX, se dio inicio a una serie de experimentos que mostraron cómo se comportaban algunas partículas.
Los comportamientos que hasta la fecha se habían considerado era que se comportaban como partículas, es decir, con masa y ocupando una porción del espacio, pero también se descubrió que funcionaban como ondas.
Esto supuso una gran revolución en la disciplina, ya que ambos conceptos eran considerados como contrarios: por este motivo, se llegó a la conclusión que una partícula podía manifestarse como una onda y, al mismo tiempo, las ondas podían mostrarse como partículas.
En la cultura popular.
Uno de los elementos arquetípicos de la idea de dualidad tiene su origen en el taoísmo, corriente surgida en China por parte de algunas corrientes filosóficas y espirituales que se propusieron entre los siglos VIII y III a. C.
Una de las propuestas es que todo en el mundo tiene necesariamente un elemento complementario y contrario. Nada, por lo tanto, permanece estático, frente a estas fuerzas tan disímiles, y la búsqueda de equilibrio es una de las claves para una existencia armónica.
Los dos conceptos taoístas denominados Ying y Yang son la representación de esta dualidad cósmica, infinita, de la existencia.
La energía Yin, por una parte, es una idea vinculada con lo femenino, lo terrenal y lo pasivo pero también con la oscuridad. La energía Yang, en cambio, es lo masculino, lo activo y lo relacionado con la luz.
No solo son energías opuestas, sino que tanto una como la otra contienen dentro de sí parte de esa energía opuesta. Es decir, en el Yin hay Yang y viceversa: esto significa que se potencian pero además pueden llevarse al desequilibrio y esto no es algo negativo sino algo que responde al fluir necesario de esas fuerzas.
Esta complementariedad que se da entre ambas hace que sean necesarias para la existencia de la otra y, en última instancia, para sus propias existencias.
La representación de estas dos energías es mediante el denominado taijitu, el principio generador de todas las cosas. Se lo grafica como un círculo con una línea curva que va de un extremo a otro: una de sus partes, el Yin, es oscura o negra; el Yang, por ende, se representa con un color blanco.
El hecho de que no haya una línea recta dividiéndolos, sino una curva, hace que sea más evidente cómo una está presente en la otra.
Aplicaciones del Yin y el Yang.
Una forma de aplicar este principio es en la medicina china: de modo general, el cuerpo se considera una entidad más que un conjunto de distintas partes o componentes. Así, una enfermedad supone una falta de equilibrio entre estas dos energías que debe tratar de restaurarse: por ejemplo, si el Yin supone el frío, una baja de temperatura en el cuerpo puede remediarse aplicando calor (y viceversa).
Otro ámbito de aplicación de estas dos energías es en el feng-shui: con esta filosofía se apunta a tratar de mantener la armonía en los ambientes que se habitan, como el hogar. Para ello, la presencia o ausencia de muebles, accesorios y de otros elementos es fundamental para buscar ese equilibrio.
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Fernández, A. M. (17 de noviembre de 2022). Definición de dualidad. Historia, tipos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/dualidad/