La palabra “cuento” tiene su origen en el concepto latino computus, que significa cuenta o cálculo. Literalmente, hará referencia a “contar” a una sucesión de hechos que se narran y que están dispuestos de forma concatenada, con una relación lógica.
Aquí vamos a explorar algunas características del cuento, cuáles son sus partes y algunos de los ejemplos de cuentos y tipos que son los más comunes y clásicos. ¡Empecemos!
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Características de un cuento.
De manera general, podemos considerar que los rasgos que aquí detallaremos aparecen en todos los cuentos que conocemos.
Extensión.
Si bien no podemos determinar un número específico de páginas, sí podemos contraponerlo con una novela, por ejemplo, cuya extensión es mucho más larga. Por ende, los cuentos no suelen ser narraciones particularmente largas, ya que muchas veces están orientados a menores y un largo muy extenso implica una pronta pérdida de atención o de algunos elementos.
Es, también, una narración que presenta todos los hechos con los cuales iniciará y finalizará el relato, y que nos permite entender todo lo que ocurre en él.
Partes del cuento.
Tal y como suelen estar segmentadas las narraciones en general, los cuentos tienen tres partes. Aquí vamos a ver cuáles son y sus características:
- Inicio: Aquí, quien escribe introducirá a su público en el “universo” del cuento. Desde la presentación de personajes, hasta el escenario (o los escenarios) donde los hechos tendrán lugar, es aquí el lugar donde estos aspectos empiezan a desarrollarse para que, mínimamente, quien lea pueda ubicarse en tiempo y espacio para poder tener una base en su lectura.
- Complicación o nudo: Esta es la parte central del cuento, literal y metafóricamente hablando, ya que es donde se introducirá el problema o eventos por resolver que pondrán a los protagonistas, y sus mundos, de cabezas. A partir de acá, la narración muchas veces empezará a ser menos lineal que como venía presentada, ya que, tal y como el concepto de “nudo” lo indica, se produce una situación o varias a las que hay que enfrentarse.
- Desenlace: Finalmente, el cierre del cuento. Aquí nos encontraremos con que todos estos eventos a los que los protagonistas se enfrentan se resuelven. El orden inicial con el que la narración comienza se restablece, los obstáculos han sido enfrentados, y los enemigos, vencidos.
Si bien este orden de las partes ha sido el tradicional (una suerte de estructura a partir de la cual los cuentos se construyen), no es fundamental ni obligatorio que se respete. Muchas narraciones inician adelantándonos algo de su trama, o subvirtiendo este orden, lo cual muestra el abanico de posibilidades con que puede encontrarse uno al redactar un cuento.
Los componentes del cuento.
Un antropólogo y folklorista de origen ruso, Vladimir Propp (1895-1970), dedicó parte de sus investigaciones a analizar la estructura de tradicionales cuentos del folklore ruso. El investigador llegó a la cuenta que, tal y como otras disciplinas (por ejemplo, las matemáticas, física, u otras ciencias “duras”) tenían un trabajo científico, con una metodología precisa, sobre sus objetos de estudio, los relatos y cuentos también podían ser considerados de esa manera. Por tal motivo, trabajó en analizar cómo se componían estructuralmente algunos relatos populares. A estos análisis los plasmó en su obra “Morfología del cuento” (1928), donde logró establecer cuáles eran los ejes principales en torno a los cuales se construían los relatos, aún cuando fuesen diferentes.
Y así lo hizo. Logró desglosar una serie de funciones, primero: estas eran acciones (algunas más fundamentales que otra) que ocurrían a lo largo de un cuento. Él logró reunir 31 de las múltiples obras que analizó. Además, construyó una taxonomía formada por siete “esferas” de acción. Básicamente, son 7 roles (no personajes) que aparecerían en un cuento:
- Héroe: es, por lo general, el protagonista del cuento. Es el que está encargado de resolver el problema, o nudo, del cuento.
- Villano: o agresor: quien realiza o provoca las acciones negativas.
- Ayudante: puede ser una persona, o un objeto (mágico, muchas veces) que le da al héroe lo necesario para cumplir con sus tareas.
- Auxiliar: Es quien habilita al héroe a cumplir con su misión, y quien provee los elementos materiales necesarios.
- Princesa y padre: o Rey, quienes están del lado del héroe y le ayudan.
- Mandatario: quien pide al héroe que resuelva el conflicto.
- Falso héroe: puede ser el mismo villano, o un nuevo personaje que aparezca.
Algunas de las 31 funciones que el autor describió son las siguientes (pueden agrupárselas en pares, ya que en muchos casos funcionan como pares opuestos): exposición de la situación inicial; alejamiento (de un personaje, como ir a la guerra, por ejemplo) y prohibición; transgresión; engaño y complicidad; partida (del héroe); recepción del objeto mágico; combate y victoria; vuelta; tarea impuesta y cumplida (muchas veces una adivinanza, una prueba); reconocimiento; castigo del villano; casamiento (la victoria final).
Como se ve, muchos de los elementos son típicos de cualquier cuento que conozcamos: no necesariamente las 31 funciones son cumplidas, así como tampoco a las 7 esferas las cumplen 7 personajes diferentes. Pero esto es una prueba de que es posible aplicar a los cuentos un estudio riguroso como en cualquier otra disciplina.
Tipos de cuentos.
Describiremos a continuación algunos de los tipos más clásicos de cuentos.
Fábula.
Es una breve narración cuyo carácter destaca por ser ficticio, en primer lugar, pero también destaca por su función didáctica.
Tienen en común que, por lo general, representan animales antropomorfos (con características humanas: hablar, comer, dormir, trabajar, sufrir), y en tales fábulas se pone en crisis alguna situación en sus existencias que no solo tienen un desenlace sino que, también, cuentan con una moraleja, es decir la enseñanza que se desprende del relato.
Son un tipo de cuento común para niños, dada la simplicidad con la que se pueden poner en juego algunos conceptos abstractos para que ellos también los comprendan.
En el siglo XVIII, Jean de la Fontaine (1621-1695) se encargó de producir algunas historias cuyos protagonistas eran animales. Este género ya era cultivado desde hacía más de 2000. En Grecia, hacia el siglo VII a.C., Esopo produjo algunas de las fábulas más conocidas:
- La tortuga y la liebre
- El cuervo y el zorro
- El zorro y las uvas
- La cigarra y la hormiga, entre otros.
Cuentos populares.
Son relatos que se han transmitido de generación en generación de manera oral. Eventualmente, algunos autores han logrado recopilarlos en compendios, y pudieron así organizarlos para que pudieran difundirse más todavía. Son, muchas veces, cuentos orientados hacia los más pequeños también: algunos autores importantes en este género, que ha tenido una influencia fundamental en Europa, han sido Charles Perrault (1628-1793), quien es el encargado de que historias como “Caperucita Roja” o “El gato con botas” hayan llegado hasta nuestros días. También, no es posible olvidarse de los hermanos Jacob (1785-1863) y Wilhelm Grimm (1786-1859), escritores de Alemania que se encargaron, también, de popularizar algunos cuentos orales de la época como Hansel y Gretel, La Cenicienta o Rumpelstiltskin. Sus historias, curiosamente, no tenían como fin inicial estar orientadas a menores, ya que muchas veces eran historias crueles, descarnadas y explícitamente violentas. Sin embargo, la sociedad burguesa de la época reaccionó ante tales narraciones, por lo que debieron ser modificados.
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Fernández, A. M. (21 de enero de 2022). Definición de cuento. Partes, características y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/cuento/