Alfabetización es el nombre que recibe la capacidad de lectura y de escritura. Involucra también, sin embargo, a todo el conjunto de procesos que permite a una persona tener el conocimiento necesario para adquirir aprendizaje, comprensión lectora y el desarrollo de habilidades lingüísticas en general.

Esta habilidad abarca, además de la propia lengua, la capacidad para asimilar otras lenguas y comprender sus propios procesos lingüísticos.

El derecho a la educación en general y a la alfabetización en particular es esencial en la vida, el cual nos ayuda a desplegar habilidades de pensamiento crítico, a poder insertarnos en la sociedad, a acceder a oportunidades laborales y a poder tener nuevas capacidades.

La palabra proviene de alfabeto que, a su vez, surge del griego alphabētos: alpha y beta son las dos primeras letras de este alfabeto, es decir, de la secuencia ordenada de letras que se emplean en los idiomas.

Proceso de alfabetización
La palabra alfabetización surge de «alfabeto», es decir, el sistema ordenado de signos con los que un idioma construye su sistema de comunicación.

Historia e importancia.

El nacimiento de la alfabetización puede rastrearse a los orígenes de la escritura, fenómeno que tuvo lugar alrededor del 3000 a. C. en las antiguas civilizaciones mesopotámicas. En esa época se usaba el alfabeto cuneiforme (con marcas de cuña en tablas de arcilla). Inicialmente, sus usos eran más bien comerciales o de registro y con el paso del tiempo sus funciones fueron ampliándose. Los sistemas de escritura han surgido de manera independiente en diversas culturas. Por ejemplo, los jeroglíficos en el antiguo Egipto y los caracteres chinos son testimonios de los diferentes métodos que las civilizaciones desarrollaron para registrar información. Estos sistemas no solo sirvieron para comunicarse, sino que también establecieron las bases para los esfuerzos iniciales de alfabetización, cada uno adaptado a las necesidades y particularidades culturales de su entorno.

Poco a poco, los registros escritos se aprovecharon para dejar asentada la cultura de un pueblo en sus poemas, sus historias y su tradición religiosa. Sin embargo, como registro del desarrollo de la civilización y las culturas también estuvo inicialmente restringido a los grupos sociales que podían acceder a esa educación, por lo que históricamente fue además un reflejo de la desigualdad social.

Si inicialmente la pedagogía estaba orientada a grupos como sacerdotes, élites y quienes gobernaban los pueblos, con el correr del tiempo, hacia el Renacimiento, la necesidad de que las clases medias se alfabetizaran tomó relevancia. A lo largo de la historia, diversos factores han impedido la difusión de la alfabetización, tales como la resistencia cultural, las restricciones económicas y políticas que limitaban el acceso a la educación. En muchas sociedades antiguas, la capacidad de leer y escribir estaba reservada para las élites gobernantes y las clases sacerdotales, dejando de lado a gran parte de la población. Estos obstáculos fueron desafiados con el tiempo, especialmente durante el Renacimiento y la Ilustración, cuando se enfatizó la importancia de la educación para todos.

Posteriormente, la política educativa empezó a ser repensada para que se amplíe a más sectores. Se comenzó a cuestionar la falta de una población alfabetizada y se comprendió la importancia de este conocimiento para el acceso a mejores condiciones de vida y, fundamentalmente, para la movilidad social.

Así, hacia el siglo XIX, comienzan a expandirse las posibilidades de que más individuos accedan a educación primaria y secundaria. Esto no elimina las desigualdades estructurales, pero permite que se empiece a tener un estatus de derecho y que se comprenda que le pertenece a todas las personas sin distinción alguna.

Educación como derecho
Alfabetizarse, como parte de la educación, comenzó a ser visto como un derecho hacia el siglo XIX, cuando se empezó a expandir a todas las clases sociales.

Aspectos fundamentales.

A continuación exploraremos algunos aspectos esenciales de la alfabetización y los distintos procesos que involucra.

Lectura.

La lectura es un proceso gracias al cual alguien aprende a comprender y decodificar la información que está escrita en un texto. Esto supone el aprendizaje de una serie de símbolos como letras y números e instruirse sobre las reglas que rigen para que esos símbolos se combinen y adquieran significado.

Además de esto, la lectura potencia el desarrollo cognitivo de comprender cuestiones de gramática, la ortografía, el vocabulario y otros procesos como la decodificación de significados o la habilidad de interpretar otras lenguas. Se abre así la posibilidad de acceder a diferentes conocimientos, a la literatura y a poder desarrollar habilidades de resolución de problemas.

Escritura.

La escritura garantiza que podamos comprender y comunicarnos mediante el sistema escrito que aprendemos: esta se perfecciona durante la escolarización, cuando tenemos enseñanza de parte de maestros y docentes que a lo largo de nuestra formación van avanzando en la enseñanza del sistema de escritura, pero también en pulir esas habilidades a fin de poder aprender a construir textos cada vez más complejos.

Los textos que pueden trabajarse gracias al conocimiento en escritura y lectura son la narrativa, la poesía, el ensayo, los debates o el desarrollo de la retórica, por ejemplo.

Escritura
La escritura puede aplicarse para dejar registro de algo que deseamos mantener en el tiempo: un texto, apuntes, una obra literaria o un registro comercial.

Numeracia.

Con el nombre de numeracia conocemos a la capacidad de entender, analizar y usar el sistema numérico, tanto para nuestra vida cotidiana como para nuestro desarrollo laboral. Es el lenguaje básico de las disciplinas como matemáticas, ciencias duras como la química y la física, la ingeniería y muchas otras.

Además, este saber nos permite conocer sobre interpretación de economía, y desarrollar nuestra educación financiera en la vida doméstica, en una empresa, un comercio o incluso en la comprensión de la micro y macroeconomía.

Tasas de alfabetización global.

Según informes de organizaciones internacionales como la UNESCO, las tasas de alfabetización han mejorado significativamente en las últimas décadas. No obstante, aún persisten disparidades, especialmente en regiones como África Subsahariana y el sur de Asia, donde las tasas de alfabetización pueden ser considerablemente más bajas en comparación con países desarrollados. Además, existe una brecha de género marcada, ya que las mujeres suelen tener menos acceso a la educación.

Alfabetización en la vida.

El conocimiento sobre la alfabetización inicia desde la infancia. En ese periodo aprendemos a comunicarnos en nuestra lengua madre, u otra, si estamos insertos en un ámbito de bilingüismo o multilingüismo, ya que es la etapa ideal para absorber conocimientos sobre diferentes lenguas y usarlas de forma fluida.

Los niños aprenden a adquirir herramientas y habilidades de comunicación desde una perspectiva lúdica, y ese saber sienta las bases de su posterior desarrollo académico a medida que crecen.

Educación infantil
La educación en niños es esencial para que puedan acceder a conocimientos más complejos con el paso de los años y de su desarrollo cognitivo.

La alfabetización adolescente es la que nos prepara en conocimientos más complejos y específicos. Las habilidades de análisis y especialización paulatina hacia la vida adulta resultan ser centrales. Aquí es posible explorar diferentes alternativas que se adapten al alumno, como una educación a distancia, aprendizaje en línea o fortalecimiento paulatino de la alfabetización digital, muy útil en los tiempos actuales. En la actualidad, la educación en alfabetización se ha beneficiado enormemente de la incorporación de tecnologías digitales. Herramientas como aplicaciones móviles y plataformas de aprendizaje en línea están siendo utilizadas para aumentar el acceso a la educación básica y mejorar las habilidades de lectura y escritura en todo el mundo. Estas tecnologías permiten un aprendizaje personalizado y adaptable a las necesidades individuales de los estudiantes, contribuyendo a una mayor inclusión educativa.

Finalmente, la alfabetización en adultos puede producirse como modo de compensación de saberes que no se hayan podido dar en años anteriores (por una situación de vulnerabilidad social o económica, o por falta de acceso a ella). También, sin embargo, puede ocurrir en el marco de una constante especialización en un campo o de la exploración de nuevos conocimientos y herramientas para desarrollarnos en nuestro ámbito académico y laboral. Existen numerosos estudios que muestran una correlación directa entre las tasas de alfabetización y el crecimiento económico. Una población alfabetizada tiene más probabilidades de participar activamente en el mercado laboral, mejorar su calidad de vida y contribuir al crecimiento económico de su país. Esto se traduce en mayores oportunidades de trabajo, aumento de ingresos y una mejor movilidad social.

Podemos recurrir entonces a métodos de enseñanza muy diversos, como el aprendizaje autónomo, que permite que exploremos por nuestra cuenta las distintas currículas que una institución puede ofrecernos.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (31 de enero de 2024). Definición de alfabetización. Historia, procesos y usos. Definicion.com. https://definicion.com/alfabetizacion/