Definición de Web 3.0

Web 3.0 es el nombre empleado para designar un tipo de tecnología mediante la cual los sistemas son abiertos y trabajan con, entre otros aspectos, la experiencia inmersiva. Es, también, un sistema descentralizado de la información.

Su nombre responde a que, anteriormente, hay otros dos sistemas: Web 1.0 y Web 2.0. Estos dos constituyen la forma más extendida del uso de la web.

Antecedentes: Web 1.0 y Web 2.0.

Para conocer el funcionamiento de la Web 3.0, es importante hacer no solo un recorrido por los dos sistemas previos a él sino, también, por la denominada World Wide Web, o WWW.

La denominada Web 1.0 surge alrededor de la década del 60, con la creación de navegadores muy simples y básicos, que contaban únicamente con textos. Si bien eran una forma rápida de acceder a la información, eran textos más bien estáticos, sin la posibilidad de que se revisaran por más de una persona tras ser publicados.

De este modo, la interacción entre emisor (quien escribía el texto) y el lector de esa página implicaba una dinámica muy lineal y unidireccional, sin interacción entre ambas partes.

Esta forma de acceder a la información es conocida también con el nombre de web de solo lectura. El término fue acuñado por Tim Berners-Lee, conocido junto a Robert Cailliau por ser quienes crean la WWW, es decir, la World Wide Web.

Con la aparición de la Web 2.0, la información deja de ser unidireccional y estática: surge la interacción entre las personas en el universo informático. Este formato surge a principios de los 2000, y puso en primera plana la bidireccionalidad entre emisores y receptores.

Además, en este sistema los usuarios sí pueden participar como contribuyentes de los contenidos que ven en los sitios web. De este modo, la difusión de los blogs y su éxito entre los usuarios es uno de los grandes hitos de la Web 2.0.

Las redes sociales son, también, un fenómeno en estrecho vínculo con este sistema de información. Las plataformas que surgen en aquel momento implican versiones mucho más actualizadas, más interactivas y más dinámicas para su uso. 

Sin embargo, con el paso del tiempo, surgieron algunos interrogantes respecto de la importancia de los datos y la información que existen en la internet. También, surgen las preguntas sobre la protección de esta información, la protección de los usuarios y las formas de almacenamiento de información.

Características.

Algunos de los rasgos de la Web 3.0 son los siguientes:

• Suponen una evolución, tanto en la búsqueda de información como en la protección de datos, respecto de sus antecesores;
• Es un sistema descentralizado, es decir, hay mayor control sobre la experiencia de navegación pero, también, sobre cómo y con quién compartir información personal y datos.
• Las plataformas o los sitios que tienen contenido no son de la propiedad exclusiva, ya que los programas o las aplicaciones intervienen tanto como lo hacen los usuarios;
• Hay mayor rapidez, tanto en la carga de datos como en su búsqueda.
• Es posible personalizar mucho más cada plataforma en la que el usuario se encuentra.
• Es posible utilizar diferentes dispositivos en simultáneo para acceder al contenido o a los contenidos que se quieren explorar.
• El contenido libre es mucho más abundante y común que en otro tipo de buscadores.

Además de estos rasgos, cabe destacar que la Web 3.0 no es un sistema que esté implementado al cien por ciento en la actualidad. De hecho, en la actualidad, continúa siendo una alternativa sobre la cual profundizar y sobre la cual explorar.

Su aparición sí es relevante ya que implica un gran avance respecto de la Web 1.0 y la 2.0: es más ágil, más cómoda y propone una mayor interacción entre usuarios, programas y plataformas.

Ventajas.

Algunos de los beneficios de este sistema de tecnología son los siguientes:

• Fiabilidad
• Democratización de la información
• Accesibilidad
• Precisión

Los sitios que esta nueva modalidad de servicios de internet sugiere serán construidos de forma mucho más innovadora. También, esto permite que quienes crean y suben contenidos a estos sitios web puedan tener acceso más sencillo a la información, a que personalicen las plataformas de la manera que deseen y que el mismo sistema adapte su experiencia en la web en función de sus intereses y sus gustos.

De este modo, se potencia la posibilidad de desarrollar la productividad: con un sistema que esté atento a lo que deseamos explorar, se dejan de lado todos aquellos elementos con los que no deseamos interactuar.

La precisión en las búsquedas.

A propósito de las ventajas que la Web 3.0 puede ofrecer, la precisión es un rasgo imprescindible para tener en cuenta. Se apunta a interpretar, de la forma más adecuada y acertada posible, lo que buscamos crear pero también aquello sobre lo que queremos explorar.

Cuando hay un uso sostenido de una o diferentes plataformas que personalizan la experiencia de navegación, esta, con el paso del tiempo, va perfeccionándose.

Esto significa que toda la información recolectada anteriormente no queda en el olvido, sino que funciona como una base de datos gracias a la cual, cada vez más, los intereses y gustos de la persona se interrelacionan y nutren unos a otros.

Su vínculo con la inteligencia artificial.

Sin dudas, uno de los grandes conceptos que acompaña la noción de Web 3.0 es el de inteligencia artificial (o IA). 

El avance que en la actualidad ha alcanzado la tecnología permite que el aprendizaje y el recorrido por la web esté complementado por la inteligencia artificial. Esta es esencial para poder no solo acercarnos la información de forma más rápida, sino que también es clave para poder analizar los datos que recibe y para poder organizarlos en función de su importancia.

Por esta capacidad, la Web 3.0 es también denominada web semántica: en ella, la información no es solo recopilada y organizada sino que es interpretada. Este punto es esencial para comprender cómo se mejora la experiencia de la persona en la internet.

Las tareas que puede desarrollar una IA en el uso de la web implican una comprensión mucho más profunda sobre la información que ingresamos. Esta es interpretada y comprendida en su contexto, algo que hasta el momento era muy complejo de realizar. 

Gracias a estas mejoras, es posible optimizar ciertas tareas, por ejemplo, quienes trabajan en sectores vinculados con el marketing ven su labor ampliamente potenciada y beneficiada.

Las publicidades que podemos recibir a través de las redes sociales dejan de ser información que al usuario no le interesa. Con el avance de las IA, la publicidad que recibimos se presenta ante nosotros en función de nuestras búsquedas, de los temas sobre los que leemos y de los sitios que navegamos.Esto construye nuestro perfil como consumidores de forma más precisa, y evita que seamos expuestos a información que no nos resulta relevante.

Esta interacción entre un servicio de tecnología más evolucionado y la inteligencia artificial puede observarse en, por ejemplo, sistemas como Siri. 

Siri es una asistente virtual que resuelve los problemas y dudas que los usuarios de dispositivos tienen. Puede ser útil para armar una agenda, para recordarnos tareas a corto o mediano plazo, para asistirnos con una ubicación geográfica o para responder preguntas y perfeccionar una búsqueda.

En este sistema, hay una interrelación entre el reconocimiento de la voz de cada usuario (es decir, quien posee el dispositivo) y también de la IA: con el paso del tiempo, esta asistente virtual aprende de su usuario, para mejorar cada vez más su experiencia digital.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (21 de abril de 2023). Definición de Web 3.0. Historia, características y usos. Definicion.com. https://definicion.com/web-3-0/