Definición de unión iónica

Unión iónica es el nombre que recibe una forma de enlace químico (es decir, la forma mediante la cual los átomos permanecen juntos dentro de una molécula, por ejemplo). En esta unión, uno de estos átomos cede electrones y el otro átomo los recibe.

Además, este tipo de enlace tiene lugar gracias a que entre los elementos que la constituyen hay una gran o notoria diferencia en su electronegatividad (la capacidad que tiene un átomo para atraer electrones hacia sí mismo).

El término proviene de la unión de dos palabras:

• Unión: del latín unio, significa acción de unirse.
• Iónica: de ion, es decir, del término griego ἰόν (ion), que va. Un ión es aquel átomo o conjunto de átomos que al perder o ganar electrones adquiere una carga eléctrica.

Características e importancia.

Una unión iónica constituye un rasgo esencial dentro de los elementos de la naturaleza; además, su comprensión nos permite poder predecir incluso algunos fenómenos.

En primer lugar, un compuesto iónico forma parte de elementos sólidos como minerales y rocas que encontramos en la superficie de la Tierra. Sin embargo, se encuentra también en objetos de nuestra cotidianeidad, como en la sal de mesa (cloruro de sodio): en ella se combinan el cloro y el sodio. El sodio es quien pierde un electrón y el cloro toma ese electrón.

Así, vemos que se constituyen dos iones de carga contraria:

• Uno de ellos es un catión, es decir, de carga positiva.
• El otro, es un anión, de carga negativa.

Para poder conocer algunos rasgos característicos de esta unión, debemos tener en cuenta lo siguiente:

• Cuando un catión y un anión se encuentran cerca, tras la pérdida y ganancia del electrón, su vínculo electrostático es lo que hace que sus átomos permanezcan unidos. Esta es la denominada red iónica.
• Tras el pasaje de electrones, tiene lugar la constitución de iones que están cargados eléctricamente.
• Es importante diferenciar aquí por qué uno de los elementos es negativo y el otro positivo: los átomos tienen electrones y protones. Cuando pierden electrones, significa que hay más protones: esto lo convierte en un catión. Por el contrario, el elemento que cuenta con más electrones que protones es un anión.

Los compuestos iónicos son esenciales para la conductividad eléctrica cuando están ubicados en el agua: los iones o grupos atómicos se encuentran libres, por lo que pueden moverse fácilmente y, así, transportar electricidad.

Los enlaces iónicos, además, se caracterizan por tener una red cristalina, es decir, la estructura que da orden y forma a los átomos de un elemento sólido. En esta red, todos sus elementos ocupan un lugar específico, fácilmente predecible.

Un ejemplo clásico de esto es la constitución de diamantes: su estructura es cúbica, y sus átomos van uniéndose en una relación 1 a 4 (a un átomo, se le unen cuatro). Esto va conformando la conocida forma tetraédrica, que crea una red cristalina muy fuerte y sólida, motivo por el cual los diamantes son conocidos por ser el elemento más duro y sólido del mundo natural.

Tipos de enlace.

Para conocer los diferentes tipos de enlace, es importante comprender a qué hace referencia el término. En química, hace referencia a la unión de dos átomos (ya sea en un compuesto, ya sea en una molécula) para dar lugar a un elemento químico.

Existen distintos tipos de enlaces:

• enlace de hidrógeno
• enlace van der Waals
• enlace ion-dipolo
• enlace covalente-polar

Sin embargo, los más reconocidos, además del enlace iónico, son el covalente y el metálico.

Por una parte, un enlace covalente es aquel en el que dos átomos comparten electrones para poder estabilizarse. No hay transferencia ni pasaje de electrones de un átomo a otro, como en el iónico, y tienen una composición muy similar a la de los gases nobles (gases muy estables, de baja reactividad: algunos de ellos son el helio, el neón, y el radón).

El agua (H₂O) es un ejemplo típico de enlace covalente.

Por otra parte, un enlace metálico es uno donde no hay ni pasaje de átomos ni se comparten electrones, sino que resulta de la atracción entre dos elementos:

• cationes metálicos
• electrones deslocalizados

En otras palabras, se unen los átomos de un mismo elemento metálico, y sus electrones conforman una suerte de nube en la que son atraídos mutuamente. Otra característica de este tipo de enlaces es que el vínculo entre átomos es muy sólido y fuerte, lo que da la dureza y forma compacta típica de los metales. Es el enlace que conforma elementos como el oro o el cobre.

Formación de iones.

Para poder comprender algunos procesos en la unión iónica, es importante tener en mente algunos conceptos, como los tipos de reacciones:

• Reacción química: su vínculo con las uniones iónicas radica en que estas, muchas veces, son resultado de las anteriores. Uno de los ejemplos más comunes es el de la sal de mesa (NaCl).
• Reacción de síntesis: la ecuación de este tipo de compuestos es A + B → AB, es decir, los dos reactivos A y B se unen para dar lugar a un nuevo compuesto (AB, no C).
• Reacción de descomposición: proceso inverso a la síntesis, significa que de un reactivo AB se desprenden dos elementos nuevos formados, A y B, por lo que la ecuación luce de la siguiente manera: AB → A + B.
• Reacción de desplazamiento y de doble desplazamiento: en estas dos formas de  generación de reactivos (que dan lugar a una o más sustancias distintas), existen elementos que sustituyen a otros en un nuevo compuesto y, en el caso de la reacción de doble desplazamiento, no hay un reemplazo, sino un intercambio de posiciones entre cationes y aniones.

Ahora bien, algunos elementos esenciales de la formación de iones —es decir, cuando hay pérdida de electrones o ganancia en un átomo— son los siguientes:

• La electronegatividad: ella es esencial de este proceso porque cuando dos elementos tienen una gran diferencia en esta escala, hay transferencia de electrones. Sus futuros patrones de comportamiento son incomprensibles sin entender este fenómeno.
• Energía de ionización: este concepto hace alusión a cuál es la cantidad de energía que se necesita para quitar un electrón de un átomo, y que este sea un elemento positivo.

Elementos que alteran la unión.

Existen algunos factores, internos y externos, que pueden impactar sobre este tipo de enlaces. Si se consideran las propiedades de los elementos, uno de estos factores es el tamaño de los iones: su fuerza va a depender tanto del tamaño del ion como de su carga:

• Los iones de menor tamaño tienen mucha más atracción entre sí, ya que se encuentran más cerca;
• Los iones que tengan una carga muy elevada, potencian la estabilidad de esa unión.

También, la distancia que hay entre iones es esencial para la solidez del enlace: la sal de mesa es un compuesto en el que sus iones están distanciados entre sí, en comparación con la estructura del óxido de aluminio, por ejemplo, como el corivindium o corindón. Esta es la piedra preciosa más dura tras los diamantes.

Finalmente, otros elementos que pueden modificar un enlace iónico son el contexto en el que ese compuesto se encuentra: por ejemplo, si el elemento está en agua, las moléculas de agua se infiltran entre las moléculas del compuesto, lo que debilita la unión por su alta solubilidad.

También, la temperatura puede ser un factor que modifique rotundamente un enlace, ya que en ocasiones las temperaturas muy altas pueden descomponer estos compuestos y romper la red cristalina. Esto sucede con el óxido de magnesio que, en su punto de fusión, es muy útil para la industria metalúrgica (resiste estas temperaturas muy bien), motivo por el cual es usado en la refinación de metales.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (27 de noviembre de 2023). Definición de unión iónica. Rasgos, ejemplos y tipos. Definicion.com. https://definicion.com/union-ionica/