Suele identificarse al sonido como aquello que es audible para el ser humano, pero lo cierto es que, desde la física, se llama «sonido» a todo fenómeno que implique la propagación de ondas en un medio determinado, ya sea éste de carácter fluido o sólido, y que genere la vibración de un cuerpo.

En orden a que se produzca un sonido, requerimos, por un lado, la presencia de un cuerpo vibrante o foco, que será, por ejemplo, una cuerda lo suficientemente tensa; por otro lado, se requiere un medio de carácter elástico que sea pasible de obrar como transmisor de esas vibraciones. En el medio se propagan las ondas que el cuerpo vibrante genera, y será ésta la onda sonora.

Cuando la frecuencia de estas ondas permita a los seres vivos percibirlas (ya sea a los seres humanos u otras especies animales, cuyos sistemas auditivos hacen posible la recepción de bandas diferentes), estaremos en presencia de los llamados «sonidos audibles«. Lo que sucede en estos casos es que las ondas acústicas que se producen a partir de la vibración del aire son captadas por el oído y se convierten para ser comunicadas al cerebro, en donde pueden ser interpretadas. Pero también se estudian, desde la física, las ondas inaudibles.

Es interesante destacar que, si nos acercamos al término desde su etimología, la línea que percibimos es la de los sonidos audibles, ya que el vocablo latín sonitus significa «sensación de escuchar». Está compuesto por sonare («producir un ruido») y por el sufijo –ido (que hace a la cualidad de ser perceptible por los sentidos).

Ha de distinguirse el concepto de sonido del de «ruido«, que hace referencia a sonidos que, debido a su acumulación excesiva o desordenada, se han vuelto molestos para la persona receptora.

Sonido con fines terapéuticos.
Se dice que los cuencos tibetanos emiten el sonido del vacío. Se utilizan con fines terapéuticos.

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La voz humana.

Si dijéramos que este asunto es fundamental para la comunicación entre los seres humanos, a la mayoría nos parecería evidente. Pero es muy probable que lo hubiéramos asumido solo por el aspecto auditivo: claro, es imprescindible el poder escuchar lo que alguien me dice para entenderlo, primero, y para poder expresarle mi sentir, luego.

Bien, además de ello, sucede que nuestra voz es producida a partir de la vibración en las cuerdas vocales, que da lugar a una onda sonora compuesta de varias frecuencias. Hay una complejidad maravillosa en la forma de la cavidad buconasal, que se presta a la creación de ondas con matices muy diversos en sus frecuencias. A la vez, nuestro oído está preparado para decodificar estas frecuencias y sus sutiles variaciones, y eso es lo que nos permite, por ejemplo, ir diferenciando las diferentes vocales a fin de que el cerebro pueda interpretarlas.

Hay una pauta diferente en las vibraciones de la voz masculina y la voz femenina. Por lo general, el tono de la voz masculina oscila entre los 100 y 200 hercios, y el tono femenino suele ser más agudo, hallándose entre los 150 y 300 hercios. Los tonos de voz infantiles son aún más agudos.

El ruido es un desorden de sonidos.
El ruido es la acumulación excesiva o desordenada de sonidos, que resulta molesta para sus receptores.

Música.

La palabra «música«, o el arte de las musas, hace referencia a la capacidad de generar sonidos y organizarlos en función de su relación con el silencio, de forma tal que surja de esta conjunción una experiencia acorde a los principios de armonía y el ritmo. En la antigua Grecia se empleaba el término para reunir a la poesía, la música propiamente dicha y también a la danza. Pero desde aquel entonces se ha recorrido un largo camino, y a partir de diversos debates se ha ido refinando cada vez más lo que se considera musical y lo que no lo es.

Es el sonido, y su combinación con el telón del silencio, lo que da lugar, o no, a la música. Y dentro del ámbito de lo musical, hallaremos una clasificación del sonido en cuatro cualidades básicas: la altura, la duración, la intensidad y el timbre.

El sonido del violín puede sostenerse durante mucho tiempo.
En el ámbito musical, la duración del sonido en instrumentos de cuerda frotada, como el violín, puede sostenerse durante el tiempo deseado.
  • Altura: La clasificación de los sonidos, en función de la altura, determina si es grave, agudo o medio. Esto surge de la frecuencia fundamental que una onda sonora presenta, y se mide en hercios (o ciclos por segundo). Por ejemplo, es necesario que un sonido se halle dentro del rango de 20 y 20.000 hercios  para que los seres humanos seamos capaces de percibirlo. Por debajo de los 20, estaremos en el terreno de los infrasonidos; por encima de los 20.000 en el de los ultrasonidos. A este rango entre 20 y 20.000 se lo denomina «rango de frecuencia audible«. Con el paso de los años y el deterioro del sistema auditivo, este rango puede experimentar reducciones. La organización de la música occidental en función de notas responde a este criterio de la altura.
  • Duración: Se habla de la «duración» de un sonido para hacer referencia al tiempo durante el cual perdura. La clasificación a partir de este criterio dará lugar a sonidos cortos, largos, muy largos, etc. Hay una limitación natural en cuanto al tiempo que un sonido puede permanecer en vibración: en general, los instrumentos de viento estarán limitados por la capacidad pulmonar, y los instrumentos de cuerda por el arco, pero existen excepciones, ya que los instrumentos de cuerda frotada, como los violines, pueden generar un sonido sostenido por el tiempo que se desee, o también puede suceder esto con los instrumentos de viento, si se utiliza la respiración continua. Dado que toma entre doce y quince centésimas de segundo para que el sonido llegue al cerebro, si la duración fuera menor, no daría tiempo a que se reconociera su altura. En este caso, la recepción será en forma de un simple chasquido.
  • Intensidad:La intensidad, en relación con el sonido, hace referencia a la cantidad de energía acústica que éste contiene. La intensidad está marcada por la potencia, que, a la vez, se determina por la amplitud. Los sonidos se miden, a partir de esta cualidad, en decibelios (dB) como homenaje al científico Alexander Graham Bell. Para ser percibidos deben hallarse dentro del rango entre 0 dB y 130 dB. Debajo de 0, no alcanzarían el rango auditivo. Por encima de los 130, generarían dolor. En el ámbito de la notación musical, se toman los términos del italiano a la hora de marcar la intensidad, como por ejemplo:
    – fortissimo (muy fuerte)
    – forte (fuerte)
    – mezzoforte (moderadamente fuerte)
    – mezzopiano (moderadamente suave)
    – piano (suave)
    – pianísimo (muy suave)
  • Timbre: Se utiliza la palabra «timbre» para hacer referencia a la cualidad del sonido que revela su fuente sonora. Sucede que una misma nota sonará de un modo distinto si es tocada en una guitarra, un piano o una trompeta. Y esto se debe a que cada uno de esos instrumentos tiene un timbre particular, que lo distingue de los demás. Un elemento que influye en el timbre es, por supuesto, la calidad del material empleado a fin de emitir el sonido. En este sentido, incluso podremos hallar timbres distintos entre una guitarra muy precaria y otra de precisa confección. Y lo mismo sucede con la voz. Las diferencias en los tonos de voz masculina, femenina e infantil se perciben aquí, debido al timbre. Incluso se debe al timbre que podamos distinguir otras cualidades en la voz, como, por ejemplo, si es ronca, suave, dulce o aterciopelada. Algo muy importante en torno al timbre de un sonido es que permite distinguir aquellos que presenten igual tono, duración.

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Lehrer, L. (12 de abril de 2022). Definición de sonido. Sus cualidades, su propagación, la voz humana y la música. Definicion.com. https://definicion.com/sonido/