Definición de rol

La palabra rol se utiliza para señalar la función o el lugar que una persona o un objeto puede desempeñar en una situación particular. Tal función puede llevarse a cabo por voluntad propia, es decir, porque uno decide ocupar ese rol, o puede ser una función impuesta por terceros.

Cuando alguien asume un rol se espera que cumpla con una serie de acciones, ya que hay ciertas expectativas que se vinculan con ese puesto.

El vocablo cuenta con términos muy semejantes en otras lenguas: en el francés (de donde se estima que proviene este término) existe rôle; en inglés encontramos role; y en catalán se distingue rol. El origen de estos, sin embargo, está en latín: surgen a partir de rotŭlus, empleado para hablar de un rollo o cilindro de papel o tela en el que se contenía la información que un actor debía recitar en una obra.

Rol social.

En el marco de un contexto social, las personas nos encontramos con que habitamos diferentes espacios y que compartimos tiempo y actividades con numerosos sujetos. En cada uno de estos sitios hay compromisos que debemos respetar, lugares que ocupar y expectativas por satisfacer. Todo esto se considera parte de los roles con los que debemos cumplir, y surgen diversas preguntas a partir de esto:

• ¿Cuáles son los roles?
• ¿Son impuestos por el afuera o los creamos nosotros?
• ¿Cómo se definen nuestros roles?

Estos interrogantes pueden pensarse a partir de la idea de que todos, sin importar nuestra edad, nuestros intereses o nuestra pertenencia social, cumplimos un rol en la sociedad. Incluso, es importante considerar que no cumplimos el mismo rol en todos los espacios sociales. Veamos qué significa esto.

El rol es aquello que se espera que nosotros cumplamos en el marco de un contexto específico. Por ejemplo: Marcela es una psicóloga de 30 años que trabaja en su consultorio hace algunas temporadas, vive con su pareja y la hija pequeña que tienen en común.

Además, reside a pocas cuadras de la casa de sus padres, a quienes visita con regularidad. Una vez por semana asiste a su propia sesión de supervisión: allí debate los puntos relevantes de sus sesiones como profesional. Un día a la semana va a una clase de cerámica, a la que concurre junto a algunas de sus amistades.

Los gustos, conocimientos, intereses y vínculos en la vida de Marcela son, más o menos, estables, es decir, no varían con frecuencia, como le sucede a la mayoría de la gente. Sin embargo, en cada uno de los espacios sociales de los que forma parte, cumple con un rol diferente:

• En su consultorio, su rol es el de psicóloga: debe escuchar con atención a sus pacientes, no debe juzgarlos y debe procurar que sus palabras mantengan siempre un tono profesional.
• En su hogar es madre y esposa, que tiene conflictos y vivencias como cualquier otra persona, sin que ello deba estar atravesado por su conocimiento como psicóloga.
• En la casa de sus padres, su rol es de hija, aún cuando ya es madre.
• En las actividades con sus amistades es una más del grupo, donde habla sobre su día a día, cuenta sus problemas y demás anécdotas.

Como se observa, en este caso específico la profesión de Marcela tiene ciertas particularidades. Debe escuchar con atención, no juzgar a sus pacientes, tratar de cuidar sus palabras, o cuidarse de dar consejos (no es ese su rol) que estén fuera de lugar. Sin embargo, en su rol como amiga, no es psicóloga: una actividad al aire libre no es una instancia en la cual tenga la obligación de aconsejar como si fuese una psicóloga.

En estos entornos es una amiga que puede dar consejos (correctos o incorrectos) como los demás, de manera informal y donde el cuidado por sus palabras es menor ya que no hay una responsabilidad legal en ello, como sí puede ocurrirle en un plano terapéutico.

Es decir, en ámbitos familiares como el hogar o un evento informal, no se espera de ella la precisión de una terapeuta, ni una intervención como si estuviese frente a un paciente: no debe cumplir con su rol de psicóloga ya que no es el contexto para serlo.

Rol de género.

En la actualidad, además de los roles sociales con que cumplimos a diario, existen otros tipos de comportamientos que se realizan como parte de algo que se nos enseña desde pequeños. Constituyen algo que se espera de nosotros, de forma consciente o inconsciente.

En este grupo encontramos los roles de género, actitudes que aprendemos desde la infancia en los distintos espacios en los que socializamos y que, en gran medida, nos limitan a actuar de uno u otro modo en función de cada rol.

Estos roles, históricamente, han sido dos: mujer y hombre. Cada uno se aprende desde la infancia, de manera que no es sencillo desentrañarlo sino con un análisis cuidadoso:

• A los niños se les suelen regalar autos, armas o pelotas de fútbol; a las niñas, coches para colocar un muñeco o peluches. También juegos de cocina, de enfermería, o de peluquería.
• Si realizan actividades, los varones suelen jugar al fútbol, actividad poco común históricamente entre mujeres.
• Casi desde el nacimiento, los colores que suelen tener asignados son el azul para ellos, y el rosa para ellas. Esto se aplica desde la ropa que se usa desde bebés hasta insumos para la vida cotidiana. Por ejemplo, las máquinas de afeitar incluso al día de hoy suelen diferenciarse con uno y otro color, para cada género.

Además de estos ejemplos, existen muchos otros. Es esencial tomar dimensión del impacto de cómo los roles que se esperan de hombres y mujeres nos atraviesan desde nuestra más tierna infancia. Lo que es más importante es que esto da cuenta de que se esperan determinados comportamientos (a los que se les atribuyen valores) de nosotros.

Las niñas no deben jugar con una pelota porque es actividad de niños, deben ser educadas y respetuosas: de lo contrario, se comportan de forma poco adecuada. Los niños, por su parte, son enseñados a jugar al fútbol desde pequeños, a ser fuertes, valientes, a no ser cobardes, incluso que llorar es de niñas y que eso es negativo.

Estos comportamientos marcan profundamente las etapas siguientes de la vida, ya que a estos roles, posteriormente, le correspondieron históricamente otros lugares:

• Las mujeres asumieron históricamente el rol reproductivo, la maternidad y el hogar; el hombre, el trabajo remunerado, aún a costa de no estar en el hogar ni participar en la crianza.
• Las mujeres ocuparon espacios de cuidado (enfermeras, cuidado de la casa o de familiares enfermos, incluso); los hombres, espacios de poder y autoridad, dado que la carga del hogar quedaba relegada a sus parejas.

Los espacios en los que los aprendizajes son incorporados son, en primer lugar, las familias. Luego están las instituciones educativas o los clubes.

Otra definición: juego de roles.

Otro concepto muy popular en los últimos años es el de juego de rol: esto consiste en juegos en los que los participantes construyen las historias de sus personajes. Entre todos, además, participan de un proyecto en el que ellos definen reglas, posibilidades y limitaciones.

La finalidad está más bien vinculada con el despliegue de estrategias y de habilidades, más que en hallar un ganador en sí. Este tipo de pasatiempos puede durar unos minutos o, incluso, meses. El grupo es el que establece, una vez más, este detalle, del mismo modo que se elige quiénes van a interpretar los roles y quienes dirigen el juego, para darle un hilo narrativo.

Algunos de los rasgos positivos de esta clase de actividad son la estimulación lúdica y la posibilidad de representar roles con los que no estamos familiarizados (lo que expande nuestra creatividad). Otro beneficio es el fortalecimiento de los vínculos sociales con los miembros del grupo.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (18 de agosto de 2022). Definición de rol. Perspectivas, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/rol/