La indiferencia se define como un estado de ánimo en el que no se siente ni atracción ni rechazo hacia una persona, o un objeto en específico.

Puede ser descrita como una posición neutral, pero no en el sentido de objetivo o imparcial, sino más bien de desinterés. Lejos está de ser una posición poco precisa. Es, más bien, una clara toma de posición respecto de algo o de alguien, y tiene que ver con la falta de interés, o de importancia, que eso genera.

Algunos sinónimos de esta palabra pueden ser desafecto, desinterés, impasibilidad, antipatía, desapego, o escepticismo, incluso. Por otra parte, si consideramos los antónimos podemos describirlos en función de los dos polos entre los cuales la indiferencia se puede ubicar:

  • Los antónimos pueden estar enfocados en la atracción, como inclinación, preferencia, predilección, interés o apego;
  • Los antónimos en relación con el rechazo pueden ser rechazo, negación, repugnancia o repulsión.
Piezas de ajedrez
La indiferencia no se ubica ni en una postura de atracción, ni en una de rechazo: es la posición entre ambas.

Qué es la indiferencia.

Proviene de la palabra del latín indifferentia. La utilizamos en el lenguaje cotidiano para referirnos, usualmente, a la forma en la que alguien reacciona frente a algo.

Podemos hablar de cómo alguien es indiferente respecto de alguna actividad:

  • María siente indiferencia hacia el fútbol;
  • Si ella viene, o no, no importa: eso me es indiferente;
  • Pasame tu archivo cuando puedas, estoy libre todo el día así que me es indiferente el horario.

Así, esta actitud denota, en estos casos particulares, que una situación no supone algo relevante para nosotros.

Esto puede ocurrir porque no conocemos del tema, entonces lo que ocurra en ese ámbito no nos interesa. Puede ser, también, que si ocurre una posibilidad u otra (como en el tercer ejemplo) no nos perturba, ni nos molesta. La indiferencia así descrita es, a grandes rasgos, una forma de demostrar que no tenemos ningún problema respecto a esta situación.

La indiferencia en el vínculo intersocial.

Por otra parte, la indiferencia es también un concepto que se utiliza en el ámbito como pensamos las relaciones sociales. Se habla de la indiferencia como una actitud que algunas personas pueden llegar a tomar como una forma de castigo hacia la otra persona. Veamos cómo funciona esto.

Detener algo
La indiferencia hacia una persona puede hacerle sentir a esta que hay un «freno» abrupto (cuya razón ignora) en el vínculo.

Cuando alguien demuestra poco o nulo interés hacia otra persona (u otras personas), hablamos de que esa persona es indiferente. ¿Cómo ocurre esta situación? Puede ser que la persona que tiene una actitud distante lo hace porque no percibe lo que genera en la otra persona. Lamentablemente, puede que esa persona sí sea importante y valiosa para nosotros. Esa falta de reciprocidad puede ser dolorosa.

También puede ocurrir que esa persona, en ese momento, decide alejarse porque necesita tiempo y espacio. Este espacio puede ser porque atraviesa una situación personal, y necesita estar sola, o porque necesita espacio de ese vínculo en particular.

Probablemente, en estos casos, lo más adecuado sea tratar de comunicarle a la otra persona lo que a uno le ocurra. Quizás la otra parte no ha notado su alejamiento, o el efecto en otros.

Otras circunstancias, sin embargo, pueden estar ligadas a la indiferencia. Lo distinto de los casos anteriores es que sí hay una conciencia de alejarnos del otro, y que esta persona note la distancia.

Una de las formas en que esto puede ocurrir (y que es una forma muy silenciosa de dañar a otros), es con lo que en el habla popular se conoce como ley del hielo. Esta puede describirse como una serie de actos, sutiles, casi imperceptibles, con los cuales ignorar a otra persona.

Uno puede comportarte así porque se considera que la otra parte se equivocó en algo, y que al ignorarla va a notar ese problema. Además, puede ser que al ignorar se trate, en realidad, de castigar al otro con la indiferencia. También, puede responder a una mala manera de sobrellevar de la comunicación, y que esta actitud exceda a ese vínculo. ¿Qué significa esto? Que no sea una modalidad específica con esa persona, sino una forma general de comportamiento en situaciones semejantes. Esto supone actuar así en situaciones que angustian, en situaciones de estrés o en situaciones incómodas.

Las consecuencias en estas situaciones son las siguientes:

  • no tomar dimensión del daño que provocamos a otros con nuestra indiferencia;
  • podemos destruir vínculos, y alejar a otros;
  • al no lidiar con una situación que nos incomoda (o al lidiar con ella ignorando a otros), podemos replicar esto en futuras relaciones.
Persona triste
La indiferencia puede afectar seriamente la salud emocional de las personas.

Indiferencia, apatía y desapego.

La indiferencia, a menudo, se confunde con apatía. Esta palabra, originaria del griego ἀπάθεια (sin sentimientos), se utiliza para hablar de una falta de interés de una persona. Esto se asocia con poco o nulo interés respecto de estímulos externos.

Se vincula con la indiferencia en función de esta relación con los otros en la que prima el desinterés. Sin embargo, muchas veces la apatía se asocia con algunas evidentes faltas paulatinas de interés. Esto quiere decir que podemos percibir en la otra persona una progresiva indiferencia hacia el exterior. Podemos notar esta actitud con el paso de los días: cosas que antes le interesaban a la persona, ahora parecerían no causarle interés, o alegría, o motivación.

Además, suele confundirse la apatía, y la indiferencia, con depresión. En estas ocasiones, si percibimos indiferencia, o desinterés, de parte de otra persona, podemos tratar de ofrecer ayuda.

Escuchar a la otra persona, o hacerle saber que estamos para ella, puede ser muy útil. En ocasiones podemos ver que no está ligado con una depresión, sino que puede tener que ver con estrés, agotamiento, o alguna situación específica. De lo contrario, siempre podemos tratar de recomendarle que acuda a terapia, que hable sobre lo que le ocurre, y que uno estará allí para acompañar.

Su intervención en la vida social.

Otro ámbito en el que podemos oír hablar de indiferencia, y que también está vinculado con lo social, es en el marco de problemáticas sociales.

Al interior de una comunidad hay múltiples grupos de personas. Y sea por uno u otro factor (como clase, género, acceso a oportunidades, nivel socioeconómico, entre otras), algunos grupos están más vulnerables que otros. Esto genera desigualdades, falta de acceso igualitario a derechos, a lo laboral, a la educación, y a un sinfín de situaciones.

Indiferencia social
La indiferencia social, al interior de una comunidad, impide que aquel sector vulnerado pueda avanzar.

Desde muchos espacios de la sociedad se conforman grupos de personas que están dispuestas a asistir y a acompañar, muchas veces como respuesta a la ausencia estatal.

Algunos de estos espacios de contención se vinculan con lo educacional. Hay grupos que, conformados por docentes y/o alumnos avanzados de alguna carrera, se acercan a barrios donde pueden dar clases y ayudarlos, posteriormente, a dar exámenes en escuelas o en las instituciones pertinentes.

Otro tipo de asistencia puede ser, en la actualidad, con la promoción de medidas de salud comunitaria, como por ejemplo la salud sexual. La indiferencia del Estado sobre los cuidados en las poblaciones más desprotegidas hace que la posibilidad de, por ejemplo, embarazos adolescentes, sea más alta.

En algunos países como en Argentina, algunas agrupaciones recorren barrios populares donde capacitan sobre salud. Enseñan a los vecinos cómo protegerse y a dónde acudir en situaciones de emergencia. Además de brindar herramientas, contribuyen con elementos necesarios para el cuidado cotidiano.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (20 de mayo de 2022). Definición de indiferencia. Usos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/indiferencia/