El origen de la palabra logística lo encontramos en dos idiomas diferentes. Por un lado, en el inglés logistics y, por otro lado, en el francés logistique. En ambos casos refieren al conjunto de medios que permiten realizar o concretar una operación determinada.
En el primer caso, se refiere a los métodos que posibilitan la organización de una empresa, ya sea que brinde un producto o un servicio. Mientras que, el segundo, comenzó a emplearse en el ámbito militar para referirse al uso de transporte, alojamiento y suministro de las tropas. Es decir, a la operatividad para contar en forma eficiente con todo aquello que los soldados pudieran necesitar.
Entonces, podemos sintetizar diciendo que, logística, es el conjunto de acciones o procedimientos sistemáticos que se ejecutan con el objetivo de alcanzar una meta en forma organizada.
Esto refiere a:
- Enviar un producto desde su lugar de origen a su lugar de destino.
- Garantizar un servicio eficiente y eficaz.
- Asegurar los recursos necesarios para llevar a cabo una actividad determinada.
Muchas veces refiere a las operaciones vinculadas con el transporte, el almacenamiento y la distribución de un producto determinado. El propósito de la logística es hacer llegar un producto o un servicio a un sitio específico y, es por ello que se lo considera como una etapa externa. Nada tiene que ver con la fabricación primaria de un bien o un servicio, sino, más bien, con su inserción en el mercado.
Generalmente, esta labor es realizada por un área de logística, ya sea dentro de una empresa u organización o, por un servicio externo que realice dicha labor de gestión.
En la actualidad, es un concepto propio del ámbito empresarial, especialmente del marketing y de la distribución. Sin embargo, siempre que estamos organizando la operatividad de algo, estamos aplicando la logística.
De una forma académica, la logística puede ser descripta como un arte, pues orienta los materiales o productos desde la adquisición de la materia prima hasta las manos del consumidor final. Es decir, entrega a un usuario final aquello que este ha deseado en el espacio y momento que resulte de su mayor comodidad. O sea, contar (en cualquier momento) con una cantidad razonable del producto en cuestión, en una tienda cercana a su domicilio y al menor coste posible.
Asimismo, la logística, es un proceso que funciona como nexo entre la producción de un bien o servicio y la entrada del mismo en el mercado; lugar donde, finalmente, el consumidor lo encontrará. Esta unión se realiza a través de técnicas que buscan ser lo más eficaz y eficientes posibles como, por ejemplo, tareas de planificación, gestión de recursos, evaluación de procesos, etc.
Sin embargo, si nos inmiscuimos en el origen etimológico de la palabra, encontramos que tiene una raíz griega «logis«, cuyo significado es cálculo. Pero, también tiene una base latina para referirse al administrador o intendente de los ejércitos de la Antigua Roma.
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Origen de la logística.
Como mencionamos anteriormente, el origen de la palabra logística la encontramos en el campo militar. Pero, vamos a hacer un recorrido más profundo del concepto.
Nacimiento de la logística.
Podemos afirmar con seguridad que la logística es una praxis humana que se remonta desde que el hombre de la prehistoria almacenaba alimentos en su cueva, lugar en el que vivía. Esta acumulación tenía un propósito muy claro: mantenerlo nutrido durante el invierno. Para ello, organizaba el proceso de gestión de la comida, la provisión y, sobre todo, el control de lo que recogía.
En un primero momento, el hombre no transportaba su alimento, sino que vivía cerca de él, de esta manera maximizaba la rentabilidad de los productos.
Luego, ya en la antigüedad, los griegos aplicaron este concepto para realizar razonamientos matemáticos, mientras que en Atenas, los logísticos eran aquellos cuya labor era calcular lo que el Estado necesitaba para satisfacer las necesidades de la gente.
La logística moderna.
Para comprender mejor la logística moderna, tenemos que remontarnos a la vida militar. Más precisamente, a la ingeniería militar, pues esta implicaba todo un proceso operativo de gestión. La misma consistía en:
- Organizar el accionar de las tropas.
- Garantizar el transporte.
- Asegurar el alojamiento.
- Contar con provisiones.
Todo esto supone una eficiencia capaz de permitir a los soldados atravesar el contexto de guerra, situación en el que resulta vital una buena logística.
Luego, este concepto fue implementado en el sector empresarial vinculado con el mercado.
La llegada del comercio y su necesidad de marcar territorio en diferentes espacios geográficos, provocó que la logística sea mucho más sofisticada y, sobre todo, organizada.
Esto significó, en primera instancia, pulir ciertos problemas como:
- Coordinación en el proceso de producción.
- Provisión de materias primas.
- Distribución de los productos.
Por lo tanto, al resolver estos problemas, la producción comenzó a aumentar considerablemente y, con ello, las cadenas de distribución. Indudablemente, esto desembocó en mejoras como, por ejemplo, la inversión en infraestructura, transporte, redes de comunicación, tecnología, etc.
Logística industrial.
Continuando con el recorrido, podemos decir que luego de los periodos de guerra, hubo un interés de implementar la logística militar en el campo del abastecimiento material, ya en la vida civil.
Es por ello que este concepto se volcó al campo industrial en el cual las empresas comenzaron a operar a partir de una cadena logística mucho más compleja. Básicamente, el propósito fue lograr mejores resultados con el mínimo esfuerzo.
Funciones de la logística.
Para poder lograr su propósito, la logística tiene que cumplir con una serie de funciones. Las mismas consisten en:
Hacer un uso de los recursos.
El uso de los recursos tiene que ver con el empleo correcto de los materiales con los que se cuenta. Esto implica todos los medios necesarios para transportar o movilizar los productos (o servicios) de un lugar a otro y, sobre todo, que estos estén al alcance del consumidor final. Por ejemplo, empleo de cintas, camiones, carritos, etc.
Mantener un orden de los pedidos.
Es todo aquello que está vinculado con el proceso de compra de un producto o de una cantidad determinada de productos y que deben ser destinados a un lugar específico.
Garantizar un buen resultado.
Esto refiere a que, si el producto debe ser trasladado, el mismo llegue a destino en condiciones óptimas. Para ello, se puede contar con sistemas de protección y conservación como, por ejemplo, los embalajes.
Planificar rutas de envío.
Las rutas de envío son el camino que la mercancía debe hacer para llegar a destino. Para que su arribo sea el correcto y en tiempo correcto, es importante desarrollar una planificación sistemática del recorrido de los vehículos que transportan el producto. La idea es lograr el mejor resultado con el menor costo.
Controlar los recursos.
Tiene que ver con el seguimiento tanto de los productos que se elaboran, como los que se almacenan y, sobre todo, los que serán destinados a un cliente en particular. Es decir, los que están disponibles para la venta.
Asegurar el éxito.
El éxito del negocio no se reduce en el diseño y la producción de un producto determinado, sino que, además, se trata de contar con dicho beneficio en tiempo y forma.
Es decir, si lo que se ofrece para satisfacer las necesidades del cliente o usuario no llega a tiempo o tiene reiteradas demoras; perderá credibilidad y, por tanto, consumidores.
Para evitar que esto ocurra se debe trabajar en un plan de logística que garantice no solo un buen producto, sino un óptimo traslado y una excelente inserción en el mercado.
Citar este artículo
Navicelli, V. (15 de marzo de 2022). Definición de logística. Origen y funciones de la logística. Definicion.com. https://definicion.com/logistica/