Un diccionario es un compendio que reúne las palabras y las expresiones de una lengua o ámbito específico para dar cuenta de la definición de cada una de ellas u ofrecer su traducción a otro idioma. Los términos en cuestión se encuentran ordenados alfabéticamente, de modo de poder ser localizados con facilidad.
Se trata de un texto de consulta. Dada su extensión y la cantidad de información que contiene, resultaría difícil leerlo de principio a fin de modo continuo. Aunque seguramente no falten amantes de las palabras que lo han intentado, lo más común es que se recurra a un diccionario para hallar la definición de un vocablo en particular.
Además de constituir una fuente de significados, los diccionarios pueden ser muy útiles para conocer la forma correcta de escribir algo, comprender el contexto en el que es válido utilizar ciertos conceptos y encontrar otros términos afines que podrían reemplazar a una noción específica. A su vez, permiten saber de qué clase de palabra se trata (sustantivo, adjetivo, verbo, pronombre, adverbio, etc.), su empleo gramatical adecuado, así como su ortografía y pronunciación.
Tradicionalmente, se trata de libros físicos escritos, generalmente, por un grupo de autores. Los más completos suelen ser grandes obras de finas páginas y, en ocasiones, incluyen múltiples tomos. Aunque también los hay “de bolsillo”, compactos y escolares, cuyo formato es más práctico y transportable, puesto que solamente contienen un reducido número de términos considerados esenciales.
No obstante, en la actualidad, han proliferado los diccionarios en versión virtual, ya sea en línea, como el que encontramos en el sitio web de la Real Academia Española (RAE) o las aplicaciones móviles especialmente diseñadas para ofrecer este servicio. Sin ir más lejos, este sitio web se asemeja bastante a un diccionario, al ofrecer explicaciones sobre los significados de numerosos conceptos. También es posible hallar diccionarios en soportes digitales, como CD y DVD, o descargables en PDF.
Podemos decir que el desarrollo de Internet y las nuevas tecnologías en este campo favorecen la constante actualización y evolución de la lengua, y facilitan mucho su difusión.
Etimológicamente, el concepto diccionario proviene del latín dictionarium, compuesto por el término dictio (“dicho”, “expresión”) y el sufijo –arium (“relación”, “pertenencia”, “sitio para guardar elementos”). Cabe aclarar que antes de que existiera dicho vocablo se apelaba a vocabulario (“conjunto de palabras”) y a glosario para aludir a este tipo de obras. Es interesante que la idea de glossa (“palabra oscura”) hacía referencia a cualquier concepto que necesitara ser explicado para su comprensión. Hoy, ambos conceptos se relacionan con el de diccionario porque describen a un conjunto de palabras, pero no son sinónimos en sentido estricto y poseen aplicaciones distintas.
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Tipos de diccionarios.
Por un lado, están los diccionarios más genéricos, por decirlo de alguna manera, y, por otro, aquellos que se especializan en una determinada temática o disciplina.
Quizás, el más común sea el diccionario de la lengua, como el mencionado más arriba de la RAE. La Real Academia Española es una institución fundada en el año 1713, cuyo objetivo es velar por la unidad esencial de la lengua española, más allá de los cambios y adaptaciones que pueda experimentar la misma con el correr del tiempo. Además, el organismo se encarga de decretar cuál es el uso correcto de los términos de nuestro idioma y de difundir dicho criterio. Este diccionario es, entonces, monolingüe (está dedicado a una única lengua, en este caso, el español) y normativo (designa el empleo correcto de dicho idioma).
Dentro de los diccionarios de la lengua también encontramos los de uso práctico, los cuales, más allá de lo que digan las normas institucionales, se rigen por la versatilidad del vocabulario de la vida cotidiana.
Los diccionarios de sinónimos y antónimos, en tanto, como su nombre lo indica ofrecen conceptos alternativos para reemplazar un determinado vocablo por otro con sentido similar (sinónimos) u opuesto (antónimos). Los mismos también se encuentran ordenados alfabéticamente y en el mismo idioma.
El diccionario bilingüe presenta en orden alfabético palabras en cierto idioma y explica sus significados en otra lengua (y viceversa). Por ejemplo, un diccionario español-francés / francés-español. Muy útil para personas extranjeras, al igual que para cualquiera que desee encontrar el equivalente de una palabra en otra lengua. Son herramientas de traducción. Actualmente es muy común utilizar el traductor virtual en línea, pero cuando no existía esta posibilidad, con frecuencia viajantes recurrían a pequeños diccionarios bilingües de bolsillo cuando visitaban una nación en la cual no dominaban el idioma.
Con respecto a los diccionarios especializados, los hay tantos como materias existan. Se trata de obras monolingües que reúnen términos concretos y que, por ende, requieren de cierto grado de conocimiento sobre la disciplina en cuestión. Por ejemplo, hay diccionarios jurídicos, diccionarios informáticos y diccionarios médicos, entre tantos otros. En todos ellos encontraremos tecnicismos pertenecientes a un área de saber en particular.
Por el contrario, los diccionarios enciclopédicos están destinados a individuos en general y no requieren ningún tipo de conocimiento previo. Son monolingües y, a diferencia del simple diccionario de la lengua, esta versión contextualiza las definiciones, además de ofrecer artículos complementarios e información más detallada sobre los conceptos que engloba. Por ejemplo, en estas obras se incluyen los nombres de personalidades destacadas y un breve resumen de su biografía, así como eventos claves de la historia (guerras, revoluciones, descubrimientos, hitos, etc.) y lugares geográficos, entre otros elementos que hacen al contexto y la cultura.
No está de más aclarar que no es lo mismo un diccionario enciclopédico que una enciclopedia. Podríamos decir que el primero se encuentra a mitad de camino entre un diccionario y una enciclopedia, tomando características de cada uno (definiciones e información complementaria). La enciclopedia, por su parte, se dedica a temas de mayor amplitud, trascendiendo la mera definición. Reúne menos términos que un diccionario, pero lo hace de modo más detallado, contextualizado y extenso.
Diccionario de María Moliner.
Quince años tardó la bibliotecaria, filóloga y lingüista española María Moliner en escribir, ella sola en la sala de su casa, el Diccionario de uso del español. Según Gabriel García Márquez, se trata de la obra de esta índole más completa, útil y divertida. El texto íntegro consta de tres mil páginas divididas en dos tomos, y fue publicado por primera vez en el año 1966.
Aclamado como uno de los diccionarios de la lengua española de mayor importancia, introdujo innovaciones de la lengua y expresiones hasta el momento no admitidas por la RAE. Moliner misma afirmó no haber tenido muy en cuenta a la autoridad a la hora de confeccionarlo. Sin duda constituye una valiosa herramienta de consulta para escritores, estudiantes y todo tipo de gente que busca la expresión adecuada que materialice aquella idea que les ronda la mente. Es que no se trata de un diccionario cualquiera, en él se percibe el amor de su autora por las palabras y la dedicación que ha empeñado en explicarlas.
Sorprendentemente, a esta destacada intelectual nunca le fue concedida la merecida silla en la Real Academia Española, a la que fue candidata en la década del setenta. Caso contrario, se habría tratado de la primera mujer aceptada por dicha institución.
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Lehrer, L. (16 de mayo de 2022). Definición de diccionario. El origen del término y sus características. Definicion.com. https://definicion.com/diccionario/