Se utiliza la palabra creacionismo, en el marco de las ideas filosóficas y teológicas, para hacer referencia a un conjunto de lineamientos orientados a sostener que todo aquello que existe lo hace en virtud de un acto de creación atribuible a una voluntad divina. Esto abarca tanto a los seres vivos como a la materia inanimada.

Si nos remontamos al estudio etimológico de las raíces del término, vemos que creación encuentra su origen en el vocablo latino creatio, que alude a la acción y al efecto de crear. Se compone léxicamente por medio de creare, que se usa para hacer referencia al hecho de producir o engendrar algo, y el sufijo -ción, en el sentido de “acción y efecto”. A ello se agrega el sufijo -ismo, útil para describir una doctrina o una creencia. De este modo, el creacionismo podría ser entendido como la doctrina que postula cómo tuvo lugar la acción y el efecto de la producción del universo que habitamos.

Dentro del amplio espectro que esta noción abarca pueden distinguirse diferentes corrientes, cada una con sus principios y matices particulares. Por ejemplo, una de las facciones más estrictas en sus puntos de vista es la de los creacionistas de la llamada Tierra Joven, que se caracteriza por interpretar las palabras de la Biblia de modo literal, y sostiene que la narrativa que se plantea en el Génesis sucedió exactamente de ese modo. A partir de ello, los creacionistas de la Tierra Joven rechazan los postulados de la ciencia en cuanto a la evolución de la materia y de la vida.

Si bien durante la primera parte del siglo XX, especialmente en los Estados Unidos, tuvo lugar una fuerte asociación entre el creacionismo y esta postura denominada fundamentalismo cristiano por su negativa en relación con la evolución humana y por la fe en la Tierra joven (que tendría entre 5700 y 10000 años), surgieron otros grupos que mantienen ideas menos tajantes. Estos sí aceptan la posibilidad evolutiva y comparten la visión en cuanto a la edad de la Tierra sostenida por la ciencia. Estas posturas se encuentran abiertas al diálogo y a puntos de encuentro entre aquello que estipula su fe y los avances que se han ido desarrollando en el ámbito de las diversas ciencias.

La Afiliación Científica Estadounidense, una de las organizaciones religiosas más importantes de Estados Unidos, sostiene que hay diversidad de consideraciones desde el creacionismo en cuanto al medio en el que esta creación tuvo lugar, aunque sí hay consenso sobre el hecho de que Yahveh fue el que creó el universo.

Es interesante destacar que la narrativa de una creación que un dios (o El Dios) realiza no es exclusiva del cristianismo, y que hay muchas otras religiones que relatan los hechos originales desde una perspectiva similar. Así, en múltiples credos existen relatos creacionistas y, al mismo tiempo, dentro de los cultos suelen variar el grado de aceptación o rechazo a los postulados que la ciencia hace en torno a la posible evolución de lo que es.

Interpretación literal de la Biblia.
La corriente del creacionismo denominada «literalista» interpreta lo expresado en la Biblia de modo literal.

Postulados del creacionismo literalista.

Si nos circunscribimos al ámbito de la corriente más estricta, también llamada “literalista” (por su adherencia literal a las palabras de la Biblia), hay que decir que ellos consideran que la postura que la ciencia esgrime como probada, la teoría evolucionista, no logra explicar el devenir de la historia en este planeta con los matices que hacen a la vida y sus expresiones, tan diversas y misteriosas. Su planteo reside en un acercamiento que estudia lo que se narra en el libro del Génesis para buscar desentrañar desde allí explicaciones más adecuadas.

Dentro de las más destacadas ideas que se defienden en una postura creacionista literal se encuentran, por ejemplo:

  • La existencia de una divinidad que ha creado la realidad tal como la conocemos. El libro del Génesis narra, a partir de una secuencia de días y noches, la diferenciación progresiva que este Dios fue definiendo, desde la luz y la oscuridad, hasta las miríadas de animales y seres vivos culminando con la creación de la humanidad. Estos seres fueron formados “a su imagen y semejanza”.
  • La juventud de la Tierra. Se caracteriza por sostener que, de modo contrario a lo que se afirma desde la ciencia (en especial desde el ámbito de la geología), el planeta Tierra cuenta con una edad aproximada de entre 5700 y 10000 años. Además, otro elemento que entra en consideración es la aplicación de métodos para medir el tiempo que surgen de la propia narrativa de la Biblia, como hechos históricos o hitos geográficos.
  • Se niega la veracidad de lo que plantea la teoría evolucionista. En esta postura extrema del creacionismo se afirma la falsedad de los postulados científicos en torno a la característica evolutiva de la realidad material y de la vida. El principio del que parte esto es que Dios creó a los seres vivos así como son, que Él sabe cómo han de ser y así los forma. Esto plantea un interesante contrapunto en cuanto a las especies animales o vegetales que se encuentran extintas, a lo que los creacionistas duros responden que tal cosa no es, en absoluto, cierta; o algunos afirman, sencillamente, que ello fue una decisión de Dios, que se debe a Su voluntad.
  • Lo que se establece en el texto de las sagradas escrituras es verdadero. La fuente a partir de la cual los creacionistas de la Tierra Joven toman la pauta de lo que ha sucedido en el origen del tiempo es la Biblia. Para ellos, lo que se afirma en la Biblia no solo sucedió, sino que ocurrió exactamente de ese modo. Hay un principio de no adjudicarse la humanidad la audacia de interpretar según sus falibles puntos de vista aquello que consideran sagrado y también un temor, a veces más velado y en otras ocasiones más explícito, de lo que podría llegar a pasar si se abriera ese abanico, ya que algunas personas podrían orientar dichas interpretaciones hacia sus propios intereses.
Creacionismo conversando con la teoría evolucionista.
Algunas posturas del creacionismo son más matizadas y pueden conversar con la teoría evolucionista.

Una conciliación planteada.

Dentro de las posiciones más matizadas en el marco de la teoría creacionista se da un amplio margen de diálogo con la ciencia. Hay una línea de pensamiento a partir de la cual se permite sostener que la Biblia no es opuesta a la teoría evolucionista, del mismo modo que la teoría evolucionista no se opone a la Biblia.

Así, personas de fe van entretejiendo junto con gente de ciencia un tamiz más complejo, ayudándose e impulsándose mutuamente. De hecho, muchos científicos son creyentes y así se puede ver que una realidad que parecía una brecha puede ser, en verdad, un puente. Se respetan los esfuerzos que hacen los individuos a partir del método científico, en su búsqueda insaciable de conocer más y más del mundo que habitamos y el modo en el que opera. Al mismo tiempo, se respeta que hay principios que la ciencia no ha llegado a explicar y que, probablemente, nunca llegará a hacerlo. El conocimiento y el misterio avanzan juntos, como si de un baile se tratara. O de un juego.

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Lehrer, L. (30 de septiembre de 2022). Definición de creacionismo. Su origen, principales postulados y el diálogo con la teoría evolucionista. Definicion.com. https://definicion.com/creacionismo/