Autonomía es el nombre con el que se conoce a una condición, de una persona, un objeto o un fenómeno, respecto de otras entidades, por lo que puede manifestarse en función de sus reglas y normas y actuar con libertad.

Es un concepto muy empleado en diferentes disciplinas, y proviene del griego αὐτονομία, es decir, que vive o se gobierna por su propia ley.

En el plano personal.

Una de las formas en las que la autonomía se manifiesta es en el plano personal: aquí, se emplea para señalar cómo podemos conducirnos en nuestra vida con independencia y auto-suficiencia.

De este modo, como personas autónomas, somos responsables de las decisiones que tomamos, ya que desde esta perspectiva contamos con la libertad personal de poder hacerlo. Esto puede aplicarse tanto en nuestra vida diaria, como en el plano familiar, laboral, o emocional.

Libertad personal
La autonomía implica poder hacer uso de nuestra libertad personal, pero también hacernos responsables por nosotros mismos.

A medida que vamos creciendo, vamos pudiendo ser más responsables por nosotros mismos y nuestros actos, lo que significa poder hacernos cargo por ellos frente a los demás y, fundamentalmente, frente a nosotros.

Esto incluye, por ejemplo, la autonomía emocional, vinculada con nuestra inteligencia emocional. A lo largo de nuestra vida, podemos encontrarnos con diferentes situaciones, fundamentalmente negativas, donde podemos poner a prueba nuestra resiliencia, nuestra autorregulación y nuestro autocontrol.

Estas situaciones pueden servir como eventos clave para poder llevar adelante el conocimiento de nosotros mismos. Con la ayuda de profesionales, además, podemos potenciar este conocimiento mediante técnicas gracias a las cuales podamos desarrollar la autorrealización.

Otra forma de autonomía, en este plano, es el autodescubrimiento: esto se relaciona con tratar de conocernos más a nosotros mismos, para aprender nuestros puntos fuertes y los débiles. De este modo, podemos practicar la autoaceptación, para potenciar todas nuestras aristas.

En el plano laboral.

Otro plano fundamental para trabajar nuestra autonomía es en el ámbito laboral. Aquí, puede considerarse esta opción desde dos perspectivas:

  • Desde la propia acción de un trabajador
  • De la posibilidad que sus superiores le brinden

En el primer caso, quien trabaja puede organizar, con flexibilidad e iniciativa propia, su calendario de trabajo, su modalidad para presentar actividades o entregas. Puede, mediante la autogestión, trabajar de forma independiente, aún en relación de dependencia.

Autonomía en el trabajo
En el plano laboral, la autonomía contribuye con mejorar el ambiente de trabajo y aumentar el rendimiento.

Si esta posibilidad no está contemplada para ese puesto de trabajo, el empleador es quien puede permitir esta posibilidad. La constitución de un ambiente de trabajo agradable, donde tanto trabajadores como superiores pueden trabajar codo a codo, pueden ayudar a mejorar el rendimiento de todos.

De este modo, pueden abrirse canales de comunicación lo más directo posibles: de este moto, puede haber un contacto sin intermediarios que ayude a resolver inconvenientes y a buscar soluciones a problemas de forma cómoda.

También, el vínculo entre los mismos trabajadores es importante, como un ambiente colaborativo, donde todos puedan confiar en sus colegas y en la responsabilidad de todo el grupo.

Autonomía educativa.

Una tercera forma de autonomía es la que se manifiesta en el plano educativo.

Puede manifestarse desde ser autodidacta y poder aprender sobre los temas que más nos interesan como estudiantes o alumnos. Algunas escuelas permiten y avalan este modelo de aprendizaje que, en general, se aleja de la modalidad tradicional de enseñanza, donde es el docente quien unidireccionalmente enseña a sus alumnos, y estos aprender.

Autonomía educativa
La autonomía educativa puede ayudarnos a organizar, por nosotros mismos, nuestros propios sistemas de estudio y aprendizaje.

De este modo, si bien se pueden abordar diferentes contenidos y disciplinas, el alumno puede optar por profundizar, en el ámbito educativo y en el hogar, en las temáticas que más le interesan.

Esta forma de aprender (desde la autodependencia y la autogestión) puede ser muy útil para acceder a otras modalidades de aprendizaje. Un ejemplo es la enseñanza a distancia, o los estudios online que pueden realizarse desde cualquier parte del mundo.

Esta modalidad de aprendizaje puede resultar difícil para quienes están habituados a tener una guía (un docente o un tutor personalizado) que oriente a cada paso del proceso de aprendizaje. En estas modalidades, el estudiante tiene mucha más libertad no solo de organizarse con qué debe tener para una clase, sino también en cómo gestionar los distintos contenidos hasta su evaluación.

De este modo, aprender a organizarnos por iniciativa propia en la educación puede ayudar a sacarle provecho a estas nuevas modalidades.

Conceptos relacionados.

Existe un par conceptual que puede resultar útil para pensar en el concepto de autonomía. Estos dos son individualismo y colectivismo.

Colectivismo
La autonomía, como libertad individual, debe tener en cuenta siempre la perspectiva colectiva, ya que vivimos en sociedad.

Por una parte, la noción de individualismo puede interpretarse como la valorización de la libertad del individuo y la férrea oposición de cualquier agente externo que intervenga sobre esta. En este sentido, hay un enfoque centrado en poder proteger la autonomía en todo sentido, desde la autonomía en la toma de decisiones sobre sus propiedades hasta la autonomía de decisión. Así, no se acepta la intervención del Estado, por ejemplo.

Es importante tener en cuenta que esta perspectiva muchas veces puede hacernos considerar que la autonomía y el bienestar que podemos tener nos pertenece solo a nosotros. Dicho de otro modo, las posibilidades, derechos y libertades de las que gozamos tienen lugar gracias a que, antes de nosotros, estos fueron protegidos por la comunidad.

En este sentido, la segunda perspectiva es el colectivismo: esta aboga por poder contemplar, antes que nuestra propia individualidad aislada, nuestra existencia como parte de una comunidad, de una sociedad. En este sentido, se opone al individualismo, y considera que la noción de autonomía como la libertad absoluta del sujeto no solo no es posible, sino que, como seres sociales, somos lo que somos gracias a este contexto en el que vivimos.

Es importante poder considerar en desarrollarnos en las diferentes áreas de nuestra vida sirviéndonos de lo aprendido, de nuestra experiencia y aprendizaje y poder tener logros y metas personales. Sin embargo, es relevante también no perder de vista que habitamos un contexto social, donde el desarrollo colectivo nos potencia como conjunto humano.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (31 de agosto de 2023). Definición de autonomía. Tipos, rasgos y manifestaciones. Definicion.com. https://definicion.com/autonomia/