Hay dos acepciones principales de la palabra seminario. Por un lado, se emplea para hacer referencia a las reuniones de índole académica, en la que especialistas y personas interesadas en un tema específico se dan cita a fin de exponer, comentar y debatir al respecto. De igual modo, se habla de seminarios en el sentido de las casas de formación eclesiástica, para jóvenes o para adultos, a las que se puede acudir, de manera voluntaria, con el fin de iniciar el camino hacia el ministerio religioso.

Si atendemos a su origen etimológico, descubriremos que el término proviene del vocablo latino seminarius, que era el sitio en el que se sembraban los saberes. Dicho vocablo se componía de semen, seminis (“medio de siembra”) y de –arium (lugar en el que las cosas pueden reunirse y desarrollarse, crecer). Así, el seminario era entendido como el espacio en el que las semillas, las ideas, podían albergarse, contenerse, nutrirse y crecer.

La segunda acepción, la de los establecimientos religiosos, es anterior en el tiempo, ya que precede al Concilio de Trento, en el siglo XVI, y fue especialmente tratada en esa cita. El origen del seminario en tanto reunión académica se retrotrae a fines del siglo XVIII, en la Universidad de Gotinga, Alemania. Pero lo cierto es que en tiempos recientes ha pasado a cobrar mayor importancia el sentido académico, y por eso nos enfocaremos principalmente en esta línea.

Seminario, reunión de índole académica.
Los seminarios son reuniones académicas donde se expone, comenta y debate un tema específico.

Los seminarios académicos.

Se habla de un seminario, desde una perspectiva académica, para hacer alusión a una reunión de gente de carácter especializado, a fin de enfocarse en el desarrollo y estudio en profundidad de ciertas cuestiones específicas. Suele verse muy favorecido cuando se establecen dinámicas que permiten la interacción entre los participantes y los especialistas.

No hay criterios estrictos en cuanto a la duración que ha de tener una jornada de esta naturaleza. El número de horas puede variar. Suele hacerse una distinción, por ejemplo, entre citas de menor extensión(congresos o encuentros) que pueden prolongarse por apenas unas horas, y los seminarios propiamente dichos, que pueden extenderse durante años, con reuniones semanales pautadas. Hay una tendencia, sin embargo, a que los seminarios se desarrollen durante un tiempo que oscila entre uno y cuatro días, y de modo intensivo.

En lo que a cantidad de participantes se refiere, en algunas ocasiones se ve limitado debido a motivos diversos. Puede ser porque el tema a tratar exige cierta especialización como requisito previo, por un asunto de capacidad de aforo del espacio en el que se desarrollará o bien por la simple preferencia de los organizadores.

Es común que algunos seminarios se cobren, y en algunos casos a un precio elevado (en especial los actos académicos de actualización o especialización). Pero también existen seminarios o congresos de inscripción gratuita, ya sea que se ofrecen a empresas o por motivos de filantropía o altruismo. Así, las instituciones que los impulsan pueden tener fines comerciales o ser instituciones enfocadas en el bien público.

Hoy en día, los seminarios se han convertido en actividades muy frecuentes en los ámbitos universitarios, empresariales o de emprendedores. De hecho, se han trascendido las fronteras de lo estrictamente académico y han comenzado a florecer, asimismo, en áreas tan diversas como el arte, la nutrición, la psicología o incluso en el intrincado mundo de las terapias alternativas. Por lo general, siguen dándose cita en un entorno que marque la pauta de lo académico: sedes de universidades, salas de conferencias, pero, finalmente, pueden tener lugar en cualquier espacio que reúna las condiciones de comodidad y silencio necesarias para el intercambio de ideas.

El seminario se enriquece con el intercambio de ideas.
Las dinámicas que permiten la interacción entre participantes y expositores enriquecen la experiencia del seminario.

Objetivos de los seminarios.

Podemos destacar tres objetivos esenciales de los seminarios:

  • Objetivo de carácter cognoscitivo: hay una funcionalidad propia de los seminarios en tanto ámbitos en los que se generan conocimientos y nuevos contenidos. Además de las jornadas de exposición, existe un acercamiento desde el ángulo de poner en práctica los saberes vigentes. De allí surgen, muchas veces, ideas o líneas de posible expansión para esa rama específica del conocimiento. Es muy interesante cuando se incorpora a los estudiantes o a los participantes legos en el proceso, ya que de la síntesis que se produce desde las diversas bases que estas personas pueden traer, y el conocimiento expuesto, suelen producirse resultados inesperados.
  • Objetivo de carácter documental: en muchos de los seminarios se procede al registro en actas o mediante grabaciones o filmaciones de todo el material expuesto, dando lugar, de este modo, a la producción de nuevo contenido que sienta las bases del tema tratado y profundiza en él. De aquí suelen emerger artículos, ensayos y documentación extensiva que aumentan el volumen del trabajo sobre el área enfocada, y pueden surgir, además, tesis o postulados que extiendan las fronteras de la misma.
  • Objetivo de carácter educativo: la organización de este tipo de jornadas o encuentros aporta puntos educativos que difieren del aula. Apartándose del modelo vertical que la educación formal suele presentar, en los seminarios se abre un espacio diferente, propicio para el debate y el intercambio de ideas propias, nuevas. Hay una invitación (una exigencia, quizás) para el ejercicio del criterio personal y el espíritu de crítica, fomentado por esta posibilidad de intercambio más fluido entre participantes y expositores.

Los seminarios sacerdotales.

Haciendo en este punto el viraje a la segunda acepción del término, diremos que las casas de formación eclesiástica se conocen también como seminarios diocesanos, en tanto que están organizados en función de la división administrativa del terreno que se realiza desde el ámbito eclesial. Asimismo, existen seminarios interdiocesanos, que prestan el servicio a distintas diócesis de una provincia o de un país, tutelados bajo la jurisdicción de la Conferencia Episcopal (reunión regional o nacional de los obispos).

Los seminarios pueden llevar un nombre que haga mención a su origen (por ejemplo, los seminarios conciliares), o bien nombres en función de su organización territorial (como ocurre con los seminarios diocesanos). También pueden ser patriarcales si responden a un patriarcado latino (por ejemplo, el Patriarcado Latino de Jerusalén) o responder a una determinada orden religiosa (por ejemplo, seminario claretiano, seminario salesiano o seminario franciscano).

Seminaristas religiosos.
Seminaristas acuden a casas de formación eclesiástica para emprender el camino al ministerio religioso.

Organización interna.

Lo que se describe a continuación es el personal mínimo con el que ha de contar un seminario mayor. Puede haber otros cargos, pero estos son imprescindibles. Son elegidos siempre por el obispo en persona.

  • Un director espiritual: se trata de un sacerdote cuya trayectoria lo vuelve capaz de escuchar, sostener, acompañar y aconsejar a los estudiantes en sus inquietudes.
  • Un confesor: aquel sacerdote que se dedica, amén de otras actividades, a administrar el sacramento de la confesión para todos los estudiantes que lo precisen.
  • Un rector: sacerdote que se ocupa de regir la vida interna y externa del seminario, supervisa el cumplimiento de los objetivos académicos, realiza el seguimiento de la vida interior de los candidatos y se ocupa de presentar los reportes al obispo.
  • Un prefecto de estudios: se trata de alguien que acompaña a los estudiantes en el desarrollo de su vocación sacerdotal. Su tarea no se reduce, por ende, a los aspectos académicos: abarca todas las áreas de formación, con el objeto de promover un crecimiento armónico en la fe. Lleva adelante la dirección formativa, pero siempre según los criterios de la Iglesia y, en caso de corresponder, de la Congregación.

Además de estas funciones esenciales, suelen encontrarse un secretario de estudios, el ecónomo, un prefecto de disciplina y el bibliotecario. 

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Lehrer, L. (23 de abril de 2022). Definición de seminario. Sus dos acepciones: académica y religiosa. Definicion.com. https://definicion.com/seminario/