La palabra estímulo suele ser utilizada, a grandes rasgos, para hacer referencia a un impulso que puede ser tanto de carácter externo como interno, y que genera algún tipo de reacción o respuesta.
Etimológicamente, proviene del latín stimŭlus, vocablo usado antiguamente por el pueblo romano para nombrar la aguja destinada a estimular a los diferentes animales de tiro, como mulas o bueyes, al momento de arar la tierra.
Además de este significado, también solían hablar de stimŭlus gloriae; una expresión con un sentido quizás más metafórico con la que se nombraban los homenajes, celebraciones y ofrendas materiales que se les daban a los soldados una vez que regresaban a Roma luego de conseguir una victoria.
Podemos recurrir a la noción de estímulo para hablar, en términos generales, de cualquier agente físico, químico, mecánico o psicológico que impulse una reacción funcional en una persona o en otros organismos.
De modo abarcativo, todo aquello que motive a actuar, a responder o a reaccionar, es un estímulo.
Índice de temas
Estímulos internos y externos.
Se consideran estímulos externos a aquellos que son provocados por agentes fuera del organismo de un sujeto que impactan en este. Algunos casos para ejemplificar pueden ser el pinchazo de una aguja, el sonido de la bocina de un auto por la calle y el aplauso por parte de una multitud de gente.
Hay, también, estímulos internos, los cuales emergen desde adentro hacia afuera desencadenando otro tipo de reacciones. Tal puede ser el caso de la tristeza por recordar algún momento que nos genera ganas de llorar, o un dolor interno que nos fuerza a descansar.
Estímulos aversivos.
Se llama aversivo a aquel estímulo que se destaca por ser, mayormente, desagradable o molesto para quien lo recibe. Usualmente, este tipo de estímulo es puesto en práctica no tanto con el objetivo de que una persona -o grupo de gente- o un animal actúe en una forma específica, sino para evitar que se comporten de determinada manera no deseada.
Aunque funcionan como reforzadores no solo cuando aparecen, sino también cuando se les reduce o se les extingue. Esto último hace referencia a la acción de, ante el surgimiento de un comportamiento no deseado, eliminar algún estímulo positivo. Lo que se busca en este caso puntual es que el ser en cuestión sienta la pérdida de ese estímulo-premio y vuelva a tener un buen comportamiento para recuperarlo.
La naturaleza de estos estímulos puede ser física o social. Para ejemplificar, un estímulo aversivo físico puede ser una palmada a un niño que hace un berrinche, con la idea de que, en futuras situaciones similares, deje de comportarse de esa manera. Por otro lado, como ejemplo dentro del campo de lo social podemos pensar en la exclusión de grupos de pertenencia o de eventos sociales a partir de alguna actitud puntual que es vista como negativa.
Estímulos positivos.
Habiendo contado acerca de los estímulos aversivos o negativos, es posible abarcar la otra punta de la cuestión, los estímulos positivos. Estos son aquellos que se aplican sobre uno o más sujetos (o sobre animales) con la intención de incitar determinadas acciones.
En este marco, hablamos de actos que motivan a llevar a cabo una tarea o comportarnos de tal forma, haciéndole sentir a alguien que su labor o su actitud son valoradas y reconocidas. Pueden ser cosas pequeñas como palabras de apoyo, mensajes alentadores o gestos que satisfagan necesidades del momento, como acercar algo de comida o abrigo.
Estímulo en economía.
En el área de las ciencias económicas, la palabra estímulo puede ser aplicada tanto en el terreno de lo macroeconómico como en el ámbito privado. Retomando la idea de que un estímulo es una acción cuyo propósito o fin es provocar una reacción, podemos hablar de motivaciones en el área de los negocios que busquen generar el cambio -aumento o disminución- de alguna variable económica.
Un ejemplo de estímulo en este aspecto puede ser una inversión que impulse el desarrollo de determinada industria, promoviendo una mayor producción y, por ende, un aumento en las ganancias.
Podemos reconocer, también, la presencia de distintos estímulos dentro del mundo de la política monetaria y fiscal. En este caso, nos referimos a las medidas que puede tomar un gobierno con el objetivo de influenciar -usualmente se busca impulsar- la actividad económica de un país o región.
Estímulo en el campo laboral.
Dentro del ámbito del trabajo también aparece el concepto de estímulo. Principalmente, en este campo un estímulo remite a la recompensa -muchas veces denominada premio o comisión- o el reconocimiento que reciben los trabajadores por alcanzar ciertos objetivos o por desempeñar su actividad con resultados por encima de las expectativas.
La lógica detrás de este mecanismo de recompensas es que el empleado se sienta motivado a trabajar más y mejor dentro de su horario laboral, alcanzando una mayor productividad que, en consecuencia, beneficiarán a la empresa y/o a su empleador.
Aunque el incentivo suele ser de carácter monetario, no siempre es así. Puede tratarse de un reconocimiento público (como destacar quién es «el empleado del mes»), objetos materiales y beneficios varios, entre otros.
Estímulo en psicología.
En el campo de la psicología, un estímulo es aquella herramienta con la que se busca influir en una persona, apuntando a provocar una reacción sensorial. Su uso varía dependiendo de la escuela de psicología desde la cual se lo tome:
- Para la psicología perceptiva, un estímulo es un cambio de energía -de luz, de sonido, de ambiente- que registran los sentidos e influye en las formas de percepción.
- En psicología del comportamiento, también conocida como conductismo o condicionamiento clásico, un estímulo puede afectar el comportamiento ya sea a partir de un objeto externo (estímulo distal) o desde la estimulación de los sentidos (estímulo proximal). Un ejemplo clásico de esto puede verse en el ejercicio de Pavlov con su propio perro.
- En psicología experimental, se llama estímulo al evento u objeto ante el que aparece una respuesta. No todo lo que se presenta a un paciente califica como estímulo.
Estímulos discriminativos.
Se emplea la idea de estímulo discriminativo para hacer referencia a aquel estímulo que está directamente relacionado con una acción específica y que, por lo tanto, motiva únicamente dicha acción.
Se diferencia de un estímulo más general, en el cual un sujeto aprende que un comportamiento habilitado en algún sitio se puede realizar en otros lugares con características similares. Por ejemplo, entender que puede vestir un traje de baño en una pileta y en la playa.
En oposición, el estímulo discriminativo va a asociarse con un único comportamiento. Un posible ejemplo es el de, al conducir, controlar la velocidad del vehículo ante una cámara de control de velocidad.
Estímulo en biología.
Para la biología, un estímulo es cualquier evento que genere una respuesta por parte del sistema nervioso. Como ejemplo de estos estímulos se puede pensar en un cambio brusco de temperatura ante el cual un individuo busca protegerse. Por ejemplo, tocar algo caliente y reaccionar retirando la mano, o salir al frío y abrigarse.
Citar este artículo
Krause, G. (30 de junio de 2022). Definición de estímulo. Internos, externos, aversivos, positivos y otros. Definicion.com. https://definicion.com/estimulo/