La palabra amenaza, de origen latino, se emplea para señalar algo o alguien que supone un peligro, riesgo o potencial daño para un tercero.
Proviene del latín minacia, que hacía alusión, precisamente, a amenazas o riesgos.
Existen múltiples clases de amenazas, las cuales dependen de aquello a lo que dañan, del tipo de perjuicio que provocan y si hay, o no, posibilidades de controlar y evitar que ocurran.
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Características.
Independientemente de la forma particular en la que una amenaza se manifiesta, hay ciertos rasgos generales que es posible reconocer en todos los casos:
- La amenaza es un peligro respecto de algo que, todavía, no ha ocurrido.
- Puede ser también que no ocurra aquello que se advierte. Sin embargo, genera un estado de alerta o de atención que predispone al entorno a considerar que sí va a acontecer.
- Los niveles de riesgo varían: en ocasiones puede ser una circunstancia negativa, sin más, y en otros casos el riesgo puede ser incluso la pérdida de una vida o de varias.
- Es posible establecer un parámetro de las amenazas en función de la frecuencia con la que ocurren (seguido, ocasionalmente, nunca) y en función de la magnitud de su potencial impacto.
En derecho.
El concepto de amenaza, además de una potencial ofensa o daño contra alguien, está tipificado como un delito en múltiples países.
Las personas contamos con distintos derechos inalienables, indivisibles de nuestra experiencia social e individual:
- derecho a la identidad
- a un trabajo digno
- a poseer un techo y alimentos
- al acceso a la salud
Estos son solo algunos ejemplos. Sin embargo, vivir una vida tranquila, sin inquietudes que puedan alterar nuestra realidad diaria, también es un derecho de todos.
La amenaza atenta directamente contra esa paz. Esto se debe a que quien recibe la amenaza, en primer lugar, comienza a vivir con miedo.
Este temor no solo afecta a su propia psiquis, a su desempeño laboral y a su tranquilidad: el terror frente a una amenaza es aún más grave cuando involucra a terceros. Es decir, además de un posible daño contra uno o su propio hogar, existe repentinamente el temor a que sus hijos, su pareja, conocidos y allegados puedan sufrir algún ataque.
Las amenazas que un individuo puede padecer suelen manifestarse de diferentes maneras:
- por teléfono
- por escrito
- de forma verbal
- de manera indirecta
- a través de terceros
La causa de este delito reside en el hecho de que la amenaza atenta contra la estabilidad psicológica de la víctima, un factor fundamental de la integridad humana.
Finalmente, la amenaza posee un punto en común con otra manifestación del atentado contra la integridad de alguien. Este elemento es la extorsión.
La extorsión es definida como un delito, asimismo, mediante el cual se fuerza u obliga a una persona a realizar un acto que beneficia a quien extorsiona.
Esta práctica perjudica profundamente al ser obligado a realizar dicha acción. En ocasiones, esta serie de acciones involucra dinero:
- se le paga a la persona amenazada un monto para que realice, o no, una acción (lo que además es un chantaje)
- se le exige un pago a la víctima para no hacerle daño a ella o a terceros
Amenazas naturales.
Las amenazas naturales son todos aquellos eventos causados por fenómenos ajenos a la voluntad humana, que pueden ser potencialmente peligrosos para la flora, la fauna y la sociedad.
Muchos de estos fenómenos naturales tienen, en cierta medida, relación con la intervención humana. ¿Qué significa esto? Que en ocasiones, y tras una prolongada actividad humana (generalmente de índole industrial y/o tecnológica), se desencadenan estas amenazas.
Un ejemplo de ello son las sequías o los incendios forestales.
El primer ejemplo supone un extenso período de sequedad del suelo que genera imposibilidad de avanzar con tareas de agricultura, falta de alimento para animales y humanos y potenciales migraciones a otros lugares.
El segundo ejemplo se caracteriza por una muy veloz propagación del fuego a través de los árboles y la vegetación de una zona. Los incendios forestales muchas veces son ocasionados por accidentes (por dejar un cigarrillo encendido en la vegetación, entre otras situaciones) o por fenómenos como el calor que resecan la tierra, la flora y se propicia, así, la combustión.
En otros casos, pueden ser resultado de quemas agrícolas que se hacen inadecuadamente o con el fin de deforestar un área. En esta situación, y dado lo complejo de encontrar al responsable, muchas veces no se logra descubrir quién inició el fuego.
Tipos de amenazas naturales.
Un tipo de amenaza natural es la que involucra lo climático:
- Tornados: son embudos de aire provocados por el cruce entre fuertes vientos y tormentas. Son fenómenos altamente destructivos que arrasan con todo lo que tienen en su paso y pueden alcanzar velocidades de hasta 500 km/h, lo que genera grandes destrozos a nivel edilicio y suele generar numerosas víctimas.
- Granizo: esta forma particular de lluvia involucra, además, partículas de hielo. Estas partículas, que usualmente caen con apariencia de pelotas de hielo, son una amenaza para edificios, autos y seres vivos dado que caen desde muy alto y con una velocidad que las torna peligrosas.
- Olas de calor: suponen una elevada temperatura en una zona particular. Se estima que reciben este nombre una vez que se superan, al menos, 5 º o 6 °C la temperatura promedio de esa región y se sostiene esa marca por alrededor de seis días seguidos. Las olas de calor pueden provocar cortes en electricidad (por la elevada demanda de ventilación) y afectar la salud física y mental.
Otro tipo es el que tiene que ver con fenómenos del suelo, como erupciones volcánicas, terremotos o tsunamis.
Por intervención del hombre.
Existen, paralelamente, amenazas que pueden dañar o perjudicar la vida humana en el marco de eventos como guerras y derrames tóxicos.
Los derrames tóxicos se incluyen dentro del grupo de desastres medioambientales. Aquí podemos aludir a los accidentes nucleares.
Estos implican un grave daño como resultado de explosiones de gran magnitud (como lo ocurrido en Chernóbil, Ucrania, en 1986, tras la explosión de un reactor nuclear). Sin embargo, la amenaza se extiende de igual modo al suelo donde ocurre (y, si acontece en el mar, en el agua). Esa área suele quedar contaminada, lo que también pasa cuando hay derrames de petróleo en el océano, que dañan a la flora y fauna acuáticas y pueden alcanzar la superficie.
En el caso de las guerras, estas son conflictos bélicos entre dos comunidades, países o regiones. Más allá de las razones particulares por las cuales se desencadenan las guerras (que usualmente son resultado de un problema político), tienen algunas particularidades que revelan el daño que pueden provocar:
- Son disputas que, por lo general, se extienden a lo largo de un período de tiempo largo (desde un par de meses hasta, incluso, años).
- En función del tipo de conflicto, suelen intervenir otros actores además de los involucrados. Ellos contribuyen con armamento, vehículos, tropas y aportes económicos.
- Los lugares que serán los campos de batalla posteriormente deben reconstruirse, esfuerzo que exige una muy costosa reinversión de dinero.
- La pérdida humana ocurre en diferentes niveles: al fallecimiento de soldados y las tropas que participan se suman las muertes de civiles que habitaban ese sitio o sus cercanías.
Además del costo político y el resultado, las guerras suponen una gran amenaza a la vida humana. En muchas ocasiones se provocan masivas migraciones de los habitantes que lo pierden todo y deben rehacer su vida en otro territorio.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (2 de diciembre de 2022). Definición de amenaza. Tipos, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/amenaza/