La expresión «práctica docente« se ha integrado al vocabulario popular para hacer referencia al modo en el que las personas que ejercen la docencia llevan adelante su accionar. A partir de esto, vemos que se trata de una realidad que se abre a diversos ámbitos, y no fácilmente reducible a una definición clásica de diccionario.

Por ejemplo, se puede hablar de cómo se lleva adelante en tal establecimiento o en cierto curso, la acción de impartir clases; se puede hablar de los marcos teóricos a partir de los cuales se proponen lineamientos específicos para dicha tarea o aludir a las características generales que la docencia supuestamente debería presentar.

Incluso, se presenta a análisis posibles desde otras disciplinas, como podrían ser la historia (la comparativa de cómo ha ido variando la acción docente con el correr de los años), la geografía (cómo cambia el modo de dar clases o los contenidos impartidos en diferentes sitios del globo) o sociológica (las variantes entre la docencia en establecimientos públicos o privados, o la inserción de nuevas tecnologías a la práctica de enseñar).

Si nos centramos en un análisis del origen etimológico de las palabras, comprobaremos que el término práctica proviene del griego praktikos, que se conforma con el verbo prasso («yo realizo algo hasta acabarlo») y con el sufijo tiikos («la ciencia» o «la técnica»). De esta manera, la práctica se referiría a «la ciencia o técnica requerida para hacer algo hasta el final». El vocablo docente, por su parte, se originó en el latín, del participio de presente docens, docentis, que engloba a «quien enseña», y del verbo docere, que se emplea para describir el acto de enseñar. Así, se utiliza esta noción para designar al sujeto que ejerce la enseñanza y la educación, concretando la acción de enseñar.

La práctica docente, si proseguimos por esta línea, será la acción o técnica desarrollada por alguien para ejercer la enseñanza. Una primera característica que presenta es la de ser una realidad muy dinámica, ya que está en constante cambio porque la desarrolla gente distinta en lugares diversos y de formas diferentes (y aún una misma persona y un mismo grupo de alumnos no serán los mismos un día que otro, siguiendo el famoso adagio de Heráclito y el río). Por eso, se dice también que el segundo rasgo de la práctica docente es la complejidad. La tercera particularidad habitualmente destacada es su naturaleza contextual, debido a que la práctica docente se realiza en un escenario preciso, demarcado, tanto espacial como cronológicamente.

La práctica docente ha llegado a entenderse como una práctica de carácter social, compleja, que se asienta en múltiples puntos de vista. Que incluye, asimismo, consideraciones de índole histórica, como podrían ser los usos y costumbres que en una sociedad determinada imperan o los valores que son exaltados en un contexto educativo determinado. Es evidente que la estructura social atraviesa y condiciona la implementación de la docencia, así como también lo hace el tejido moral que subyace a una sociedad específica: los principios explícitos o implícitos que moldean lo que resulta aceptable y lo que no lo es.

Práctica docente, acción de ejercer la enseñanza.
Se llama práctica docente a la acción o técnica desarrollada por una persona para ejercer la enseñanza.

Jean Piaget y el rol docente.

Jean Piaget se dedicó, buena parte de su vida, a estudiar cómo se desarrolla el conocimiento en niños y niñas. Diseñó una serie de estadios progresivos por los que los seres humanos crecemos, que a su vez se dividen en estadios muy específicos. Como además de ser psicólogo era biólogo, trabajó con experimentos que los chicos debían resolver de acuerdo a sus posibilidades, y de esas respuestas (además de entrevistas y otras técnicas) fue nutriendo la teoría de su modelo. Era partidario del constructivismo: no creía que la inteligencia viniera dada de por sí, sino que había que ayudarla a crecer por medio de un movimiento de la voluntad.

A partir de esto es que dedicó, de igual modo, su atención al complejo asunto de la educación y del rol de los docentes. Piaget sostenía que el rol docente pasa por la orientación y la guía, que ha de ser quien oriente el camino del aprendizaje. Ya que se ha formado a tal fin, es, en la relación que se conforma con los alumnos, quien cuenta con la experiencia de calibrar cuánto ha de esperar y cuánto ha de dar. El aprendizaje tiene lugar en un espacio incierto, que no es totalmente conocido (pues allí nada nuevo hay) ni tampoco tan demandante que aleje a las personas que buscan aprender de los conocimientos que ya tienen, y que les permiten tejer un puente con lo que han de incorporar.

Lo que se busca es que quien enseñe lo haga desde una actitud que promueva la propia exploración de aquellos que aprenden, impulsándolos y acompañando los proyectos y el camino, hasta la integración de los conocimientos que éstos traen aparejados.

Se enfatiza que solamente en escenarios que impliquen algún tipo de cambio habrá verdadero aprendizaje. Es necesaria la dosis justa de desafío, ya que hay un elemento de adaptación en el aprendizaje: se adapta lo nuevo a lo que ya se conocía. Esta adaptación cuenta con dos movimientos que Piaget destacó especialmente, la asimilación y la acomodación. El movimiento de asimilación en una situación problemática llama a la necesidad de acomodarlo en lo que ya se sabía, se tejen nuevas redes y asociaciones, se expande el universo interno. Asimilación y acomodación suceden de un modo continuo y veloz, alternadamente, como un baile. El hecho de aprender es, al fin y al cabo, la búsqueda constante de un equilibrio que continuamente se ve desafiado.

Docente, guía en el camino de aprendizaje.
Según Jean Piaget, la práctica docente tiene que ver con la orientación y la guía en el camino de aprendizaje.

Funciones de la práctica docente.

Por las cualidades dinámicas de esta práctica, no es sencillo enumerar funciones fijas. El contexto puede variar notablemente, y ello implicará una adaptación. No es lo mismo, por ejemplo, la enseñanza que se brinda a niños y niñas de edad preescolar que la que sucede en una escuela primaria; así como tampoco es igual el marco necesario para transmitir conocimientos de álgebra como el que se requiere para enseñar a pintar. Pero, hecha esta salvedad, hay algunas funciones que pueden considerarse como generales para la práctica docente. Entre ellas sobresalen:

  • Preparar las actividades: Los docentes asistirán al horario pautado e indicarán a los alumnos lo que han de realizar. El aprendizaje suele darse a través de lecciones preparadas, en las que se cuida de balancear los estímulos desde ángulos diferentes, incluyendo teoría, práctica y evaluaciones. Incluso en las situaciones de asignaturas más libres o espontáneas, esa misma cualidad está preparada por el docente.
  • Coordinar las actividades en el aula: Además de la preparación, la persona que está al frente de la clase es la que se encarga de acompañar el desarrollo de la actividad, de explicar los detalles que sean necesarios conocer para su implementación y de evacuar cualquier duda o inquietud que se pueda generar.
  • Tomar como referencia la currícula: Los docentes no pueden traer contenidos al aula de un modo arbitrario. Si bien hay un margen de juego, los límites del campo están marcados por la currícula, que es el lineamiento de la asignatura que se ha pautado de modo conjunto entre las autoridades del Estado y los expertos en las diferentes áreas.
  • Velar por el orden y promover buenos hábitos: Es indispensable un clima de orden para que el aprendizaje pueda tener lugar. Los movimientos de acomodación y asimilación tienen su exigencia, y por ello es preciso que se minimice el número de estímulos negativos o que podrían promover la desorganización. Los docentes se encargan de fomentar este ambiente.
  • Acompañar a los alumnos: Al final, la buena enseñanza se sustenta en el amor. Este es el motor que ha de mover a una persona a enseñar cosas a otras, y si el origen es este, si los alumnos sienten la compañía del ser que es referente en el rol, todo se dará de una forma mucho más natural y eficaz. 
Docente promueve buenos hábitos.
Una de las funciones de la práctica docente es la de velar por el orden y promover buenos hábitos.

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Lehrer, L. (31 de julio de 2022). Definición de práctica docente. Su origen, funciones y el rol docente, según Jean Piaget. Definicion.com. https://definicion.com/practica-docente/