La palabra divergente, del latín divergens, alude a algo o alguien que diverge. El verbo divergir se aplica cuando algo o alguien discrepa de otra cosa, cuando se separa. Esta separación puede ser tanto física (por ejemplo, alejarse) como simbólica (como diferir respecto de la opinión ajena, no coincidir en una idea, tener diferencias con el otro).
Es, también, una noción empleada en el ámbito de las matemáticas. Se la emplea para señalar la separación de dos superficies o líneas que comienzan a apartarse una de la otra.
El término en latín se usaba con mayor frecuencia en el latín imperial, y señalaba la acción de dos cosas separándose. Cabe destacar que este concepto cuenta con su par opuesto, convergente: esto es un par de cosas que se mueven hacia un punto en común, que se juntan y están cerca.
Es frecuente oír este verbo de la siguiente manera: diverger. Esto es un error motivado por su similitud con el verbo converger (su antónimo), por lo que se establece un vínculo por analogía (es decir, de transformar o acomodar una palabra a otra) y se la escribe de forma incorrecta.
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En psicología.
Cuando se consideran las maneras en que los seres humanos resolvemos problemas o solucionamos conflictos, existen dos grandes modos en que esto puede hacerse. Uno de ellos es denominado pensamiento convergente; el otro, pensamiento divergente.
El primero se caracteriza por tratar de brindar una solución clara, específica, a un obstáculo determinado. Por ejemplo, es la modalidad que se aplica en test de multiple choice o exámenes de múltiple opción: se brinda un problema, se dan 3 o 4 posibles soluciones y solo una es la correcta. Esto también ayuda a que esa respuesta sea lo menos ambigua posible, por lo que no hay posibilidad de que dos respuestas o más sean la adecuada, sino únicamente una.
A diferencia de esta modalidad de resolución, el pensamiento divergente supone la presentación de múltiples soluciones a una dificultad. Esto supone una mayor libertad cognitiva, dado que no hay restricciones (es decir, una única respuesta). Las respuestas pueden ser diversas y diferentes, y no se trata de buscar la correcta sino, más bien, la que mejor se adecúe a las circunstancias.
El pensamiento convergente se caracteriza, incluso, por contemplar una innovación respecto de la forma usual y lógica de resolver algo. Esta postura respecto al conflicto abarca un fuerte componente de creatividad, ingenio y curiosidad. La exploración de distintas alternativas enriquece las maneras en que este puede resolverse. Puede ser un proceso cognitivo grupal, que se discute o se decide entre varias personas, o una tarea que se realiza en soledad.
Sin embargo, algunas características que suponen una desventaja para este estilo de pensamiento. La multiplicidad de opciones puede ser un factor en contra al momento de tomar una decisión rápida, en la que no hay demasiado tiempo para construir alternativas. Esto hace que sea difícil escoger una forma de proceder y es probable que la persona se desoriente y no pueda observar la solución más clara.
Existen diferentes maneras mediante las que podemos explotar y desarrollar el pensamiento divergente, también conocido como pensamiento lateral. No hay una única vía de hacerlo, y cada uno debe encontrar la que le resulte más cómoda para sí mismo.
El brainstorming, o lluvia de ideas, es uno de los ejemplos clásicos para trabajar esta creatividad. El brainstorming se caracteriza por implicar la presentación y/o exposición de una gran cantidad de ideas vinculadas con una propuesta, un concepto o una palabra.
Suele ser un trabajo en equipo, para aumentar así las alternativas. No suele haber ideas correctas o incorrectas en este ejercicio: todas pueden analizarse, observarse desde otra perspectiva y, finalmente, ser un buen disparador para futuros proyectos o trabajos.
Otra opción para desarrollar el pensamiento divergente es construir vínculos y asociaciones entre dos elementos diferentes: mientras más disímiles sean entre sí, más desafiante (y mucho más enriquecedor) será el proceso cognitivo.
En matemáticas.
En una disciplina como la matemática, las nociones de convergente y divergente también tienen lugar y trabajan por oposición. En este caso, se emplean estos términos para denominar las sucesiones o series.
¿Qué son las sucesiones? Son un conjunto de números, ordenados, que se señalan con dos elementos:
- una letra
- un subíndice de esa letra
El subíndice indica qué lugar ocupa ese número ordenado, llamado asimismo término. Una sucesión simple es la de los números pares: 2, 4, 6, 8, 10, etcétera.
De este modo, las series convergentes son aquellas que cuentan con un límite establecido o finito. Esto también puede expresarse señalando que es convergente cuando los números de esa serie tienden hacia una cifra determinada: por ejemplo, en una serie cuyos números van aproximándose a 0, se dice que esa serie converge hacia 0.
Por el contrario, la serie divergente es aquella que carece de un número finito como límite: dicho de otra manera, cuando la secuencia de suma de esos números no tiene límite.
En oftalmología.
En oftalmología, el concepto de divergente se aplica a un elemento en particular: los lentes. Estos, en esta área, son fundamentales para mejorar la visión de una persona diagnosticada con miopía o hipermetropia; también contribuyen a mejorar su calidad de vida.
Las lentes divergentes son un objeto transparente cuya característica principal es que sus bordes son mucho más gruesos que el centro y, por ende, tiene forma cóncava (es decir, con una curva que hace que parezca hundido).
Contribuyen a mejorar la salud visual fundamentalmente por problemas o errores de refracción, como se les llama en esta disciplina. Los errores de refracción impiden que el paciente vea de forma clara y nítida y, por eso, puede sufrir múltiples dolores de cabeza, ya que además frunce constantemente el ceño para poder enfocar su visión y ver bien.
Gracias al lente divergente, entonces, es posible ayudar a quien sufre de miopía (y que tiene la visión borrosa y ve los objetos alejados como si estuviesen difuminados). También se ayuda al paciente que tiene astigmatismo (visión borrosa tanto de lejos como de cerca).
En biología.
Desde la biología evolutiva, la idea de divergente se emplea para señalar una de las formas en que la evolución ocurrió. Para poder describirlo correctamente, es importante tener en claro qué significa evolución: es el modo en el que los organismos van cambiando a lo largo del tiempo y en función de su contexto para sobrevivir.
Una de estas maneras es la evolución divergente: como el concepto lo sugiere (alejamiento de un par de elementos), supone que dos especies vinculadas entre sí empiezan a diferenciarse hasta ser distintas. Es una de las maneras más comunes en que las especies evolucionan, ya que no uno de los factores que interviene en este fenómeno es la migración de comunidades (pequeñas o grandes).
Esto, a lo que se le suma el paso de miles y miles de años, y la adaptación de esos dos grupos a contextos distintos (el clima, el suelo y los nutrientes, entre otros) da lugar a especies disímiles.
Uno de estos casos es el del oso polar: las investigaciones señalan que hace millones de años se separaron en comunidades distintas de los osos pardos (de los que descienden). La especie de osos polares comenzó a surgir hace alrededor de 3 millones de años.
Los osos polares, en este marco, habrían experimentado algunos cambios particulares como resultado de la glaciación durante el Pleistoceno (hace alrededor de 2,5 millones de años).
Citar este artículo
Fernández, A. M. (23 de noviembre de 2022). Definición de divergente. Perspectivas, tipos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/divergente/
