La palabra bitácora proviene del francés habitacle, que hace referencia a un pequeño armario que se coloca cerca del timón. Como se ve, es un concepto relacionado con la vida marítima, y era un instrumento que permitía una navegación más segura en aguas desconocidas y peligrosas.

Tiene, también, otro uso que se desprende de este, y lo veremos a lo largo del artículo. ¡Comencemos!

Cuaderno y lapicera
La palabra bitácora ha tenido muchos cambios desde su origen: ha pasado de significar tanto artefacto de barcos como, en la actualidad, una idea más cercana a cuaderno.

Etimología de la palabra bitácora.

Si bien hemos mencionado que el término procede del francés, este, a su vez, tiene su origen en un vocablo del latín: habitaculum. Era empleado para designar la vivienda o la morada que, en general, no fuese de gran tamaño: es decir, una casa de pequeñas dimensiones. 

Puede suponerse, así, que el concepto poco a poco empezó a usarse en francés como habitacle y que, paulatinamente, fue perdiendo su sílaba inicial hasta quedar en bitacle. Se informa su primera aparición durante las décadas iniciales del siglo XVI. 

Si bien el vocablo, estrictamente, surge del latín, mencionamos que proviene del francés por una situación histórica muy interesante, y para ello hay que aludir a un arzobispo de Santiago de Compostela nacido hacia el siglo XI. 

Su nombre es Diego Xelmírez (1068-1140), también traducido como Gelmírez. Su vida transcurrió durante uno de los períodos más complejos de la actual España. Después de la invasión musulmana a la península ibérica en el siglo VIII, surgió lo que se ha conocido como Reconquista, es decir, recuperar las tierras invadidas. En este sentido, el móvil además de político fue religioso: la Iglesia jugó un papel clave, y el norte de la península tuvo su gran momento. 

Una de las formas para poder contribuir con la defensa de sus territorios, la costa de Galicia, fue contratar a quienes supiesen hacer barcos: los fabricantes más adecuados para ello provenían de algunos lugares de la actual Italia, como Pisa, o de la actual Francia, como Arlés. Al igual que boticle, muchos otros vocablos relacionados con la actividad marítima provenían de estos dos idiomas. Del latín andarivello tenemos andarivel (una pequeña cesta que corre por una maroma, es decir, una cuerda gruesa, para llevar elementos de un lugar a otro). Del francés beaupré tenemos hoy bauprés, un palo largo, levemente inclinado, que se ubica en la proa (parte frontal) de los barcos.

Anfiteatro de Arlés
De Arlés, sur de Francia, provenían algunos de los mejores constructores de barcos que en el siglo XI contribuyeron a que Santiago de Compostela reforzara sus costas.

Bitácora y náutica.

Con esta breve introducción histórica, podremos comprender mejor la utilidad de este concepto en lo relacionado con lo marítimo.

La bitácora, como mencionamos, es una pequeña caja que contiene la denominada brújula del barco (también se le llama aguja náutica) gracias a la cual quien guía la nave puede orientarse. Además de esta brújula, hay en ella un compás magnético.

La bitácora no sólo tenía la función de guiar a quien estaba al mando del timón. También permitía guardar en su interior otros elementos para navegar: diversas brújulas, por ejemplo.

Sin embargo, otra característica es que permitía tener en ella un cuaderno, que se denominaba “cuaderno de bitácora”, y su utilidad tiene que ver con otro concepto, el denominado puente de mando.

¿Qué es esto? Es el sitio del navío desde donde se “orienta” y conduce al barco. Gracias a este espacio, podía informarse todo lo necesario sobre a dónde dirigirse (o qué se observaba a lo lejos) al oficial de guardia. Este oficial es quien supervisaba en conjunto con un ayudante la seguridad del barco, quien hacía rondas para controlar que todo estuviese funcionando correctamente. Además, prestaba atención a los fenómenos meteorológicos que pudiesen afectar a la embarcación y registraba el funcionamiento de todo el equipamiento, entre otras cuestiones. 

Barco abandonado
El concepto bitácora que nos fue pasado del francés está en íntima relación con lo náutico. Ayudaba a orientar al barco.

Así, cuando los primeros barcos, dada las construcciones más rudimentarias de aquella época, no contaban con un puente de mando, la bitácora era la que guardaba este cuaderno. Todo lo vinculado con el viaje que tuviese que ver con recorridos, distancias, tiempo, la facilidad o dificultad con que pudiese navegarse las aguas, etc, todo era registrado en él. Sobre este concepto de cuaderno de bitácora profundizaremos en el siguiente bloque.

La bitácora como cuaderno.

Si bitácora surge del término en latín que aludía a casa, con el transcurso de los años su significado inicial (artefacto náutico) sufre cambios y pasa a entenderse, en la actualidad, como cuaderno.

La idea de bitácora, sin embargo, sigue presente en tanto en cuanto cumple con la idea de “guardar”, y de resguardar principalmente.

Puede entenderse actualmente como un cuaderno de anotaciones que es posible llevar cotidianamente a modo de diario, y en él puede registrarse absolutamente todo lo asociado con alguna actividad en particular, o con varias.

Su función es poder llevar en sí un registro exhaustivo, ordenado y preciso. Su utilidad es, entonces, clave si se realizan trabajos que demanden una anotación meticulosa a la cual pueda volverse una y otra vez.

Otros significados.

Actualmente, el concepto se ha resignificado nuevamente gracias a un término propio de esta era digital en la que vivimos: estamos hablando de los weblogs, blogs o, simplemente, bitácora digital.

Bitácora digital
La bitácora digital es un término muy difundido en el siglo XXI.

Estos blogs funcionan como sitios web que servirán como un diario (en el sentido de cuaderno donde anotar cosas día a día) digital: pueden actualizarse con la frecuencia que su usuario desee, y tiende a hacerse de forma periódica. Muchos los utilizan para volcar allí algún trabajo creativo, como poesías, o escritos varios; otros los usan como pequeños registros de travesías que realizan y colocan allí todo lo relativo a cómo llegar hasta cierto lugar, qué rincones conviene visitar, claves y tips de viaje.

Una característica interesante de este tipo de modalidad de registro es que, dado que funciona de manera online, permite que otros usuarios que recorran el blog puedan acceder al contenido.

Mediante símbolos o mensajes, van a interactuar con el autor o la autora del blog, harán sugerencias, se volverán visitantes frecuentes del sitio o también podrán ser otros responsables de blogs que busquen generar un intercambio, o futuras colaboraciones, con otros dueños de bitácoras digitales. 

Como espacio de comunicación (y medio, por qué no), es fundamental que quien dirija el sitio pueda imprimirle toda su subjetividad y que contribuya, constantemente, con la mejora de dicha publicación. Un crecimiento en la bitácora digital puede ser una gran plataforma laboral para su dueño o dueña, pues puede relacionarse (gracias a entradas o links) con otros sitios, y conformar pequeñas comunidades virtuales.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (18 de febrero de 2022). Definición de bitácora. Recorrido histórico y características. Definicion.com. https://definicion.com/bitacora/

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