Llamamos absoluto a todo aquello que sea de carácter total, completo y universal. Se trata de una palabra que puede ser entendida tanto como adjetivo, como sustantivo o como locución adverbial. La polisemia de la término «absoluto» se expresa en diferentes sentidos:

  • Como sustantivo abstracto «lo absoluto», se trata de un concepto filosófico que implica la idea de absoluto como algo que presenta las cualidades de la totalidad, la infinitud y la permanencia. A nivel teológico, lo absoluto presenta, además, las cualidades de la divinidad absoluta en la figura de un Dios omnisciente, omnipresente y omnipotente.
  • Como adjetivo calificativo, se llama «absoluto» a todo aquello que presente las cualidades de la totalidad y la universalidad. Ejemplo: «El poder absoluto del monarca». Algunos sinónimos del adjetivo «absoluto» pueden ser: infinito, eterno, definitivo, categórico, incondicional, indiscutible, irrevocable, inequívoco, incuestionable, indubitable, inalterable, inmutable, invariable, permanente, soberano, supremo, etc.
  • Como locución adverbial, se utiliza la expresión «absoluto», «en absoluto» o «absolutamente» para referirse a la modalidad total de algo. Por ejemplo: «X está absolutamente equivocado».
  • En física y química, se llama cero absoluto a la temperatura más baja posible.
  • A nivel político e histórico, se conoce como absolutismo a un modelo político surgido en Europa durante los siglos XVI y XVII basado en una monarquía absoluta. Se la llamó de esta manera ya que el monarca absoluto detentaba todas las formas de poder en su persona.
  • En música, se utiliza la expresión oído absoluto para referirse a la capacidad de detectar todas las notas musicales mediante el oído natural.

La etimología del término «absoluto» proviene del latín «absolutus», compuesto por el prefijo «ab» que indica negación o privación, más el participio «solutus» que se traduce al castellano como «suelto», «separado» o «desatado». En este sentido, algo «absoluto» es aquello que no está suelto, no separado, no condicionado. El concepto etimológico de la palabra remite a algo que existe por sí mismo y no depende de otra cosa para existir. El término absoluto implica que algo es completo en sí mismo, sin separación, incondicionado e independiente.

Absoluto
El concepto de absoluto implica la idea de que algo es completo, total y universal en sí mismo

Índice de temas

Lo absoluto y lo relativo.

En sentido general, el concepto de lo absoluto se define a partir de ser opuesto a todo aquello que se considera relativo. Algo absoluto es aquello que no depende de otra cosa para ser pensado y para existir. Lo absoluto encierra en sí mismo la plenitud total de sentido y no depende de otra justificación más que la que se da a sí mismo. Por el contrario, todo lo que es relativo existe o se justifica en función de otro relativo que depende, en último término, de un absoluto.

Lo relativo se define necesariamente por la relación que el concepto tiene con otra cosa, su definición o sentido depende, en gran medida, de esta relación, sin la cual el elemento relativo no tendría sentido alguno. De manera que, todo aquello a lo que llamamos «relativo» depende su sentido y existencia siempre de la relación con otra cosa, factor o concepto. Por otro lado, lo absoluto se define a sí mismo y su sentido y existencia se fundamentan por sí solas, sin dependencia o relación contra cosa, factor o concepto. Lo absoluto se define como aquello que es completo en sí mismo, independiente y autoevidente.

Lo absoluto
Lo absoluto se define por ser algo que está fundamentado en sí mismo y para sí mismo sin dependencia de otra cosa

Absoluto en la filosofía.

El término «absoluto» fue introducido en la filosofía hacia finales del siglo XVIII con el surgimiento del idealismo alemán, sobre todo en la obra Georg Hegel, Friedrich Schelling y Johann Fichte, aunque también se considera que la sustancia infinita de Spinoza es una de las primeras manifestaciones del concepto filosófico de lo absoluto.

No obstante, si bien la introducción del concepto de absoluto se da durante la filosofía del idealismo alemán, la idea de absoluto como algo perfecto, puro, infinito e incondicionado ya formaba parte importante de la historia de la filosofía desde la Antigüedad clásica. En este marco, el concepto de absoluto se ha desarrollado en dos sentidos a lo largo de la historia de la filosofía:

  • Absoluto ontológico: Se trata del absoluto como ser o entidad, es decir, como el fundamento último de toda posibilidad de ser. El concepto ontológico de lo absoluto supone que existe un ser, entidad o realidad que es absoluta, completa y perfecta en sí misma, cuya existencia no depende de ninguna otra cosa para ser. Por ejemplo: El Ser de Parménides, las Ideas de Platón o el Primer Motor Inmóvil de Aristóteles. A lo largo de la historia de la filosofía, el concepto de absoluto aparece como la necesidad metafísica y ontológica de dar un fundamento último a la realidad.
  • Absoluto epistemológico: Se trata del absoluto como conocimiento o saber, es decir, como el fundamento último de toda posibilidad de conocer. El concepto epistemológico de lo absoluto supone que existe una forma absoluta de conocer, es decir, un conocimiento absoluto del mundo y la realidad que es el fundamento último de todo saber. Este conocimiento absoluto se considera un saber decisivo, preciso, exacto y conclusivo en sí mismo, ya que es un saber concebido como el conocimiento total y absoluto del mundo y la realidad.

Esta doble significación del concepto del absoluto filosófico aparece en diferentes formulaciones, modos y grados en muchos pensadores y corrientes a lo largo de la historia de la filosofía.

Absoluto filosófico
El concepto de absoluto es una idea central en toda la historia de la filosofía

Lo absoluto a través de la historia de la filosofía.

Desde los orígenes de la filosofía antigua, los filósofos presocráticos se preguntaron por el «arkhé» (principio, fundamento) al que definieron como la causa y el origen absoluto de todo lo que existe. Los presocráticos, como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxágoras, Heráclito, Parménides o Anaxímenes, supusieron que existía un elemento material o metafísico que es el principio absoluto de todo lo que existe.

En el pensamiento de Platón, el concepto de absoluto es un elemento fundamental para comprender la naturaleza ontológica de las ideas y del mundo inteligible. Lo absoluto, en Platón, está identificado con el fundamento metafísico último de la realidad, el sustento de la Idea del Bien y aquello que confiere inteligibilidad al mundo. En la Idea del Bien se resumen todas las cualidades de la trascendencia, la perfección, la eternidad y la universalidad. Platón postuló al mundo de las ideas como un universo absoluto donde existen las formas perfectas que dan sustento a la realidad.

En el pensamiento de Aristóteles, el carácter absoluto se manifiesta en su concepto del Primer Motor Inmóvil como la causa primera de todas las cosas sin ser causado, a su vez, por otra causa. En este concepto de causa primera aristotélica se manifiesta el carácter independiente e incondicionado de lo absoluto. El sistema causal de la metafísica de Aristóteles se basa en la idea de que debe haber un principio incondicionado que sea causa primera de todo lo que existe, es decir, una causa absoluta y en sí misma que se causa de todo y, a la vez, que no sea causada por otra cosa más que por sí misma. A este primer principio Aristóteles lo identificó con una divinidad a la que llamó Primer Motor Inmóvil, ya que mueve al mundo sin ser movido por otra cosa.

Más tarde, el concepto de lo Uno, del filósofo neoplatónico Plotino, representó una de las concepciones más acabadas de la idea de absoluto en la filosofía antigua. Plotino identificó a la Idea del Bien con el absoluto y lo llamó «lo Uno», unidad metafísica que es la base y sustento de todo lo que existe. Plotino describió a lo Uno como el ser, el uno, el todo y lo divino. Lo Uno es la esencia absoluta que da soporte metafísico a todo lo existente.

Lo Uno
Plotino dotó a su concepto de Lo Uno con todas las cualidades que definen a lo absoluto

En la filosofía medieval, el concepto absoluto de la idea del Bien y la noción de primera causa para el universo fueron el punto de partida para desarrollar la teología y la metafísica cristianas. En el pensamiento medieval, el concepto de absoluto adquiere un carácter teológico representando la definición misma del concepto de Dios. Según la escolástica medieval, el fundamento ontológico absoluto de todo lo que existe es Dios, concebido como una entidad que existe por sí y para sí y es, a la vez, la causa y razón de todo lo existente. En este sentido, Dios es un ser absoluto, en el cual se manifiestan el máximo de las cualidades ontológicas y metafísicas de la realidad y los atributos absolutos de la deidad. Por esta razón, el conocimiento teológico medieval se considera absoluto e irrefutable, ya que proviene de la entidad divina absoluta y perfecta que es Dios.

Durante la filosofía moderna, la idea de lo absoluto se manifiesta en el pensamiento de René Descartes, a través de su concepto de la sustancia infinita (Dios) que garantiza la bondad y perfección del mundo y la validez del criterio de verdad cartesiano. En el pensamiento de Spinoza, la trascendencia de lo absoluto es reemplazada por la inmanencia de la naturaleza. Según Spinoza el mundo y la realidad se constituyen de una única sustancia absoluta que es Dios. En el pensamiento de Immanuel Kant, el concepto de lo absoluto se define como una idea pura de la razón humana, la cual exige la idea de lo absoluto en dos sentidos diferenciados:

  • Como lo incondicionado: Lo absoluto no puede ser condicionado y no es un objeto de conocimiento del mundo, sino que es una idea pura de la razón (idea trascendente) que sirve a modo de regulación del entendimiento y el conocimiento humanos.
  • Como nóumeno: Kant llamó nóumeno a la «cosa en sí», la cual es inaccesible e inalcanzable para el conocimiento humano. El nóumeno es exigido por la razón como condición última de la posibilidad del conocimiento objetivo.

A nivel ético y moral, Kant señaló que la razón práctica se sigue de una ley moral universal. Esta ley proviene de una subjetividad absoluta, el «sujeto trascendental» que Kant define como una consciencia incondicionada, universal y absoluta de la cual proviene toda ley moral. Esta idea de una «subjetividad absoluta» será retomada posteriormente por el idealismo alemán, que introducirá el concepto de lo absoluto para referirse a una subjetividad trascendente, universal e incondicionada como centro metafísico y epistémico de la filosofía.

Sujeto trascendental
El sujeto trascendental kantiano es una subjetividad de carácter universal y absoluta en el plano de la razón humana

El idealismo absoluto.

Se llama idealismo absoluto a la corriente filosófica también conocida como idealismo alemán que tuvo a pensadores como Hegel, Fichte y Schelling como los principales representantes de una corriente filosófica basada en la idea de una subjetividad absoluta y universal como fundamento ontológico y gnoseológico del mundo. Se lo llamó «idealismo absoluto» ya que, de diversas maneras, estos autores desarrollaron sistemas filosóficos basados en la idea de absoluto como característica fundamental de su metafísica idealista. Se considera a Georg Hegel el máximo representante de esta concepción idealista de lo absoluto.

El idealismo absoluto de Hegel se basa en la idea de la totalidad de la realidad como fundamento último del ser y del pensamiento. Hegel planteó la consideración de que para que pueda haber conocimiento objetivo del mundo tiene que existir una identidad entre el pensamiento (la razón humana) y el ser (la realidad), es decir, debe haber una relación ontológica entre el ser y el pensar que se resume en la totalidad absoluta de la realidad. Para expresar este concepto, Hegel esgrimió su famosa frase «Todo lo real es racional y todo lo racional es real», que expresa que la realidad es una totalidad racional que unifica en sí misma tanto al pensamiento como al ser en una identidad ontológica absoluta. A esta entidad, Hegel la llamó el «Sujeto Absoluto» o «Espíritu Absoluto» que es la representación de la unión entre el pensamiento y el ser en la totalidad de lo real.

Hegel explica que la realidad y el pensamiento se desenvuelven a lo largo de la historia mediante un proceso dialéctico que expresa el movimiento de autoconsciencia del pensamiento y la realidad hacia su realización en lo absoluto del espíritu. Se trata del movimiento de la realidad en el proceso de autoconocimiento de sí misma a través del desarrollo del pensamiento. Este proceso dialéctico de autoconsciencia atraviesa 3 etapas:

  1. Espíritu subjetivo: Es el surgimiento de la idea o pensamiento como consciencia de sí, que ha tomado consciencia de su subjetividad pero aún no se ha objetualizado en el mundo. Esta etapa, a su vez, atraviesa tres fases:
    • Alma: La consciencia aparece en la naturaleza, identificada con ella como un ser natural, sensitivo y real.
    • Consciencia: El alma adquiere autoconsciencia y desarrolla la sensibilidad, la percepción, el entendimiento y la razón.
    • Espíritu: Es el sujeto ya identificado consigo mismo, consciente de sí y meta-consciente de su propia consciencia. El espíritu se vuelve teórico, práctico y libre.
  2. Espíritu objetivo: Es la fase en la cual el espíritu se convierte en objeto y se consolida en el conocimiento objetivo del mundo. Constituido ya como un sujeto libre y consciente, el espíritu se relaciona con el mundo exterior donde llevará a cabo la realización de su libertad y donde el espíritu deviene en objeto. En esta etapa se desarrollan la relaciones entre la libertad y la razón en la sociedad y la historia. Esta etapa recorre tres fases: el derecho, la moralidad y la eticidad.
  3. Espíritu Absoluto: Es la síntesis, integración y superación de los estados anteriores donde la consciencia alcanza la identidad absoluta entre el pensamiento y lo real en el Espíritu Absoluto. En este proceso dialéctico, Hegel explica que la consciencia va adquiriendo cada vez mayor alcance sobre la realidad, hasta alcanzar la identidad absoluta entre ambas: pensamiento y mundo se unifican en lo absoluto del Espíritu.
El Espíritu Absoluto de Hegel representa una de las ideas filosóficas más desarrolladas del concepto de lo absoluto

Lo absoluto teológico.

A nivel teológico, el concepto de absoluto, además de presentar las características ontológicas y gnoseológicas del absoluto filosófico, adquiere una significación teológica y religiosa que deriva en la concepción de Dios como la entidad suprema y absoluta. La teología considera a Dios como la realidad última y la entidad absoluta en la cual se resumen todas las características y cualidades del ser en una totalidad divina que es Dios. A continuación, veremos las características fundamentales del concepto teológico de un Dios absoluto:

  • Atributos divinos: Como ser absoluto, Dios posee atributos de conocimiento absoluto (omnisciencia), presencia absoluta (omnipresencia) y poder absoluto (omnipotencia). La inmutabilidad, la eternidad, la infinitud, la completitud, la integridad, la autonomía y la independencia son también atributos divinos de la entidad absoluta.
  • Unidad y totalidad: Dios, como entidad absoluta y suprema, es un ser único y total, sin divisiones o multiplicidad. La figura de Dios totaliza la realidad en una sola entidad suprema que es una en sí misma, total y absoluta.
  • Trascendencia e inmanencia: Como ser absoluto, Dios es trascendente a los límites del mundo natural y a la comprensión humana. La naturaleza divina del absoluto está más allá de los límites de la realidad y el entendimiento humano. Algunos modelos metafísicos del concepto de Dios como ser absoluto incluyen, además, la inmanencia, ya que Dios no sólo es trascendente sino que tiene la capacidad de estar presente en todo el universo de manera inmanente y absoluta, es el caso del Dios panteísta de Spinoza o el Dios panenteísta de Krause.
  • Absoluto creador: La entidad divina suprema es la creadora y sustentadora del universo y la totalidad de la creación. Del Dios absoluto proviene todo lo que existe y es la causa y razón absoluta de su ser y su naturaleza.
  • Absoluto moral y religioso: A nivel religioso, el concepto absoluto de la divinidad lleva a la concepción de ideas y valores morales también absolutos. En este sentido, todas las religiones basadas en la idea de un Dios absoluto suelen presentar preceptos morales absolutos que se consideran incuestionables e inquebrantables ante el dogma religioso.
Dios Absoluto
Dios es concebido como un ser absoluto, universal y trascendente

Absoluto en la ética y la moral.

Moral absoluta vs moral relativa.

En la ética y la moral, el concepto de absoluto se manifiesta en la idea de una moral absoluta, según la cual existe un conjunto de preceptos y valores morales que son absolutos para todos los seres humanos, sin distinción. A esta postura absolutista de la moral se le opone el relativismo moral, según el cual no es posible concebir una moralidad absoluta sino que, por el contrario, toda moralidad es relativa y ,por ende, existen muchas formas e interpretaciones de lo que se considera moral e inmoral. El contexto social, cultural y las consideraciones personales e individuales influyen en la relatividad de los conceptos y valores morales. A continuación, veremos las características de la moral absoluta en contraposición con la moral relativa:

Moral absoluta.

  • Objetividad: Los valores y principios morales son de carácter objetivo, es decir, que existe una moral objetiva más allá de la subjetividad de las personas. El objetivismo moral niega la subjetividad en los asuntos morales o la subordina a un conjunto de principios morales objetivos y universales.
  • Universalidad: Los valores y principios morales son universales, es decir, que son aplicables a todas las personas, lugares y tiempos, sin distinción. El universalismo moral niega la particularidad o diversidad de creencias e ideas morales y establece que el conocimiento moral es único y universal.
  • Inmutabilidad: Los valores y principios morales no cambian sino que se mantienen inmutables y no son susceptibles de modificación ni con el tiempo ni las circunstancias. El inmutabilismo moral niega la posibilidad de cambio, discusión o modificación de los preceptos morales.
  • Absolutismo y autoritarismo: La moral absoluta lleva a una concepción autoritaria de la moralidad en la cual se deben respetar de forma absoluta los valores morales que se consideran la autoridad máxima, debido a su carácter intransigente. En este sentido, el credo o doctrina absoluta se basa en la infalibilidad e inerrancia de su regla, norma o código moral absoluto.
Moral absoluta
La moral absoluta establece que los valores morales son universales, objetivos e inmutables

Moral relativa.

  • Subjetividad: Los valores y principios morales se consideran subjetivos. No existe una objetividad moral o un conjunto de valores morales objetivos, sino que estos dependen de la subjetividad, individualidad e idiosincrasia particular de los individuos. El subjetivismo moral niega la posibilidad de una objetividad en el plano de la moral y afirma el determinismo de la subjetividad sobre los valores morales.
  • Relativismo: Los valores y principios morales se consideran relativos a la sociedad, la cultura, la historia y las circunstancias. El relativismo moral niega la posibilidad de una moral absoluta u objetiva más allá de las condiciones sociales, culturales y subjetivas que determinan la moralidad.
  • Pluralismo: El relativismo moral niega la existencia de una sola moral absoluta y universal. En su lugar, afirma que existen diversas teorías y sistemas morales con diferentes criterios acerca de la moralidad. El pluralismo moral niega la universalidad de la moral y acepta la coexistencia de múltiples teorías y concepciones éticas.
  • Flexibilidad: A diferencia de la moral absoluta que plantea un conjunto de valores rígidos e inmutables, la moral relativa permite el cambio y la modificación de las ideas y valores morales según distintos contextos. La moral relativa enfatiza la importancia de las circunstancias cambiantes y la influencia que tienen sobre los cambios en la moralidad y la ética.
Moral relativa
La moral relativa afirma que existen diferentes formas de interpretar la moralidad y los valores éticos

Absoluto en las ciencias.

El valor absoluto en matemática.

En matemáticas, el valor absoluto de un número real es la distancia del número respecto al cero en la recta numérica, sea este positivo o negativo. El valor absoluto se simboliza «/x/» y se define con la siguiente expresión matemática:

  • /x/ = si x ≥ 0
  • /x/ = si x < 0

Por ejemplo: El valor absoluto de 5 es 5 y el valor absoluto de -5 es 5.

El valor absoluto se caracteriza por:

  • Ser siempre positivo o cero.
  • Ser simétrico en relación al cero.
  • Ser un valor homogéneo: /ax/ = /a//x/.
  • Ser funcional a la desigualdad del triángulo: /x + y/≤ /x/ + /y/.

El valor absoluto es utilizado en distintas áreas de la matemática como:

  • Geometría: Se utiliza para el cálculo de distancias y longitudes.
  • Álgebra: Se utiliza para resolver ecuaciones y simplificar expresiones.
  • Estadística: Se utiliza para medir la dispersión de los datos.
  • Análisis: Se utiliza para definir la derivabilidad y la continuidad de las funciones.
Absoluto matemático
El absoluto matemático no es un concepto metafísico sino una magnitud utilizada para definir algunas propiedades matemáticas

Absoluto en física.

En física, el concepto de absoluto remite a una propiedad o magnitud que no depende del observador o de la referencia, es decir, que es una propiedad que no se modifica con la presencia de un observador. Una magnitud es absoluta cuando es independiente del sistema de coordenadas o los marcos de referencia que condicionan el resto de los valores dependientes. Algunos ejemplos de valores absolutos en el ámbito de la física son:

  • Tiempo absoluto: En el modelo de la física clásica o newtoniana, el tiempo es concebido como absoluto, esto significa que el tiempo fluye de manera constante y uniforme, sin alteraciones de ningún tipo.
  • Espacio absoluto: En el modelo de la física clásica el espacio es concebido como absoluto, es decir, que no depende de la posición del observador.
  • Velocidad de la luz: La velocidad de la luz es un valor constante e invariable, es decir, que no aumenta ni disminuye su velocidad sino que se mantiene uniforme en todos los marcos de referencia.
  • Masa absoluta: La masa que compone un objeto es independiente de su posición o velocidad. Esto quiere decir que la masa de un cuerpo no varía según los cambios en la velocidad o la posición.
  • Energía absoluta: La energía total de un sistema físico determinado es independiente de cualquier marco de referencia. Esto quiere decir que la cantidad de energía no varía según los distintos marcos referenciales.
  • Carga eléctrica absoluta: La carga eléctrica es una propiedad inherente a las partículas y no varía según el observador.

Es importante destacar que, en la teoría de la relatividad de Albert Einstein, el concepto de absoluto se modifica sustancialmente, ya que tanto el tiempo como el espacio se vuelven relativos a la velocidad y la posición del observador. No obstante, algunas de las propiedades como la velocidad de la luz y la relación masa-energía continúan siendo absolutas también en la física relativa de Einstein.

Absoluto en física
El absoluto en física se trata de una magnitud que no depende del observador y se mantiene constante e invariable

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Aci, E. M. (6 de septiembre de 2024). Definición de absoluto. Etimología, usos y significados en filosofía, teología, ética y ciencias. Definicion.com. https://definicion.com/absoluto/