Llamamos permanencia a la cualidad de perdurar, permanecer y mantenerse intacto a través del tiempo. Se dice que algo es permanente cuando presenta estabilidad, durabilidad, continuidad manteniéndose inmutable. Se trata de la capacidad de un objeto o entidad de continuar existiendo y mantener sus propiedades de manera permanente, es decir, sin cambiar con el paso del tiempo.

La etimología del término permanencia proviene del latín «permanentia» que está formada por el prefijo «per-« (por completo), más la palabra base «manere» (quedarse, mantenerse) y el sufijo «-ia» que indica cualidad, dando con el concepto de la cualidad de mantenerse completo a través del tiempo. El término se traduce como duración, constancia o persistencia y admite sinónimos como: perdurabilidad, inmutabilidad, perpetuidad, resistencia, consistencia, fijeza, solidez, invariabilidad, inalterabilidad, eternidad, infinitud, sostenibilidad, inmortalidad, longevidad, entre otros.

Se utiliza el término perenne como adjetivo que califica a todo aquello que es imperecedero, inextinguible e inagotable. En este sentido, la permanencia es la cualidad de mantenerse perenne, es decir, de soportar inmutable el paso del tiempo. Algo permanente es algo constante, ininterrumpido, continuo e invariable. El concepto opuesto al de permanencia es la impermanencia, según la cual todo está en continuo cambio y movimiento, y nada se mantiene igual o permanente a través del tiempo.

Como concepto filosófico, la permanencia fue de vital importancia durante la filosofía antigua. Pensadores como Parménides, Heráclito, Platón o Aristóteles reflexionaron acerca de este concepto y su relación con el ser, la entidad y la realidad como sustento metafísico del mundo. Parménides pensó en un «Ser» permanente, eterno e inmutable; Platón estableció el «Mundo de las Ideas» como un mundo perfecto, perpetuo y trascendente; Aristóteles habló de una sustancia primera como fundamento ontológico de la realidad que se mantiene inmutable, completa y en sí misma sin ser movida o alterada por ninguna causa.

En psicología del desarrollo y el aprendizaje, se llama permanencia del objeto a la comprensión de que los objetos continúan existiendo más allá de la percepción de los mismos. En el desarrollo de la inteligencia humana, la permanencia del objeto es una noción que surge a partir de los dos años aproximadamente, cuando el niño comprende que los objetos permanecen más allá que estos estén o no en su campo de visión. La principal teoría del desarrollo de la permanencia del objeto se le atribuye al psicólogo suizo Jean Piaget, quien elaboró una teoría evolutiva del aprendizaje y la inteligencia humana.

Permanencia
La permanencia es la cualidad de perdurar a través del tiempo

Índice de temas

El concepto de permanencia en la filosofía.

Cambio vs permanencia: La polémica entre Heráclito y Parménides.

El concepto de permanencia es fundamental en el marco de la filosofía antigua, especialmente en la filosofía presocrática, donde pensadores como Parménides y Heráclito reflexionaron acerca de la permeancia y el cambio en el mundo, el ser y la naturaleza y su relación con el movimiento, la multiplicidad y el tiempo. Durante el siglo VI a. C., los pensadores anteriores a Sócrates se preguntaron acerca de la naturaleza del cambio en el mundo y buscaron dar una explicación racional al fenómeno del movimiento.

Parménides entendió al cambio y el movimiento como una ilusión o error del mundo sensible. Llamó reino del «ser y no ser» al mundo del cambio sensible y lo calificó de ilusorio. Rechazó la contradicción entre el ser y el no ser tanto lógica como ontológicamente y, en su lugar, postuló que «lo que es no puede no ser», lo que se conocería luego como el principio de no contradicción. Negó el cambio y el devenir y afirmó que el ser es una realidad ontológica permanente, inmutable y eterna.

El Ser de Parménides se basa en la permanencia como cualidad metafísica que está más allá del tiempo y el cambio, ya que es eterno y se mantiene perfecto, uniforme y constante a través del tiempo. El Ser parmenídeo es uno, inmóvil, eterno, perfecto e inmutable. El cambio, el movimiento y la multiplicidad son ilusorias y la verdadera realidad que subyace tras el cambio es la permanencia eterna y absoluta del Ser.

Parménides
El ser de Parménides es único, eterno y permanente

Por el contrario, Heráclito postuló al cambio como la esencia fundamental de la naturaleza. Describió al movimiento del mundo a partir de la contradicción que Parménides negó y estableció que el cambio perpetuo es la dinámica de los opuestos en la naturaleza. Autor de la famosa frase «Nadie se baña dos veces en el mismo río», Heráclito afirmó que el eterno devenir del cambio y el movimiento en el mundo está regido por un Logos (razón o intelecto) que mantiene en constante movimiento al universo a través de la dinámica de la contradicción.

Para Heráclito, lo único permanente es el cambio y el ser es y no es al mismo tiempo. Expresó este concepto en múltiples aforismos como:

«El dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad. Y muta como el fuego».

«Lo único que es constante es el cambio».

«Lo mismo es vida o muerte, velar y dormir, juventud y vejez; aquellas cosas se cambian en estas y estas en aquellas».

«La divinidad quiere y no quiere ser llamada con el nombre de Zeus».

Heráclito
Según Heráclito, «nadie se baña dos veces en el mismo río», ya que lo único permanente es el cambio

Permanencia y cambio en Platón y Aristóteles.

El problema del cambio y el movimiento fue heredado por Platón y Aristóteles de la filosofía presocrática. Ambos filósofos consideraron al cambio y el movimiento del mundo como un elemento fundamental para explicar la realidad, pero llegaron a conclusiones muy distintas respecto de su naturaleza.

Para Platón el cambio y el movimiento son ilusorios y forman parte del mundo sensible, al que describió como engañoso, falso y perecedero. En su lugar postuló que existe un mundo inteligible, al que llamó «Mundo de las Ideas», un lugar trascendente al mundo sensible donde habitan las Ideas que son entidades eternas, perfectas e inmutables. En el mundo de las Ideas platónico, no existe el cambio, el movimiento o el devenir, ya que es un mundo permanente, indestructible y eterno.

Platón explicó que el mundo sensible no tiene sustancia propia y por eso es un mundo cambiante, perecedero y sujeto a la corrupción y la muerte. En cambio, las Ideas del mundo inteligible representan, para Platón, la realidad ontológica sobre la cual se basan, como una copia, los fenómenos del mundo sensible. Platón postuló que el mundo sensible es una copia imperfecta de las Ideas perfectas y eternas del mundo inteligible. Mientras las Ideas son permanentes, eternas e inmutables, el mundo sensible está sujeto al cambio y al movimiento debido a su imperfección e impermanencia.

Platón
Platón describió a las ideas como eternas, permanentes e inmutables

Por su parte, Aristóteles rechazó el dualismo metafísico de Platón para explicar el cambio como una ilusión o copia del mundo permanente de las ideas. En su obra «Física», explicó el cambio como la dinámica propia de la naturaleza a través de los conceptos de potencia y acto. Aristóteles reemplazó la antigua contradicción entre ser y no ser para describir que el cambio se da en el pasaje de la potencia al acto: las cosas están en acto (realizadas) o en potencia (como posibilidad). El movimiento se da a partir del paso de la potencia al acto, por ejemplo: una semilla es semilla en acto y árbol en potencia, con el paso del tiempo, la semilla se convertirá en un árbol en acto.

No obstante, Aristóteles no rechazó por completo el concepto de permanencia en la ontología sino que supuso que debía haber algún tipo de causa primera para todas las cosas, cuya naturaleza sea la permanencia, la inmutabilidad y la perfección en sí mismas. En su sistema causal, Aristóteles supuso que el conocimiento de algo implica conocer las causas que lo originan y, para no caer en una reducción al infinito de causas, en su obra «Metafísica», Aristóteles supuso que debía existir una causa primera que sea causa del movimiento en el mundo, a la que la identificó con la divinidad. Aristóteles llamó «Primer Motor Inmóvil» a la divinidad y la describió como una entidad metafísica permanente, eterna e inmutable, separada del mundo del cambio. Es «primer motor» porque es la causa primordial que da movimiento al mundo, y es «inmóvil» porque es causa de sí mismo sin ser movido por ninguna otra causa. El Primer Motor, no atraviesa el cambio ni el movimiento ya que se mantiene en un permanente estado de «acto puro».

Platón y Aristóteles
Platón y Aristóteles llegaron a conclusiones distintas respecto del concepto de permanencia en la ontología y la metafísica

El concepto de impermanencia en la filosofía oriental.

El concepto de impermanencia (no permanencia o transitoriedad) es fundamental en la cosmovisión oriental del cambio y el constante devenir de las cosas y la naturaleza. La impermanencia es un concepto central en el budismo y un elemento importante también en el hinduismo.

El término impermanencia o transitoriedad se traduce del pali «anicca», palabra compuesta del prefijo «a-« que indica negación y «nicca» que significa permanencia. Anicca es la negación exacta del concepto de permanencia y se traduce al castellano como impermanencia. También en sánscrito el término es «anitya», donde «a-» es la negación de «nitya» (permanencia) y se traduce como aquello que no permanece sino que está en constante cambio y transformación. En ambos casos (pali para el budismo y sánscrito para el hinduismo), el concepto de impermanencia refiere a la idea de que nada permanece y todo se mantiene en constante cambio, mutabilidad y movimiento.

Impermanencia en el budismo.

La impermanencia está presente en el Canon Pali como una de las doctrinas más importantes del budismo. Se trata de una de las enseñanzas fundamentales de Buda, la cual establece que toda existencia es condicionada, transitoria, evanescente e inconstante, y está sujeta al cambio y el devenir. Todas las cosas son temporales, ya sean físicas o mentales, están sometidas al continuo cambio, el condicionamiento, la decadencia y la destrucción. Según el concepto de impermanencia, los fenómenos (físicos y mentales) no son reales, es decir, no tienen una realidad metafísica propiamente dicha, sino que son ilusorios, no son ni constantes ni permanentes, sino que nacen y luego se disuelven.

En el budismo, la impermanencia (annica) es una de las tres marcas de la existencia (Tri-Laksana). Según la filosofía budista, la existencia tiene tres marcas fundamentales que definen su ser:

  1. Annica (impermanencia, transitoriedad): Nada permanece, todo se mantiene en constante cambio.
  2. Dukha (sufrimiento, dolor, insatisfacción): El sufrimiento es la condición esencial de la existencia.
  3. Anatman (no-ser, no-esencia, no-alma): El ser, el alma o la esencia son ilusorias, no tienen sustancia propia.

La Tri-Laksana se expresa completa en la siguiente frase:

«Sabbe sankhara annica, sabbe sankhara dukha, sabbe dhamma anatta».

«Todas las cosas condicionadas son impermanentes, todas las cosas condicionadas son dolorosas, todos los conocimientos son sin esencia».

El concepto de impermanencia establece que todos los seres condicionados nacen, mueren y se disuelven. Este ciclo es inevitable ya que forma parte misma de la naturaleza de la existencia. En la vida humana, la impermanencia se experimenta a través del ciclo constante de nacimiento, vejez y muerte (Samsara), según el cual la vida experimenta el ciclo eterno de la reencarnación y la muerte constantes, donde nada perdura eternamente sino que todo tiende a decaer y volver a empezar.

La doctrina anicca (impermanencia) se articula con anatta (no-ser o no-esencia) ya que las cosas no permanecen debido a que no tienen una esencia metafísica, no tienen un «ser» sino que son ilusorias y tienden a la disolución completa. Buda enseñó que, dado que ningún ser es permanente, eterno o inmutable, todo deseo es doloroso porque tiende al apego de lo impermanente y su disolución causa dolor y sufrimiento (dukha). En la doctrina budista, la comprensión de la Tri-Laksana, es decir, las tres formas de la existencia es una etapa fundamental para alcanzar la iluminación (nirvana). Al comprender el carácter impermanente e ilusorio de la realidad y el sufrimiento, se alcanza la liberación del apego y del ciclo de renacimiento y muerte constantes.

Impermanencia
La impermanencia es un concepto central del budismo

Impermanencia en el hinduismo.

En el hinduismo, el término sánscrito «anitya», referido a la impermanencia de la vida y de los seres del mundo en general, aparece en el Katha-Upanishad. En el verso 1.2.10 se afirma que todo es impermanente (anitya) pero, a su vez, la comprensión de la impermanencia de las cosas es un camino para alcanzar la permanencia (nitya). De la misma forma que en el budismo, la comprensión de la impermanencia implica un despertar espiritual en el cual se alcanza el estado de consciencia liberado de todo cambio, sufrimiento e impermanencia.

Tanto el budismo como el hinduismo coinciden en la doctrina de anitya o anicca (impermanencia), pero difieren respecto de la doctrina de anatta (no-ser). Mientras que en el budismo, la permanencia se alcanza en el estado de anatta, es decir, de no-alma o no-ser, en el hinduismo, la doctrina es opuesta: al alcanzar la liberación de antya (impermanencia) se alcanza el estado de atman (alma o ser interior). El atman del hinduismo está vinculado a la permanencia divina de Brhaman que es descrito como la energía espiritual que permanece constante, eterna e inmutable en todo el universo.

Para el budismo, nada es irreversible, estático o fijo, sino que la totalidad de lo que existe está sujeta a la impermanencia, incluso en los estratos superiores de existencia, lugares divinos donde habitan los devas (dioses), allí también se experimenta la impermanencia como condición fundamental de la existencia. No obstante, en el hinduismo la impermanencia es propia del Samsara (ciclo ilusorio de renacimiento y muerte), pero, en las esferas divinas, la permanencia es una cualidad fundamental de los dioses hindúes. Las divinidades son superiores y trascendentes a la condición impermanente de la existencia, están más allá de todo cambio y disolución.

Hinduismo
Los dioses hindúes están más allá de toda impermanencia

Permanencia en las ciencias naturales.

Las leyes de conservación en la física.

En la física, se llama «leyes de conservación» a ciertas magnitudes físicas que se mantienen invariables. Las leyes de conservación afirman que durante el desarrollo temporal de un sistema aislado, existen magnitudes que tienen un valor constante, es decir, permanente. El universo en su totalidad constituye un sistema aislado, por lo que se pueden aplicar en él las leyes de conservación.

En la física clásica, las leyes de conservación más destacadas son:

  • Conservación de masa: También llamada ley de conservación de la materia o ley de Lomonósov-Lavoisier, es una ley fundamental de la física clásica que establece que durante toda reacción química, la masa total del sistema permanece constante, es decir, la materia consumida en las reacciones es equivalente a la materia de los productos obtenidos. De esta manera, la cantidad de materia en el universo se mantiene constante y permanente.
  • Conservación de energía: Es una ley complementaria a la ley de conservación de la materia, que establece que la cantidad de energía de un sistema aislado se mantiene invariable con el paso del tiempo. Aunque la energía puede transformarse en otra forma de energía, su cantidad permanece invariable y es siempre la misma. La ley de conservación de la energía afirma que la energía no se pierde ni se destruye, sino que se transforma.
  • Conservación de la carga eléctrica: La ley de conservación de la carga eléctrica establece que, en todo proceso electromagnético, la carga total de un sistema aislado es permanente, es decir, que se conserva la carga eléctrica íntegra. El principio de conservación de la carga postula que no hay destrucción ni creación de carga eléctrica, ya que esta se mantiene constante durante todo el proceso.
  • Conservación del momento lineal: Se llama momento lineal a toda magnitud física que describe el movimiento de un cuerpo para cualquier teoría mecánica. En la mecánica clásica, la cantidad de movimiento es el producto de la masa y la velocidad de un cuerpo en un momento determinado. La ley de conservación del momento lineal establece que, si las fuerzas que actúan sobre un cuerpo son equivalentes a cero (0), su momento lineal permanece invariable y constante a través del tiempo.
  • Conservación del momento angular: Se llama momento angular o cinético a la magnitud física que es equivalente a la rotación del momento lineal. Es una magnitud vectorial que mide las propiedades inerciales de un cuerpo que está en rotación o gira en relación a otro punto. La ley de conservación del momento angular establece que el movimiento de un cuerpo en estado de rotación se mantiene constante a través del tiempo.
Física
En la física, la cantidad de materia y energía se mantiene constante

Leyes de conservación en la física cuántica.

En la física nuclear y la mecánica cuántica, además de las leyes anteriores se suman las siguientes:

  • Conservación de la probabilidad: En la física cuántica, la probabilidad representa una constante debido al principio de incertidumbre, el cual establece que no se puede medir con exactitud al mismo tiempo la posición y el movimiento de una partícula subatómica. La ley de conservación de la probabilidad establece que, en la medición de los fenómenos a escala cuántica, siempre se mantiene constante el cálculo probabilístico debido a la indeterminación cuántica de las partículas.
  • Conservación del número leptónico: En la física de partículas, el número leptónico es el resultado del número de leptones menos la cantidad de antileptones. La ley de conservación del número leptónico establece que ante cualquier interacción, la cantidad de leptones se mantiene constante e invariable.
  • Conservación de la carga de color: En física cuántica, se llama carga de color a un número cuántico que mide la cromodinámica de los quarks y los gluones. La ley de conservación de la carga del color establece que la constante de acoplamiento se mantiene fija en la interacción fuerte de los quarks y los gluones.
Física cuántica
La indeterminación cuántica mantiene permanente el estado de probabilidad de las partículas subatómicas

Permanencia y adaptabilidad en biología.

En biología y teoría de la evolución, el concepto de permanencia es importante en relación a la de adaptación biológica, según el cual una especie determinada logra adaptarse y perpetuar su existencia a través del tiempo. Mediante la adaptación de los organismos a los cambios del ambiente y los efectos de la selección natural, las especies logran perpetuarse a través del tiempo. Esto se logra a partir de la adaptabilidad, en la cual, ciertos rasgos evolutivos son desarrollados en función de su utilidad para sobrevivir adaptándose al medio ambiente. La adaptabilidad incrementa las expectativas de una especie para sobrevivir a largo plazo, mediante el desarrollo de comportamientos y rasgos fisiológicos que le permiten perpetuarse a través del tiempo. Estos rasgos se establecen como permanentes en la especie y se heredan de generación en generación garantizando la supervivencia y permanencia de la especie.

Adaptación
En biología, la adaptación es la cualidad que permite a las especies perpetuarse a través del tiempo

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Aci, E. M. (17 de septiembre de 2024). Definición de permanencia. Concepto en la filosofía occidental y oriental, en la física y la biología. Definicion.com. https://definicion.com/permanencia/