El término erogación proviene del vocablo latín erogare, que puede ser entendido como la acción de distribuir o bien de hacer un reparto, ya sea de caudales o de bienes. Se compone del prefijo ex, que marca la pauta de algo que está dirigido hacia afuera, y de –rogare, que, por paradójico que suene, tiene este vínculo con alguien que pide y que ruega demostrándolo con el acto de extender la mano.
Ya que la erogación puede ser comprendida de modos diversos y con acepciones que, si bien se encuentran en un ámbito similar, difieren en algunos matices, vamos a tener presente esta raíz común que nos marca el origen etimológico. Seguiremos, entonces, en esta línea de acción de distribuir y de repartir. Por ejemplo, si nos ceñimos al campo exclusivo de la economía y la contabilidad, podemos ver que hay una primera gran distinción entre la erogación entendida como el hecho de repartir o como el acto de efectuar un gasto.
En el primer caso, se refiere a la repartición o distribución de bienes de modo equitativo, sin hacer distinción en función del tipo de bienes que se distribuyan (por ejemplo, en el caso del fallecimiento de alguien y la apertura al proceso sucesorio que implica el reparto de los bienes del acervo). En el segundo caso se emplea la noción de erogación en un sentido amplio, englobando los costos, las inversiones y todo gasto en general que realiza una persona física o jurídica. Se reúnen en ella las diferentes formas en las que tiene lugar una salida de capital. Esta segunda acepción es la más frecuente en el sector de la economía.
Todo acto que implique una salida de dinero en el accionar de una empresa recaerá bajo el nombre de una erogación, ya sea que se trate de una inversión, el pago de emolumentos, la compra de maquinaria nueva para la realización de acciones específicas que ampliarán la actividad o el pago de los servicios públicos.
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La erogación en economía.
Así, estamos en condiciones de resumir el concepto afirmando que se llama erogación a todos los gastos efectuados por un agente económico. Y, si anclamos en la realidad cotidiana algo que puede parecer abstracto, veremos que son todos los movimientos de carácter económico que se dan, día a día, por su mera existencia. Cada persona realiza una serie de inversiones a diario, como podrían ser la compra de productos alimenticios, el pago de algún tipo de clase, lo que se abona por utilizar el transporte público o al cargar combustible, etc. De entre los gastos que todo agente efectúa, suele establecerse una distinción entre aquellos que son contingentes o necesarios. Y esto resulta útil, ya que, tanto en el caso de una persona física como en el de una empresa, es preciso que el balance financiero termine con un saldo positivo.
El asunto con las erogaciones dinerarias es que son fundamentales a la hora de calcular el flujo de caja. Para calcularlo es esencial fijar un período determinado de tiempo y evaluar la diferencia que hay entre los ingresos y los gastos. Tanto en el caso de alguien que vive su rutina diaria, como en el de una compañía con un volumen comercial considerable, si el número de ingresos disminuye fuertemente, sería preciso realizar un ajuste de los gastos a fin de que el flujo de caja conserve su saldo positivo. Si no fuera posible, lo que suele hacerse es buscar financiación externa y cubrir con ese ingreso los gastos que excedieron el flujo. Pero en ese marco hemos de tener presente que esa financiación conlleva un aumento en los gastos a futuro, al momento de pagarlo, ya sea en una única vez o en instancias parciales, y para ello será fundamental conseguir que los ingresos se incrementen también en el flujo interno.
Por otra parte, es preciso atender, desde el punto de vista económico, a la situación en la que el incremento en las erogaciones, aun si superara los ingresos en el período de tiempo del flujo de caja, podría resultar beneficioso. Esto se da, por ejemplo, en economías que han entrado en situación de recesión. En esa realidad, una política que suele tomarse se apoya en el incremento del gasto público, a fin de generar un impacto que aumente la demanda agregada. En estos casos, el Estado podría decidir que es favorable gastar más, con el objetivo de poner en movimiento a los factores productivos que, de otro modo, debido a la recesión, se mantendrían inactivos. Y lo que tiende a suceder es que una vez que la rueda ha vuelto a ponerse en marcha, de a poco se busca recortar esas erogaciones excedentes.
Tipos de erogación.
Se realizará una clasificación amplia de las diversas variedades de erogaciones que existen. Las que más se destacan son:
- Erogaciones complementarias: Es un tipo de erogación que se dedica a un proyecto o actividad que ya ha recibido otra u otras erogaciones con anterioridad, pero sin llegar a cubrir la totalidad del capital necesario para su desarrollo. El proyecto puede estar en fase de preparación o hallarse activo.
- Erogaciones contingentes: En este caso, la erogación es de carácter excepcional, necesaria, y suele conllevar una inversión importante de dinero.
- Erogaciones especiales: Se trata de una erogación que puede presentar varios puntos en común con las complementarias, pero se diferencian de ellas en el hecho de que se destinan a proyectos nuevos, que no se hallaban planificados en el inicio del ciclo de actividades.
- Erogaciones recuperables: En este estilo de erogación, el agente económico ejecuta con la expectativa (y, en algunos casos, con la certeza) de que ingresarán al patrimonio. Por ejemplo, puede darse el caso de una compañía que preste a otra un monto determinado de dinero, con un acuerdo en la fecha de devolución de la misma suma, o de esa cantidad más los intereses pactados.
- Erogaciones distributivas: Aquí, el reparto de los bienes se da de forma equitativa. Es común que las erogaciones distributivas se hallen pautadas por una ley o por reglamentos o normativas de carácter interno. El caso que se ha mencionado en relación con la herencia es un ejemplo válido.
Ejemplos de erogación.
A continuación daremos tres ejemplos posibles de erogaciones:
- En el supuesto de una empresa que se ocupe del transporte de pasajeros de larga distancia, la avería de uno de los coches va a implicar un gasto vinculado a la reparación. Este costo puede catalogarse como una erogación de carácter contingente.
- En el caso de una firma que se dedique a la fabricación de relojes, cuando se requiera una inversión para la compra de sillas y mesas para la sala de reuniones, estaremos en presencia de un gasto catalogable como erogación especial. Esto se debe a su carácter extraordinario.
- En el caso de una compañía especializada en la programación de páginas web o de aplicaciones, el gasto que implique el pago de una cuota por un proyecto en curso para desarrollar un programa de realidad virtual con fines terapéuticos será considerado una erogación complementaria, si dicho proyecto estuviera contemplado, o una erogación especial, si hubiera surgido de modo sobreviviente al inicio del ciclo de actividades.
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Lehrer, L. (19 de marzo de 2022). Definición de erogación. Su origen, aplicación en la economía, su clasificación y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/erogacion/