La palabra chiste, que proviene del término chistar, hace alusión a un dicho o una ocurrencia de una persona que es graciosa e ingeniosa. Los chistes suelen transmitirse de manera oral (entre quien lo cuenta y aquellos que lo escuchan) o en textos escritos (en revistas, por ejemplo).

El origen del vocablo está vinculado con la onomatopeya chist (de ahí su vínculo con chistar), sonido empleado para llamar a una persona o captar su atención.

Algunos sinónimos de este concepto pueden ser chascarrillo, gracia, chanza u ocurrencia. Otras nociones relacionadas, que no significan necesariamente lo mismo, son burla, humorada, broma o agudeza.

Comentario ocurrente
Un chiste es un texto, breve o largo, con un final ocurrente y gracioso y cuya finalidad es hacer reír a las personas.

Historia.

Si quisiéramos indagar en la historia de los chistes, del humor en general, y de cómo se manifestaba, podemos remontarnos hasta la antigüedad grecorromana. En aquella época se veneraba a dos dioses que estaban vinculados con el humor:

  • Dionisio
  • Gelos

El primero es conocido por ser la divinidad del vino, de las fiestas y el exceso, de la danza y del teatro. Gelos, por su parte, es la divinidad de la risa (de aquí proviene el sustantivo geloterapia, terapia de —o curación mediante— la risa).

Su nombre, así como la mitología en torno a esta segunda divinidad, lo relaciona con aquella risa que acontece de repente, casi como una ocurrencia súbita. Esta era diferente de la risa provocada por el festejo, la bebida y el ambiente asociados con Dionisio.

Entre los soldados romanos, en tanto, existía el humor como comentario corriente y cotidiano. Una famosa expresión da cuenta de lo recurrente de este recurso: italum acetum (“vinagre itálico” o “vinagre romano”). Los chistes eran frecuentemente usados bajo la forma de apodos. Esto se aplicaba no solo entre los mismos soldados, sino que también eran dirigidos a otros integrantes de la sociedad. Algunas expresiones de la época trascendieron junto con la figura a la que hacen alusión: este es el caso de Julio César.

Si bien se lo recuerda como un militar y político elemental para la historia romana, fue además alguien vinculado a los lujos, las perlas llamativas y a tener compañeras con frecuencia. Por estos motivos, tras un triunfo militar y su ingreso a la tierra conquistada, sus soldados gritaban: “¡Cuidado! Escondan a sus esposas que ha llegado el adúltero calvo”, en alusión a su calvicie y a la fama de haber tenido muchas amantes.

Julio César
Los soldados romanos realizaban chistes entre ellos e incluso con sus superiores.

En otras culturas.

Los chistes de la sociedad occidental no son representativos de cómo se pudo manifestar este fenómeno en otras culturas. Algunos historiadores e investigadores han logrado descubrir que, hasta la fecha, el registro más antiguo de chistes data de, por lo menos, 1900 años antes de Cristo. Este material fue hallado en la actual Irak y es un chiste escatológico sobre una pareja de un marido sumerio y su esposa.

Estructura.

La forma más común de contar un chiste es partiendo de dos elementos:

  • una introducción
  • una ocurrencia respecto de la introducción

Esta es la estructura más básica y elemental para hacer un chiste. Aquellos que son más extensos, más complejos o que cuenten con diferentes niveles en su construcción, en general, cuentan con la misma lógica.

La parte final del chiste es conocida como remate (punchline en inglés). Es el elemento a través del cual el chiste se comprende y es la base de la agudeza de él. Es lo que usualmente hace que todo lo anteriormente contado o narrado adquiera repentinamente otro sentido y que sea esa ocurrencia lo que causa gracia.

Tipos.

Las formas en las que se puede clasificar a un chiste usualmente se consideran en función del tema que pueden abarcar (chistes absurdos, chistes políticos, chistes infantiles o chistes del denominado humor negro).

Esto supone que muchas veces hay chistes que pueden ser oídos por adultos, jóvenes y niños y, más importante, que pueden ser entendidos por los tres grupos (como los chistes infantiles o los chistes más tradicionales). Sin embargo, existen otros que, por su contenido o su complejidad, solo son aptos para que mayores de edad puedan comprenderlos.

El chiste, la burla y el estereotipo.

Es muy común que se usen alternadamente las ideas de chiste y burla. Esta última se basa en hacer un comentario ocurrente sobre una persona (que puede estar presente o no). Sin embargo, cabe destacar que por lo general estos comentarios sobre alguien se realizan en función de una característica física: el tamaño del cuerpo, el uso de algún elemento como anteojos o brackets, el color de piel, la altura o algún otro rasgo visible.

Burla y aislamiento
En ocasiones se confunde un chiste con una burla hacia alguien; esta puede ser muy dolorosa.

Muchos de estos chistes pueden ser hirientes para los afectados y, si bien es una acción que puede ejercerse entre jóvenes o adultos, es común que también se realice entre niños. Este tipo de actitudes suele ser una manera de perpetuar ciertos estereotipos sobre alguna condición física y puede tener un profundo impacto en la psiquis de quien es el objeto de burla y de otros que se sientan identificados con ello.

En todos los casos, cuando los chistes son la forma recurrente en la que un sujeto es nombrado o denominado, puede desembocar en lo que se conoce como bullying, ya que la persona es constantemente molestada en función de aquello por lo cual alguien le hace burla.

Es importante percibir qué tipos de chistes realizamos respecto de alguien, revisar si ese comentario puede causar malestar a quien es objeto de esa burla y procurar no reproducir estas prácticas.

En psicología.

Uno de los planteos que Sigmund Freud aportó para la psicología es la relación entre el chiste y el inconsciente humano. Esta interpretación propone que el chiste le permite, a quien lo dice, liberarse de la represión o la tensión en la que vive dentro de una sociedad. Es, de cierto modo, una manera de romper con las normas establecidas de lo correcto y lo que está bien.

Otra manera de interpretar el valor de un chiste en el contexto de la psicología y la salud mental es que puede funcionar como un mecanismo de defensa. Frente a una situación trágica, dolorosa o difícil, algunas personas pueden tratar de traducir ese evento en un hecho que puede causar gracia a otros o a uno mismo.

Un ejemplo de ello es el contexto como el que el mundo entero atravesó desde el inicio de la pandemia por COVID-19. Esa realidad trajo aislamientos durante muchos meses y gente sin poder salir de sus hogares. Hubo quienes no pudieron continuar con sus trabajos y una gran cantidad de fallecidos como resultado de la rapidez con que se esparcían los contagios.

Pandemia por COVID
La pandemia trajo, como mecanismo para lidiar con ella y sus efectos, una multiplicidad de chistes.

Sin embargo, muchos investigadores (de salud mental y de ciencias sociales, entre otros) comenzaron a llamar la atención sobre cómo uno de los fenómenos más visibles, gracias a las redes sociales, era la proliferación de memes. Estos textos o imágenes gráficas con finalidad humorística invadieron las múltiples plataformas.

Fueron interpretadas por los y las especialistas como un modo de lidiar con la profunda angustia que generó el encierro en la sociedad. No es casual que, en simultáneo, durante la pandemia (y tras su momento más restrictivo) se registrara un elevado número de pacientes con depresión, trastornos de ansiedad, ataques de pánico, agorafobia y otros malestares semejantes.

Frente a un evento de esta magnitud, las reacciones fueron muy diferentes: en el caso de los chistes, permitieron que algunos momentos de sufrimiento pudiesen menguar. No es, precisamente, un mecanismo de negación frente a la realidad, sino que ayuda a abordar la incomodidad o tristeza que algo genera desde otro punto de vista y hacerlo, al menos momentáneamente, menos doloroso.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (11 de octubre de 2022). Definición de chiste. Tipos, estructura, burla y estereotipo. Definicion.com. https://definicion.com/chiste/

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