Se emplea la palabra sistema para hacer referencia a un conjunto de elementos en interacción constante que funciona como una totalidad. Cada sistema, a su vez, puede operar como parte de un sistema mayor. Hay una cualidad de orden que es inherente a la continuidad de un sistema, un lineamiento en función del cual se rigen las interacciones y que tiene por resultado el sistema tal como se desenvuelve.

Hay diferentes criterios según los cuales se puede clasificar a los sistemas, pero uno de importancia mayor es el que los segmenta en sistemas reales (o materiales) y sistemas conceptuales (o ideales). Precisamente por esta naturaleza doble, material e ideal, el concepto tiene aplicación en diversas ramas del conocimiento, desde la biología, la geografía o la astronomía, pasando por las matemáticas o la informática, hasta llegar a la filosofía, la sociología o la psicología.

En este marco de diversidad surgió, a mediados del siglo XX, la llamada teoría general de sistemas (o TGS), concebida como una metateoría orientada a integrar todos los diferentes sistemas. Tuvo su origen en el ámbito de la biología, de la mano del biólogo austríaco Ludwig von Bertalanffy, y luego fue ampliando su campo de aplicación hasta alcanzar a las ciencias sociales.

Si se estudia el origen etimológico del término, se ve que surge del latín sistema, que, a su vez, se remonta al griego. Los componentes léxicos de sistema son el vocablo syn, que alude a algo que se encuentra junto con otra cosa; histemi, que se utiliza en el sentido de “establecer, tenerse algo en pie”; y el sufijo –ma, que da la pauta de un instrumental como medio hacia un resultado. De este modo, puede deducirse una línea en relación a algo que se establece y organiza de un modo conjunto hacia un fin.

Es importante destacar una cuestión que se verá con mayor detenimiento en el concepto de los holones, y es que un sistema es completo pero, a la vez, puede ser parte de otro sistema mayor. Por ejemplo: es posible entender al hígado como un sistema compuesto por las células y una serie de elementos que interactúan todo el tiempo entre sí. Sin embargo, el hígado, a su vez, es una de las partes integrantes del sistema digestivo en el cuerpo.

Sistema digestivo.
El hígado funciona como un sistema que, a su vez, integra uno mayor: el sistema digestivo.

Clasificaciones de los sistemas.

Se verán tres tipos de clasificación en los sistemas, en función de aquello que los conforma, de cómo se da el intercambio de energía y de su origen.

  1. Según aquello que los conforma: Es en este sentido que se habló antes de sistemas reales, que son los que se encuentran conformados por elementos de índole material o energética; y de sistemas ideales, compuestos por conceptos, ideas o símbolos carentes de entidad material. El sistema solar es un ejemplo de sistema real, mientras que las matemáticas pueden ser un ejemplo de sistema ideal.
  2. Según el intercambio de energía: Cuando se los clasifica teniendo como pauta el modo en el que se intercambia la energía se da lugar a sistemas abiertos (donde este intercambio de materia y energía sucede con el ambiente amplio, como ocurre en una planta) y sistemas cerrados, donde se intercambia energía o materia solo con el entorno, como podría ser el caso de una olla a presión. Por último, existen los sistemas aislados, que son muy raros y en los que no se da intercambio de energía alguno con el entorno.
  3. Según su origen: Hay sistemas naturales, que son aquellos que surgieron y se desenvuelven sin necesidad de una intervención humana (como podría ser el caso de un panal de abejas) y sistemas artificiales, que han recibido su origen en la acción humana con miras a algún fin específico. Este es el caso, por ejemplo, de un teléfono celular.
Panal de abejas, sistema natural.
Un panal de abejas es un sistema natural que no requiere de la intervención del ser humano.

La teoría general de sistemas.

La teoría general de sistemas es una metateoría, como se ha mencionado. Se enfoca en el acercamiento interdisciplinario a la variedad de sistemas existentes. Busca desentrañar los principios que subyacen a los sistemas y que podrían revelar una red de interacción entre los sistemas mismos, cualquiera sea su campo de aplicación.

Toma como punto de partida la conceptualización de un sistema como un conjunto limitado de partes en interrelación constante, que funciona como una totalidad y en el que esta totalidad se destaca por ser mayor a la mera suma de sus partes.

Dentro de esta teoría se establece que un cambio ocurrido en una parte del sistema afectará a todas las demás y, por ende, al sistema completo. De este cambio surgen nuevos patrones de comportamiento. Tiene lugar un intercambio constante hacia el crecimiento, que incluye la tarea de adaptarse y un ajuste continuo al entorno. Todo esto se da, en cada sistema, a partir de una línea que está pautada por el objetivo o propósito que nuclea a dichas partes.

Lo que plantea la TGS es el estudio sistemático de las interacciones, dinámicas y pautas de un sistema. También de los principios que nuclean a los diferentes sistemas entre sí, a fin de alcanzar una visión más amplia y organizada de la realidad. No se ocupa de cada ámbito particular del conocimiento, sino que busca los puntos que interconectan aquello que parecía aislado o separado.

Sistema binario, sistema ideal y artificial.
El sistema binario es un sistema ideal y artificial desarrollado por el ser humano.

Holones.

El concepto de holón se corresponde de un modo profundo con el de los sistemas, ya que hace referencia a algo que simultáneamente es un todo y una parte. El término surgió en el mundo académico a partir de su uso en el libro El espíritu de la máquina, de Arthur Koestler.

Siguiendo este lineamiento, todo sistema es pasible de ser considerado un holón, desde un átomo al planeta Urano. Y lo mismo sucede en el plano inmaterial, en el que las palabras, las emociones y los símbolos, por ejemplo, pueden identificarse como partes de algo y, al mismo tiempo, como unidades completas compuestas por partes.

Si profundizamos en las implicancias de este esquema, resulta que cada holón influye a todos los todos que compone y, a su vez, es influido por todos los todos de los que forma parte. Hay un fluir bidireccional constante de la información entre los sistemas menores y mayores. Y se dice que en los casos en los que esta bidireccionalidad de la información peligra, ese sistema empieza a perder cohesión y a desintegrarse: cesa la autoridad organizativa del todo, y las partes componentes dejan de reconocer la pertenencia a ese conjunto. Un buen ejemplo de esto es el de las enfermedades.

En el trabajo del pensador norteamericano Ken Wilber se habla de que el cosmos se compone, en realidad, de holones. Todo es visto como una totalidad/parte en constante evolución. Desde esta óptica se busca descubrir aquello que los holones comparten, a fin de comprender el proceso evolutivo en cada línea de desarrollo, en lo físico, lo biológico, en el campo psicológico y en el espiritual.

Las características o capacidades esenciales que los holones comparten son:

  • Individualidad
  • Comunión
  • Trascendencia
  • Disolución

Cada holón que ha emergido, trascendió e incluye a los predecesores. Y la evolución se desarrolla de un modo direccional hacia una mayor complejidad, diferenciación e integración. De este modo es que aumenta la organización y la estructuración del sistema, proporcionando una mayor autonomía relativa.

Citar este artículo

Lehrer, L. (25 de junio de 2022). Definición de sistema. Su origen, clasificación, la teoría general de sistemas y los holones. Definicion.com. https://definicion.com/sistema/

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