Se llama navaja de Ockham a un principio filosófico que postula que, ante diversas explicaciones para un mismo fenómeno, la más simple es probablemente la correcta. También llamado principio de economía o principio de parsimonia, consiste en la idea de establecer una economía conceptual a partir de la idea de que la explicación más simple debe ser la más probable. Fue formulada por el filósofo escolástico William de Ockham (1285 – 1347), quién aplicó el principio de simplicidad para alcanzar una economía explicativa en el marco de la teología y la filosofía medieval.

Guillermo de Ockham formuló este principio en el siglo XIV, aunque su aplicación ya era conocida en la historia de la filosofía, fue Ockham quien sistematizó y dio un uso metodológico al principio. La formulación del principio implica consecuencias gnoseológicas y ontológicas que Ockham expresó a partir la siguiente proposición:

«Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem» (Las entidades no deben multiplicarse sin necesidad).

Originalmente, el principio apunta a la reducción de entidades en la explicación, limitando la multiplicación de conceptos o entes innecesarios para explicar un fenómeno. Así, la forma más simple de expresar una teoría es la forma correcta.

La navaja de Ockham es un principio que busca simplificar las justificaciones teóricas hasta alcanzar la mayor economía posible en el campo de la fundamentación y la explicación teórica. Según este principio, entre dos teorías en igualdad de condiciones, la hipótesis simple o la teoría mínima es la que tiene mayor probabilidad de ser cierta en comparación a la hipótesis compleja.

En epistemología y filosofía de la ciencia, este principio se utiliza para alcanzar una economía explicativa en el campo de la fundamentación científica de teorías. En el método científico, la navaja de Ockham no se considera un principio irrefutable sino que se utiliza como una guía práctica para simplificar la fundamentación teórica del conocimiento científico.

El principio es puramente metodológico y teórico, es decir, no apunta a la cuestión de la evidencia empírica sino a la producción del razonamiento, la cantidad de supuestos y métodos de inferencia lógica para fundamentar una teoría. En aquellos casos en que teorías complejas presentan mayor evidencia empírica que las teorías simples, entonces, las complejas deben ser consideradas las más probables. En este sentido, el principio de economía se aplica sólo a nivel teórico y no en el nivel de la evidencia empírica.

El principio apunta básicamente a lograr una economía en la cantidad de suposiciones o axiomas que se necesitan para la fundamentación. Ockham creó el concepto a partir de la intención de realizar una reducción metodológica en lo que él consideraba el abuso de entidades y pluralidades en las teorías. De esta manera, buscó eliminar la pluralidad innecesaria de entidades o supuestos para alcanzar una solución simple. Se trata de la reducción del modelo explicativo en favor de simplificar las complejidades de la argumentación teórica.

Guillermo de Ockham
Guillermo de Ockham elaboró el principio de economía en el marco de la filosofía y la teología medieval

Postulados fundamentales del principio de economía.

  • En igualdad de condiciones teóricas y empíricas, la explicación más simple siempre es la más probable.
  • No se debe postular la existencia de entidades innecesarias para la explicación.
  • Es fundamental explicar lo desconocido en términos de lo conocido.
  • Las explicaciones nunca deben multiplicar sus causas sin necesidad.
  • Ante un problema de elección entre dos conceptos o teorías opuestas, la explicación más sencilla será considerada la solución óptima para dicho problema.
  • Debe preferirse la teoría más simple siempre y cuando esta sea correcta y esté en las mismas condiciones que la teoría compleja.

Ventajas y desventajas del principio de economía.

Ventajas Desventajas
Facilita la simplicidad y la claridad en la explicaciónSu abuso puede llevar a una simplificación excesiva
Elimina la introducción de elementos innecesariosDescarta la posibilidad de la que la explicación compleja sea correcta
Promueve y facilita la comprensión y transmisión de ideasSu abuso puede ser utilizado para justificar la falta de evidencia o la ignorancia
Simplificación
El principio de economía aporta simplicidad y claridad a las explicaciones teóricas

Origen de la expresión «navaja de Ockham».

La expresión «navaja de Ockham» apareció durante el siglo XVII y se utilizó para expresar que, a través del principio de economía, «Ockham afeitaba la barba de Platón», ya que, principalmente, el método de reducción de la navaja apuntaba a eliminar la duplicación ontológica propia de la metafísica platónica. Al aplicar el principio de economía se alcanzaba una notable simplificación no sólo teórica, sino también, ontológica de la realidad, ya que Ockham rechazó la duplicación de entidades para explicar el mundo. En contraposición a la filosofía platónica, la cual se caracteriza por la multiplicación metafísica de entidades ontológicas (además de los entes físicos, Platón también admitía entes matemáticos y las Ideas), el método de la navaja de Ockham representó un corte sustancial con la metafísica del platonismo al plantear la reducción de entidades tanto conceptuales como ontológicas.

Desde una perspectiva reduccionista de la ontología, Ockham planteó la eliminación de múltiples entidades que consideró innecesarias. El planteamiento de este principio puso a Ockham en contraposición a múltiples tesis teológicas y metafísicas en la escolástica medieval. Especialmente, Ockham rechazó las tesis basadas en la existencia de especies sensibles o inteligibles en el proceso de conocimiento. Rechazó, además, el principio de individuación, según el cual se explica la identificación y multiplicidad de los entes individuales. Ockham calificó a este principio de ser una especulación vacía y lo consideró innecesario para la fundamentación del conocimiento.

Reduccionismo
La navaja de Ockham es un método que propone la eliminación de la duplicación ontológica propia de la metafísica platónica

Pensamiento de Guillermo de Ockham.

Nominalismo vs realismo.

Guillermo de Ockham es considerado uno de los principales exponentes del nominalismo, corriente de la filosofía medieval opuesta al realismo, según la cual los conceptos universales no tienen entidad ontológica sino que son meras palabras, términos o nombres. El pensamiento de Ockham está atravesado por la disputa medieval sobre el problema de los universales y las dos corrientes surgidas a partir de esta cuestión:

  • Realismo: Postula que los universales son entidades ontológicas existentes, no se trata sólo de conceptos o términos generales, sino de realidades ontológicas con existencia propia. El realismo sigue la tradición platónica, la cual admite la existencia de entidades tanto físicas como metafísicas para explicar el mundo. En su versión medieval, esta corriente estuvo representada por filósofos como Agustín de Hipona, Anselmo de Canterbury, Tomás de Aquino y Duns Escoto Erígena.
  • Nominalismo: Postula que los universales no son entidades existentes sino que son nombres, términos o palabras que representan la abstracción del conjunto de individuos particulares. Es una corriente que surge en contraposición al realismo ontológico en el marco de la filosofía escolástica tardía. Sus principales representantes son Pedro Abelardo y Guillermo de Ockham.

Ockham aplicó el método de la navaja en el marco del nominalismo para eliminar la existencia de los universales como entidades ontológicas. Rechazó la existencia de universales fuera de la mente argumentando que considerar a los universales como entidades existentes llevaría a una propia contradicción con el concepto de «universal», ya que al convertirse en «cosa», el universal se volvería una entidad particular y determinada.

A partir de aplicar su principio de economía, Ockham se orientó a refutar los conceptos centrales del realismo ontológico:

  • Al eliminar los universales, la fundamentación se simplifica, ya que no es necesario justificar el principio de individuación, es decir, ya no es preciso explicar cómo una «esencia universal» se convierte en una «existencia particular».
  • Al aplicar el método de la navaja, Ockham elimina la distinción entre esencia y existencia, materia y forma, sustancia y accidentes propia del realismo ontológico.
  • Tampoco es necesario desarrollar una extensa explicación metafísica del proceso de conocimiento que va del particular al universal.
  • En materia teológica, Ockham eliminó los conceptos universales en la fundamentación de la existencia de Dios, ya que, según él, estos conceptos sólo limitan y empobrecen la omnipotencia divina.
Nominalismo
El pensamiento de Guillermo de Ockham se inscribe en el marco del nominalismo como corriente opuesta al realismo ontológico

Disputa entre fe y razón: filosofía vs religión en Ockham.

Según Ockham, la única entidad realmente necesaria es Dios, el resto de las entidades son contingentes. Por ende, rechazó el principio de razón suficiente y cuestionó la doctrina tomista de la diferenciación entre intelecto agente y paciente. Según Ockham, la inteligencia humana no puede probar por sí misma ni la inmortalidad del alma ni tampoco la existencia de Dios. De modo que, estas verdades no deben ser fundamentadas mediante la limitada razón humana, sino que sólo son posibles de conocer mediante la revelación.

En este sentido, a nivel teológico, Ockham rechazó la tesis tomista de la unión entre fe y razón y la posibilidad de aunar la filosofía con la religión, ya que, al rechazar la posibilidad de la razón humana de probar la existencia de Dios, conocer a Dios sólo es posible mediante la fe. Esta postulación puso al pensamiento de Ockham en las antípodas de la doctrina de Tomás de Aquino de aunar la filosofía antigua con la religión cristiana.

Fe y razón
En la disputa entre fe y razón, Ockham afirmó que la única forma de conocer a Dios es mediante la fe

Teoría del conocimiento y filosofía del lenguaje en Ockham.

La filosofía de Ockham está profundamente atravesada por la crítica de los franciscanos a la síntesis entre el cristianismo y el aristotelismo, tesis fundamental de la propuesta filosófica y teológica de Tomás de Aquino. En su lugar, la nueva propuesta de Ockham consistió en un empirismo epistemológico, al que llamó «noitita experimentalis» que establece una crítica radical a todos los elementos innecesarios de la fundamentación filosófica clásica.

Ockham construye su propia teoría del conocimiento, en la cual admite que es posible conocer intuitivamente la individualidad y lo particular, sin necesidad de realizar una explicación racional para probarlo. En su obra «Sentencias», postula que el fundamento básico de todo conocimiento es el conocimiento intuitivo de lo singular, al cual llamó «notitia intuitiva intellectualis» . Luego, el conocimiento abstracto, «notitia abstractiva», no se trata de una nueva operación del intelecto en la formación del conocimiento sino meramente de una abstracción del individuo particular intuido. Según Ockham, el conocimiento abstracto no es más que la representación general de la intuición de los individuos particulares.

En su obra, «Suma Logicae», Ockham desarrolló su estudio lógico de los términos como parte de los sistemas lingüísticos. Dividió al signo lógico-lingüístico en tres:

  • Signo escrito («scriptus»).
  • Singo hablado («vox»).
  • Signo mental («conceptus»).

El concepto se trata del signo mental, una generalización o abstracción que remite a las cosas existentes. Sólo el concepto es de naturaleza universal ya que su función consiste en representar una pluralidad de individuos particulares. Por otra parte, los términos hablados o escritos son términos convencionales que no deben ser considerados naturalmente universales, ya que estos son arbitrarios, su significado reside en la referencia directa a los objetos individuales.

Teoría del conocimiento y el lenguaje
Ockham elaboró su propia teoría del conocimiento y el lenguaje aplicando el método de la navaja

La navaja de Ockham en epistemología y filosofía de la ciencia.

El principio de economía o principio de parsimonia de la navaja de Ockham es una metodología ampliamente aplicada y debatida en el campo de la epistemología y la filosofía de la ciencia, principalmente, en materia de la fundamentación y explicación de teorías. Como método de eliminación de contenidos teóricos innecesarios, la navaja de Ockham es utilizada para «limpiar» las fundamentaciones teóricas complejas a fin de alcanzar una mayor claridad y concisión en la formulación de teorías.

El método de la navaja forma parte instrumental del método científico, donde la simplificación no es considerada un principio absoluto sino una regla metodológica útil en casos específicos donde dos o más teorías entran en contradicción o antítesis para explicar un mismo fenómeno. En estos casos de comparación entre dos o más teorías, la aplicación del principio de economía indicaría que se debe considerar a la teoría más sencilla, es decir, aquella que necesita menos supuestos y axiomas para fundamentarse, la teoría más probable de ser correcta.

Nótese que en la aplicación científica y epistemológica, el principio de parsimonia no establece si una teoría o explicación es verdadera o falsa, sino que indica que la opción más simple es la más probable de ser la correcta. En este sentido, la navaja de Ockham sirve como un principio de orientación metodológica en la búsqueda de mejores respuestas y soluciones teóricas para un mismo problema, pero no como principio apodíctico o axioma para fundamentar la verdad o o falsedad de una teoría.

El enfoque minimalista del principio de economía aporta mayor claridad al análisis de teorías y mayor fluidez a los procesos de verificación, corroboración y comparación entre diversas formulaciones teóricas. Busca la optimización del estudio epistemológico a partir de la reducción de variables y la supresión de detalles innecesarios para la fundamentación. En este sentido, el principio se basa en un esencialismo de los mecanismos de argumentación teórica, cuyo objetivo es maximizar la eficacia y eficiencia de los métodos argumentativos a partir de la reducción de todas sus variables innecesarias.

Respecto a la validación empírica de los enunciados o teorías, el principio de economía no interviene en las cuestiones empíricas sino en los procesos de formulación y argumentación teórica. Si una teoría compleja presenta mayores pruebas empíricas que una teoría simple, entonces la compleja será la correcta. En este sentido, la navaja de Ockham presenta un enfoque pragmático y un método comparativo para el análisis de teorías, pero no sirve para la validación a través de sus demostraciones empíricas.

Epistemología
El principio de economía es ampliamente utilizado y debatido en el campo de la fundamentación teórica y epistemológica

Debates entorno a la navaja de Ockham en la ciencia moderna.

El principio de la navaja de Ockham atraviesa importantes debates y posturas diversas respecto de su uso, abuso y su utilidad para el desarrollo de conocimiento científico. Mientras algunos ven en el principio una herramienta metodológica válida para la reducción de variables, otros cuestionan su verdadera utilidad para abordad la complejidad de los fenómenos y teorías de la ciencia moderna.

El pensador Paul Newall establece una crítica a la navaja de Ockham alegando que el principal punto débil del principio es que resulta imposible establecer a priori cuáles son las consecuencias teóricas de añadir entidades adicionales. Debido a que la ciencia está en constante progreso y desarrollo, siempre se posiciona en un momento «anterior» al conocimiento y jamás alcanza el «después» desde el cual el principio de economía tendría sentido. Según Niels Bohr, el único momento válido en el que se podría utilizar la navaja de Ockham con éxito sería en el «después», de manera que, el principio no es de ninguna ayuda para juzgar con antelación una teoría.

En relación a las nuevas teorías y avances de la ciencia moderna, otros interrogantes se abren en contra del principio de parsimonia. En materia de cosmología, si partiéramos del supuesto de simplicidad que establece el principio cabría preguntarse ¿En qué nos basamos para pensar que el universo es simple y ordenado, en lugar de ser caótico y complejo? ¿Y si el universo y la realidad misma tuvieran una estructura fractal?

En estos casos, optar por una explicación que elimine el mayor número de causas podría ser contraproducente para explicar los complejos fenómenos del universo a escala macroscópica y microscópica. Por ejemplo, la teoría de la física clásica es más simple que las físicas posteriores, como la física relativista de Einstein o la física cuántica, donde la constante de Planck complejiza el orden de los fenómenos de las partículas subatómicas. Ambas teorías son más complejas que la física clásica, sin embargo, explican la complejidad de ciertos fenómenos físicos fundamentales como la relatividad espacio-tiempo y la indeterminación del movimiento de las partículas a nivel subatómico.

No obstante, lo que el método de la navaja llevaría a pensar es que la física clásica no debe adoptarse como correcta a pesar de ser más simple, ya que se ha probado que algunos postulados de la física clásica están equivocados. Los requerimientos fundamentales para considerar una teoría correcta son, en primer lugar, que esta funcione, luego que su nivel de predicción sea alto y que no se haya demostrado su falsabilidad. En cambio, la navaja de Ockham se emplea para el análisis de teorías que ya hayan superado esta instancia y que se encuentran en la mismas condiciones respecto a su evidencia empírica. Esto no sucede de forma completa en la ciencia con ninguna teoría, por lo menos, en el marco de la física teórica, ya que los postulados y explicaciones están sujetas a modificación y replanteamiento constante.

Otro aspecto problemático es que una teoría puede tornarse más compleja respecto de su estructura teórica, es decir, en su sintaxis, mientras se vuelve cada vez más simple en su ontología o semántica. Este es el caso de la teoría de la relatividad, donde los elementos teóricos complejos de la relatividad especial se simplifican en la relatividad general.

Ciencia
Existe un amplio debate respecto de la aplicación de la navaja de Ockham en la metodología de las ciencias

Críticas a la navaja de Ockham.

A lo largo de la historia del pensamiento, la navaja de Ockham ha sido fuente de múltiples críticas y posturas que buscaron refutar su método tanto a nivel epistemológico como ontológico.

Ya en los tiempos de Ockham, el teólogo británico Walter Chatton (1290 – 1342) criticó el uso y el concepto del principio de parsimonia. Para refutarlo, Chatton creó su propia «anti-navaja» a través de la formulación del siguiente postulado:

«Si tres elementos no son suficientes para explicar determinado fenómeno, entonces es necesario la introducción de un cuarto elemento y así sucesivamente hasta dar con la explicación correcta».

Durante el Renacimiento, Galileo Galilei cuestionó duramente el mal uso del principio de economía en su obra «Diálogos sobre los dos máximos sistemas de mundo, ptolemaico y copernicano». En este diálogo, la navaja de Ockham está representada en el personaje de Simplicio, figura que se muestra como un mediocre defensor de la física aristotélica. Galileo criticó la utilidad del principio alegando irónicamente que, si se quisiera comenzar con el número mínimo de entidades para explicar los fenómenos, se podrían considerar a las letras del alfabeto como las entidades fundamentales para explicar todo tipo de fenómenos, ya que estas son los elementos más simples sobre los cuales se construye todo el conocimiento humano.

Posteriormente, otros filósofos como Gottfried Leibniz, Immanuel Kant o Carl Menger cuestionaron el principio de economía desde diversas perspectivas. La crítica de Leibniz consistió en esgrimir el principio de plenitud, según el cual «todo aquello que sea posible de ocurrir, ocurrirá». Leibniz argumentó que, a partir de la postulación de «el mejor de los mundos posibles», se confirma cabalmente todas los fenómenos posibles de suceder, pues es posible afirmar la existencia de todas las posibilidades sin que la finita experiencia humana pueda abarcarlas por completo y tampoco refutar la perfecta complejidad del mundo creado por Dios.

El principio de plenitud también está presente en la teoría de los universos múltiples del físico norteamericano Hugh Everett. El mismo concepto de multiverso implica una multiplicación de entidades en una pluralidad que el método de la navaja rechazaría cabalmente. La teoría de los múltiples mundos es una teoría anti navaja de Ockham, ya que parte de la multiplicación de entidades-mundo para explicar la dinámica del universo.

Por otro lado, la postulación de conceptos como el de materia o energía oscura para calcular la cantidad total de materia que hay en el universo y explicar por qué este, en lugar de frenarse, se está expandiendo a escala exponencial, es otro ejemplo de agregación de entidades para poder explicar un fenómeno. La formulación de los conceptos de materia y energía oscura permitió desarrollar la teoría de cuerdas, de los físicos Lauris Baum y Paul Frampton, en la cual se postula la existencia de una nueva entidad, denominada «energía fantasma», que explicaría el modelo cíclico del universo.

Multiverso
La teoría del multiverso contradice la navaja de Ockham

Citar este artículo

Aci, E. M. (14 de septiembre de 2024). Definición de navaja de Ockham. Formulación del principio, aplicación, críticas y debates en la filosofía y las ciencias. Definicion.com. https://definicion.com/navaja-de-ockham/