La palabra baile, relacionada con el latín tardío ballāre, alude a la acción de realizar movimientos con todo el cuerpo siguiendo un ritmo. Esta es una modalidad de expresión artística de muy larga data, y puede hacerse con música de fondo o sin ella.
Es, además, una forma de cultura: cada sociedad tiene sus bailes particulares, sus modos y contextos para hacerlo, un determinado estilo musical que lo acompaña y otros factores.
Se afirma que el término del latín ballāre procede de otro concepto griego: πάλλειν, pállein. Esta noción significaba agitar o bailar.
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Historia y orígenes.
La danza como forma de expresión artística es una de las más antiguas: como parte de las sociedades no es solo un rasgo artístico, sino que históricamente ha sido expresión de lo ritual y lo religioso.
Hasta la fecha, la hipótesis más extendida es que surgió durante el período prehistórico. De manera similar a lo que fue ocurriendo con el lenguaje, el hombre buscaba vías para expresarse y comunicarse con sus pares. De ahí que la danza también cumplió y cumple con ese rol.
En muchas excavaciones arqueológicas realizadas en cuevas y cavernas alrededor del mundo se halló evidencia de que la danza era, efectivamente, parte de la cultura de una u otra sociedad.
Un famoso ejemplo de ello es en la cueva de Les Trois-Freres (Francia): allí se encontraron múltiples piezas de arte rupestre que se estima fueron realizadas entre trece mil y quince mil años antes de Cristo. Entre las numerosas pinturas de seres antropomorfos, destaca una: el hechicero. Mitad hombre y compuesto por varias partes de animales, la versión más extendida es que es un hechicero en medio de un ritual, o un chamán en estado de trance.
Además, el baile también se empleó para diferenciar a una comunidad humana de otra.
De acuerdo con las investigaciones, la relevancia del baile como elemento constitutivo de una sociedad aumenta durante el período de la antigüedad.
Egipto.
En el Antiguo Egipto, por ejemplo, se realizaban diferentes ceremonias y rituales que incluían bailes. Los bailes suponían un nivel de complejidad tal que, poco a poco, pasaron a ser una tarea encargada únicamente a quienes estuvieran mejor preparados y entrenados para realizarlos.
Dado el carácter sagrado de estos rituales, se necesitaba que la danza estuviera bien ejecutada. Alguno de los eventos en los que se bailaba eran los siguientes:
- rituales de fertilidad
- rituales para honrar la muerte
- bailes vinculados con lo teatral
- ritos para honrar a sus dioses
Grecia.
Los griegos, por su parte, practicaban danzas desde al menos el paleolítico. Una de las culturas más conocidas por ello es la cretense. Allí, las personas se reunían y bailaban en círculos y tomadas de sus manos; algunas de las posturas de baile que realizaban ya se habían registrado entre los antiguos egipcios.
Con el paso del tiempo, entre los griegos surgió una diosa del baile y del canto coral: Terpsícore. Ella era una de las nueve musas señaladas por Hesíodo: se la representaba con una corona de flores, una lira en sus manos y un cuerpo delgado y esbelto.
Roma.
Por otra parte, los romanos en aquel tiempo no practicaban con tanta asiduidad el baile: de hecho, las danzas que existían estaban más vinculadas con la guerra y lo bélico que con lo meramente artístico.
En los albores de la Edad Media, la danza pasó a tener otra simbología social: se la asociaba con la lascivia, con lo pecaminoso y dejó de estar permitida por intervención de la Iglesia.
Renacimiento.
Durante el Renacimiento, el baile fue una de las prácticas que empezó a tomar relevancia por influencia del ambiente cortesano. Aparecen los mecenas, que alentaban y sostenían económicamente el trabajo de artistas. Además, surgen los maestros de danzas, cuyo prestigio radicaba en el valor que su arte recobró en aquellas épocas.
Su vínculo con el ritmo.
El ritmo es un concepto indiscutiblemente ligado al baile. Podemos definirlo como la combinación entre diferentes elementos:
- un sonido, varios sonidos o la ausencia de ellos
- patrones en que se combinan los sonidos
- pausas
- letra o ausencia de ella
En tanto en cuanto funcionan como una serie de patrones, son una de las formas más simples de reconocer qué tipo de baile (y de música) se está oyendo o practicando. Aquí también es común incorporar otro concepto, el de compás: este se compone de una cantidad de unidades de tiempo que pueden organizarse en grupos.
Por ejemplo, un vals vienés, baile originario de Viena y típico de las bodas, tradicionalmente tiene 60 compases por minuto (que están constituidos de alrededor de 170 o 180 tiempos, dependiendo de la composición musical).
El merengue, ritmo proveniente de República Dominicana, tiene un compás rápido de dos por cuatro. Esto significa que cada compás tiene dos tiempos (de ahí el dos), y cada uno tiene dos tiempos más en su interior (de ahí el cuatro).
Componentes y elementos.
Veamos, a continuación, algunos de los elementos que constituyen un baile:
- Movimientos: estos son los desplazamientos que se realizan en un lugar y, para ello, se emplea el cuerpo. Pueden realizarse de forma individual, en soledad o con un grupo, o realizarse en conjunto con una pareja de baile. Tanto en el estilo individual (solo o grupal) como en pareja, es importante la coordinación entre el cuerpo y el ritmo de la música.
- Instrumentos: estos son objetos cuya estructura hace que sea posible producir, mediante vibraciones, diferentes sonidos. Existen una muy amplia variedad de instrumentos, ya que algunos son muy antiguos, pero a grandes rasgos se distribuyen de la siguiente manera:
- De viento: trombón, corneta, flauta dulce y tuba, entre otros
- De cuerda: guitarra (criolla y eléctrica), bajo, violonchelo, violín y banjo, entre otros
- De percusión: batería, tambor y cascabeles, entre otros
- Espacio: todo baile supone un desplazamiento a través de un determinado espacio. Este puede ser un escenario, el piso de un estudio de baile o la calle, por ejemplo. Es importante que quienes bailan puedan contar con el espacio suficiente para desplazarse, no chocar con otros bailarines o con espectadores.
Tipos.
En tanto en cuanto actividad histórica, existen miles de bailes. Sin embargo, es posible señalar algunos por su relevancia y particularidad.
El ballet es un tipo de baile surgido durante el renacimiento italiano pero que cobró relevancia en el siglo XVII en Francia. Es conocido por combinar una muy compleja técnica y una destreza corporal adquirida como fruto de muchos años de entrenamiento.
Requiere, asimismo, una gran flexibilidad y una excelente coordinación. Consta de elementos popularmente conocidos: muchos pasos se hacen con la técnica de punta (sobre la punta de los pies) y suele bailarse con música clásica.
Otro baile semejante es el baile de salón o ballroom dance: comprende una serie de bailes que tienen como base técnicas de diferentes ritmos (como el vals, el tango o el rock and roll). Suele realizarse en parejas y las presentaciones son en espacios cerrados. En la actualidad, y desde hace varias décadas, se realizan competencias alrededor del mundo.
Otro famoso baile es el tango, característico de Argentina y surgido a principios del siglo XIX de la mezcla de la cultura afroargentina y afrouruguaya. Es un baile en pareja que tradicionalmente se ejecutaba en zonas periféricas de la capital.
Un instrumento característico para su ejecución es el bandoneón. Además, las letras de sus canciones estuvieron vinculadas con la vida en los arrabales, en los márgenes de la ciudad, por lo que estaban cargadas de una profunda exploración sobre problemáticas sociales.
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Fernández, A. M. (31 de octubre de 2022). Definición de baile. Historia, elementos y clasificación. Definicion.com. https://definicion.com/baile/